Capítulo 54

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Zhongli

25 de Enero – 18:49 PM

Liyue – Profundidades adeptus – Templo de Ming-yue

Xiao enloqueció. No sólo tuve que usar toda mi fuerza para detenerlo de volver a colocar aquellos pequeños cristales sobre el espejo, sino que también tuve que perseguirlo cuando intentó volver a interrogar a Ming-yue. No obstante, en aquella ocasión, no tuve que pararlo de ningún modo: porque Ming-yue había muerto.

Con las manos temblorosas, agarró los costados de su kimono interno y la zarandeó. Era evidente que su alma ya nos había dejado, sin embargo, él necesitó asegurarse de ello casi a golpes.

Al fin y al cabo, ella era quizá su única esperanza para "arreglar" el portal.

-Zhongli: Xiao... -fui, poco a poco, haciéndome con sus dos brazos desde atrás para poder apartarlo, aunque fuese lentamente, de aquel cuerpo.

-Xiao: ella sabrá arreglarlo –aseguró, demente-. Estoy seguro... -sus dedos se aferraban a aquella blanca y fina tela.

Llegué hasta sus manos y las agarré con cuidado para ir tirando de ellas.

-Zhongli: ¿por qué no lo hablamos en otra habitación? –ofrecí, diplomático.

Pero él no requería ahora diplomacia alguna. Él sólo aceptaría ideas con las que ser capaz de llegar al mismísimo Averno.

Aún así, aunque no fuera a darle ninguna (bien sabía que, una vez roto, no había arreglo posible), procuraría que Xiao estuviese lo mejor posible y, a poder ser, lejos de un cadáver.

-Preservadora: las sirvientas de Ming-yue debieron huir cuando la torturó –explicó a unos pocos metros de mí-, así que llamaré a otros para que se encarguen de limpiar esto.

-Zhongli: gracias –suspiré, sin apartar mis manos de las de mi querido peliverde.

-Preservadora: tú encárgate de él –pidió, más preocupada que nunca.

Su rugido nos hizo vacilar a ambos:

-Xiao: ¡¿Creéis que no os estoy escuchando?!

Finalmente, pude apartarlo de lo que quedaba de la pelirroja terapeuta y lo envolví entre mis brazos, para que no pudiera volver a correr a ningún otro desagradable destino.

-Zhongli: te prepararé una habitación para que descanses, ¿vale? –susurré, lo más cálido posible.

Nada más escuchar mis intenciones, él comenzó a forcejear, frenético. Sin embargo, mi cuerpo, en comparación con el suyo, era una gran masa difícil de quitarse de encima. Además, estaba aquel respeto que me tenía, lo que, incluso en aquellas circunstancias, le impedía usar todas sus fuerzas contra mí.

-Xiao: ¡¿descansar?! –replicó, con una furia desmedida-. ¡¡¡Tengo que ir por Aria!!!

Sentí cómo temblaba, con una ansiedad más que palpable.

-Zhongli: quizá te dé algo también de beber.

-Xiao: señor... ¡¿Qué estás...?!

Lo golpeé en la nuca, provocándole al fin un poco de paz.

"El duelo va a ser inimaginable", temía, pero, sin duda alguna, lo acompañaría en todo momento.

El Pecado del Alquimista 4 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora