Capítulo 83

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Tartaglia

30 de Enero – 4:19 AM

Liyue – Casa de Tartaglia

Tuve suerte o actué lo suficientemente rápido como para que no pronunciara su nombre... dirigiéndose a mí. De otro modo, el sueño hubiera terminado.

"Debe estar vigilando en las cercanías", me preocupaba sobremanera el asunto.

-Aria: no te enfades conmigo, por favor –suplicaba, sentada junto a mí en el sofá del salón-. ¡Sabes que mi hermano es to... -se calló y se autocorrigió- importante para mí! ¡De verdad que necesito verlo, Xiao!

Perdí el control:

-Tartaglia: ¡¿Sabes todo lo que podría haberte pasado ahí fuera en tu estado?! –grité, más que furioso, por primera vez ante ella.

Quedó en absoluto silencio, y yo me sentí como el peor ser del universo.

-Tartaglia: l-lo siento... -bajé la cabeza, avergonzado por haberla tratado de aquella forma.

No obstante, el miedo a perderla y a que la hicieran daño, me había superado.

-Aria: no, es culpa mía –sus ojos se humedecieron-. Siempre soy una inconsciente y te hago daño, Xiao.

La abracé. Necesité hacerlo.

-Tartaglia: de verdad lo siento –susurré en su oído, intentando no mostrar tristeza alguna. Ahora mi ánimo le preocupaba, lo cual era maravilloso, porque demostraba que "me quería". No obstante, era un arma de doble filo-. Si me hubiera despertado antes...

Me apartó un poco, pero no por desagrado. Quería ver "mi rostro".

-Aria: no sólo me sobreproteges, también te sobreexiges –rió con una dulzura que me noqueó-. Eres demasiado bueno conmigo.

Llevó su mano a mi pecho, donde pareció jugar con algo que yo... no tenía. Quizá una especie de collar que él llevaría.

Aquello hacía mucho más evidente que no me estaba mirando a mí. Por ende, lo hacía más doloroso.

Y, en un impulso, me desabotoné la chaqueta y, después, la camisa.

-Tartaglia: márcame ahora mismo, Aria –pedí, aunque sonó más como una orden desesperada.

Yo también quería ser suyo de una vez.

-Aria: pero si ya estás...

La interrumpí:

-Tartaglia: quiero volver a sentirlo –insistí, decidido, y arqueé un poco la cabeza. Así, tendría mejor acceso al bajo de mi cuello-. Te lo suplico.

Su cara se enrojeció por completo.

-Aria: sabes que esa postura me pone, Xiao... -su cuerpo tembló de lujuria.

Sonreí.

-Tartaglia: perfecto, entonces.

Se había quedado paralizada, debido al estupor del momento. Por ello, la tomé de los hombros y la apreté contra mí. Dejé que su boca estuviese casi pegada a mi cuello, para que lo hiciera cuanto antes.

-Aria: Xiao...

Debido a la cercanía, podía sentir sus latidos removerse a un ritmo alarmante. Igual que los míos.

"¿Dolerá?", me preguntaba. "Es lo más probable, pero merecerá la pena... Lo quiero todo de ella."

-Tartaglia: vamos, poséeme –supliqué, desde lo más recóndito de mi alma, y coloqué una de mis manos detrás de su cabeza.

-Aria: creo que hoy no voy a poder hacerlo –comentó, avergonzada.

Se arruinó todo el ambiente.

-Tartaglia: ¿por qué no?

Se distanció un poco de mí.

-Aria: te juro que me haces arder, Xiao, pero... -su mirada vaciló- no puedo dejar de pensar en... -no pudo terminar la frase debido a la tristeza.

"El maldito hermanito una vez más", ni necesitó mencionarlo. Sabía bien que se trataba de él.

Intenté tranquilizarme o, de otro impulso, iba a acabar yendo hasta Mondstadt a matarlo.

"Aunque, hay una alternativa mejor", pensé de pronto.

-Tartaglia: creo que necesitamos unas pequeñas vacaciones –sostuve, con la mirada oscurecida.

Levantó una ceja.

-Aria: ¿pero no estábamos ya de vacaciones?

-Tartaglia: ¡pero yéndonos a un lugar paradisíaco! –ofrecí, fingiendo ilusión al respecto. En realidad, tendría ilusión de ser unas vacaciones. No obstante, el ocio no era ahora mi prioridad-. ¿Qué me dices?

Ella fue ágil, demasiado:

-Aria: ¿A Mondstadt?

"Para ver a tu maldito hermano, ¿no?", tuve que contenerme para no pronunciar.

El Pecado del Alquimista 4 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora