Capítulo 92

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Aria

31 de Enero – 15:11 PM

Mondstadt – Piso de Albedo

Me fue imposible escapar de ellos. En equipo, la verdad es que eran bastante efectivos. Pudieron arrastrarme hasta Mondstadt sin problema alguno, ¡y eso que puse resistencia! La verdad... es que no quería preocuparlos. Bastante les había hecho pasar quedándome atrapada en el Averno, así que quería devolverles un poco de paz. Sin embargo, en nuestras vidas, la paz era una quimera.

Aún así, había dos ventajas de aquella situación: una, Xiao no se marchó de mi lado (aunque fuese de forma temporal) y dos, cuando llegué a la casa de mi hermano, ¡pude ver a dos preciosidades!

-Nathaniel y Kairi: ¡MAMÁ! –chillaron nada más verme aparecer por el umbral de la puerta.

Me agaché y se lanzaron a mi cuerpo y me dieron un fuerte abrazo que recibí con hondo gozo y emoción. Los había extrañado tanto... Por supuesto, los tuve siempre en mi mente, pero la verdad, es que cada vez que los veía, sentía que eran mucho más bellos de lo que mis recuerdos eran capaces de grabar en su seno.

-Aria: mis tesoros... -estuve a punto de llorar.

-Venti: ¡ARIAAAAAAAA! –chilló un "niño" más, que no tardó también en unirse a aquel abrazo colectivo-. ¡Aria! ¡Aria!

Al final, acabé llorando de felicidad.

-Aria: a ti también te he echado de menos... -sollocé, con una amplia sonrisa.

-Venti: ¿quién no me echaría de menos? –bromeó, rodeándome con sus brazos.

-Nathaniel: sabía que papá te traería de vuelta a casa –comentó, orgulloso, bajo uno de mis brazos.

Entonces, atisbé cómo el peliverde bajaba la mirada, como si sintiera vergüenza por lo expresado. "Pero si fue él quien me sacó del Averno...", pensé, creyéndolo un idiota.

-Zhongli: un final feliz –se llevó un elegante pañuelo a sus ahora humedecidos ojos ámbar-. No me lo creo...

-Xiao: ¿final feliz? –espetó, con un doloroso sarcasmo-. Eso ya lo veremos.

Mi marido me apartó del abrazo grupal y me arrastró hasta el laboratorio.

-Kairi: ¡papá, eres una piedra! –replicó, molesta.

***

Aria

31 de Enero – 15:42 PM

Mondstadt – Piso de Albedo

En plena huida hacia la salida del laboratorio, Xiao me estampó contra el parqué sin mucha delicadeza antes de que pudiera llegar hasta el pomo. Tomó uno de mis brazos y me forzó a extenderlo.

-Albedo: puedo conseguirlo sin rudeza –replicó, un tanto enfadado.

-Xiao: ¡no hay tiempo para sutilezas! –espetó, fiero. Estaba siendo un tanto "borde", más que de normal, pero era evidente que era la preocupación lo que lo poseía-. Clávala ya.

Contemplé cómo mi hermano tuvo que coger aire para controlarse y no pegarle una patada al adeptus.

Al se arrodilló junto a mí y acercó la jeringuilla a mi brazo, ahora apresado. Yo, por supuesto, expresé una mueca de horror al verlo.

-Aria: no... no...

-Albedo: necesito cogerte sangre para analizarla, Aria –volvió a explicar, con un tono suave y dulce. Quería tranquilizarme, pero era imposible.

O eso creía: en un instante, agachó su cabeza para llegar a la mía y me besó en la mejilla.

Yo me ruboricé y, como de costumbre, me quedé prendada.

-Albedo: listo –sacó la jeringa con su depósito lleno de sangre-. Ya puedes soltarla.

-Aria: ¡¿Pero cómo lo consigues?! –la gran pregunta que nunca tendrá respuesta para mí.

Él rió y se marchó hasta la mesa para coger un pequeño algodón. Xiao lo cogió para presionármelo en la herida.

-Xiao: quédate quieta de una vez –pidió, malhumorado, como de costumbre.

Pese al disgusto de la aguja y la brusquedad de mi marido, ser atendida por aquellos dos apuestos hombres era algo muy pero que muy parecido al cielo. "Sólo me faltaba que Xiao no quisiera divorciarse de mí, y quizá todo sería perfecto", pensé, irónicamente.

El Pecado del Alquimista 4 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora