Capítulo 13

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Aria

16 de Enero – 20:47 PM

Liyue – Pantano Dihua - Casa de Aria y Xiao

Frente a la cama donde estaban mis hijos, hacía torpes movimientos con mis brazos para hacer parecer que estaba "nadando" e inflaba, intensamente, mis mofletes, haciendo parecer que estaba "conteniendo la respiración". Ellos no podían parar de reír ante mis estupideces. De hecho, parecían estar más atentos a mis genialidades que a la historia que mi hermano les estaba leyendo.

-Albedo: ¿vas a interpretar cada escena que narre? –suspiró, sentado, en el borde del colchón, con aquel cuento en sus enguantadas manos.

Sin parar de remover mi cuerpo extrañamente y, con ello, disfrutar de sus infantiles carcajadas... respondí:

-Aria: ¡les encanta! –reía también.

Él se llevó la mano a la cara.

-Albedo: lo sé... pero así no se van a dormir –pese a su evidente frustración, no pudo evitar también sonreír.

Un mágico y familiar ambiente se había gestado en aquella habitación. Sin duda, guardaría aquella escena por siempre en mi corazón: mis pequeños felices y Al a su lado. ¿Qué lo hubiera mejorado? Que Xiao estuviera también con nosotros, pero sabía bien que aquello era imposible. Juntar a Xiao y a Al era querer ver el mundo arder.

No obstante, en aquellos hermosos momentos, fantaseaba con ello.

-Nathaniel: ¿se supone que eso es un pez, mamá? –bromeó, aguantando sus costillas debido a la constante risa.

Su hermana estaba, literalmente, llorando por todo aquel absurdo. Ni siquiera podía pronunciar palabra. Era una máquina de carcajadas.

Por supuesto, Kairi me había preguntado por su padre, y se entristeció al saber que estaría unos días lejos de casa. No obstante, tampoco le sorprendió del todo.

-Aria: ¿queréis que haga de medusa otra vez? –propuse, guiñando un ojo.

-Nathaniel y Kairi: ¡sííííííí! –gritaron al unísono.

Mi hermano volvió a suspirar.

***

Aria

16 de Enero – 22:12 PM

Liyue – Pantano Dihua - Casa de Aria y Xiao

Por mi "culpa", efectivamente, costó bastante que conciliaran el sueño. No obstante, llegaba una hora en que esos dos caían inevitablemente por muchas risas que les provocaran. Sus párpados se pegaban y sus cuerpos se derrumbaban sobre el colchón.

Y, después de asegurarse de que se habían "rendido", Al cerró el libro y los cubrió a ambos.

"Ha sido un día increíblemente pacífico y agradable", pensé, al echar un último vistazo a mis ahora durmientes hijos. Y, sin duda, Al había tenido mucho que ver con ello. Incluso con aquella horrible herida en su espalda, todo lo hacía más fácil y entrañable.

-Aria: eres un padre maravilloso –necesité decir en alto, tras haber cerrado la puerta de la que iba a ser ahora la habitación de Al.

-Albedo: lo dice quien se ha tirado horas bailando para contentarlos –bromeó, mientras se quitaba la casaca y la dejaba dentro de un armario-. Incluso has aceptado propuestas.

El Pecado del Alquimista 4 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora