Capítulo 86

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Tartaglia

31 de Enero – 2:40 AM

Liyue – Base secreta – Suite de Tartaglia

El estruendo removió todo el edificio. Caían cuadros y muebles por todo lugar. De hecho, antes de que la lámpara nos aplastara, tuve que agarrar a Aria y sacarla de la cama de forma precipitada. Era una lámpara gigantesca que, al caer sobre la cama, ésta fue destrozada y hundida sobre el parqué. No obstante, no pude fijarme mucho en los destrozos constantes de nuestro derredor, porque aquellos movimientos sísmicos y abruptos, nos provocaban a nosotros también perder el equilibrio.

Y aún más a Aria, quien, de no estar entre mis brazos, estaría ahora en el suelo.

-Aria: ¡¿un terremoto?! –expresó, nerviosa e ingenua.

La agarré lo más fuerte que tuve, y me la llevé fuera de la habitación. Acabábamos de despertar, de aquella horrible forma, y la confusión no me dejaba pensar con claridad. No obstante, sí que tenía algo claro: sácala de aquí.

Cuando salimos al pasillo, pude ver, a través de las ventanas, el verdadero infierno en el exterior.

Todo era pasto de las llamas.

-¿?: ¡VAMOS A MORIR! –se escuchaban chillidos agónicos en las cercanías-. ¡CORRED, CORRED!

Entonces, varios subordinados de antifaz corrieron a nuestro lado.

Yo tomé a uno de ellos del cuello del abrigo.

-Tartaglia: ¡¿Qué está pasando?! –interrogué, furioso con toda aquella situación.

-Fatui: ¡nos están atacando, señor! –aquello era obvio-. ¡Caen bolas de fuego del cielo!

Si no fuera porque lo tenía bien agarrado, habría huido hace tiempo por cualquier vía accesible.

-Tartaglia: ¡¿y por qué no estáis defendiendo la base?! ¡¿Dónde está Scaramouche?! –era un mar de preguntas.

-Fatui: Scaramouche fue de los primeros en caer, señor –enmudecí al escucharlo-. ¡Se enfrentó, directamente, a ese demonio y...!

"¡¿QUÉ?!", aquello era muy serio. Si habían vencido a aquel enano... ¡Teníamos que huir!

-Aria: ¿Scaramouche? –preguntó, muy confusa.

Su cara era un poema, pero yo no tenía tiempo para explicaciones. Se nos iba a acabar cayendo el edificio encima si tardábamos demasiado.

Volví a agarrar del brazo a Aria y la guié conmigo hacia las escaleras de emergencia.

-Aria: ¡Xiao! –replicó, mientras corríamos entre estruendos y explosiones demasiado cercanas-. ¡¿Tú sabes qué está pasando?! –sospechaba-. ¡¿Por qué le has llamado base al hotel?!

-Tartaglia: ¡ahora no es el momento, Aria! –era la absoluta verdad.

Bajamos hasta al piso base, donde todo un ejército de cadáveres yacía sobre el ahora quebrado suelo.

-Aria: joder... -por su impresión, debí suponer que aquella horrible imagen no se la evitó su constante alucinación.

No eran soldados cualquiera... Eran de élite, de los mejores que teníamos bajo las órdenes directas de los Heraldos. Y habían caído como cualquier otro, como si fueran simples hormigas.

-¿?: ... Aria –escuché tras nosotros.

Cuando me volví hacia la voz, se me heló la sangre.

El Pecado del Alquimista 4 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora