Capítulo 59

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Albedo

26 de Enero – 15:49 PM

Liyue – Hotel Goztamiel – Habitación de Xiao y Albedo

La habitación era espaciosa y elegante, pero, como era de esperar, sólo había una cama de matrimonio. Por supuesto, lo más probable es que alguno de los dos durmiera en el suelo.

-Albedo: el problema principal no es que tengamos que hacernos pasar por una pareja, Xiao –debía aclararle, mientras contemplaba cómo se subía por las paredes-, sino que sospecho que ese Ábaco está, de alguna forma, relacionado con el mercado negro de Teyvat.

Detuvo en seco su frenético paso.

-Xiao: ¿por qué lo piensas?

-Albedo: la mayoría de clientes que he visto en este hotel... se relacionaban mucho con Sacarosa –expliqué con ligera dificultad-. Y ella vendía productos en el mercado negro.

No me gustó recordarla (más aún tras lo sucedido en el Averno). Sin embargo, era necesario advertirle de los riesgos que suponía aquel entorno. O, más bien, con el tipo de personas que íbamos a mezclarnos.

-Xiao: creo que Ming-yue trataba a todo tipo de personajes adeptus, no solía hacer excepciones si pagaban bien sus sesiones y la bañaban en regalos –agradecí que estuviera dispuesto a contar. La horrible situación en la que nos encontrábamos, con Aria atrapada en el Averno, no requería de tonterías y orgullos-. Es posible que, quien le regaló algo como un portal al Averno, fuese de ese mundo.

"Sí, sin duda encaja", pensé.

-Albedo: el primer objetivo será saber quién es Ábaco –era evidente-, y después ser cautelosos a la hora de acercarnos a él. Si nos ganáramos su confianza...

-Xiao: no –rechazó frontalmente, en un fuerte arrebato-. Si lo encontramos, lo apartaré y lo interrogaré como sea.

-Albedo: mataste a la mejor fuente de información, Xiao –le recordé, refiriéndome a Ming-yue-. Por si no te has dado cuenta, la seguridad de este hotel es enorme, lo que no te permitirá libertad de movimiento más allá de esta habitación...

-Xiao: aquí sólo hay adeptus y humanos, puedo encargarme de ellos fácilmente.

"Idiota", debí guardarme, en pro de la paz.

-Albedo: por las buenas, aunque, parezca al principio más lento, siempre es más efectivo. Si es un psicópata, mantendrá la guardia baja si cree tenernos en sus manos –intenté convencerle, aunque dudaba de si tendría éxito con un cabezota como él-. Por las malas... mucho puede salir mal, como que él mismo destruya un posible segundo espejo o se guarde una valiosa información hasta la muerte.

Suspiró y trató de pensar con la mente fría:

-Xiao: como haría Ming-yue... -musitó, apartando la vista de mí-. Y, siendo adeptus ese Ábaco, es lo más probable -¡¿estaba razonando?!-. No soy el único orgulloso entre nuestras filas –aceptó, sorprendentemente.

-Albedo: ¿entonces puedo confiar en que no activarás todas las alarmas? –fui directo.

-Xiao: por el momento... sí –respondió, encogiéndose de hombros-. Al menos hasta que pueda analizar mejor este sitio.

Me acerqué a una mesilla de la entrada, donde, en una bandeja, me habían devuelto la tarjeta y dejado unos papeles informativos, y me senté en el borde de la cama.

-Albedo: La feria empieza mañana –anuncié, un poco preocupado al respecto-. Hay horarios de actividades grupales e individuales –comencé a examinar-, y parece que ya tenemos hora establecida para las nuestras... -cogí aire-. Lo mejor es que preparemos de antemano nuestra tapadera.

***

Xiao

26 de Enero – 15:53 PM

Liyue – Hotel Goztamiel – Habitación de Xiao y Albedo

"Tapadera", repetí en mi mente... y pude imaginar a qué se refería. Al fin y al cabo, ya había hecho algo similar con Aria para el campamento de parejas. No obstante, con ella, incluso en aquel entonces y por muy incómodo que fuera, no había que fingir del todo... Yo estaba enamorado de aquella hermosa "humana" y la conexión que compartíamos era palpable, incluso desde fuera, por mucho que no quisiera aceptarlo.

No pude evitar sonreír al recordar aquella tremenda estupidez, cosa que sorprendió al pelirrubio. No obstante, vinieron a mí recuerdos que, aunque ridículos, seguía guardando en mi corazón. Aquella carrera... aquella sesión de confesiones... aquel beso forzado pero deseado...

"Más te vale estar viva, Aria", deseé con todas mis fuerzas y apreté mi corazón, para mantener la compostura.

-Albedo: ¿Xiao? –llamó mi atención, pues me había ensimismado.

-Xiao: ¿eh? –me sobresalté un poco, al "regresar" al oscuro presente-. Oh sí... la tapadera.

"¡¿Cómo demonios iba a fingir ser pareja de alguien a quien había intentado incluso ya matar?!", grité internamente.

No obstante, incluso desconociendo el cómo, estaba más que dispuesto a hacerlo si había la mínima oportunidad de acceder al Averno. Ni siquiera sabíamos si Ábaco tenía otro espejo "mágico" o si conocía dónde podíamos encontrarlo, pero... era mejor una miserable esperanza, que una agonía sin precedentes.

-Albedo: no va a ser agradable para ninguno de los dos, Xiao -¿de verdad era necesario aclararlo?-, pero no tenemos que hacernos, precisamente, amigos por estar unos días juntos. Por ello...

-Xiao: lo sé –sentencié y, con ello, me sentencié también-, y haré lo que sea necesario.

-Albedo: me alegra escucharlo –bajó la mirada, aliviado, y, tras darse una pequeña pausa, volvió a levantarla-. Bien... ¿dónde nos conocimos? –comenzó el juego.

El Pecado del Alquimista 4 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora