Nathaniel
26 de Enero – 10:17 AM
Liyue – Profundidades adeptus – Templo de Ming-yue
Papá no salía de la biblioteca y tío Xiao no paraba de examinar cada rincón de aquel templo, por lo que todos acabamos quedándonos allí. El ambiente era tenebroso y melancólico, más aún cuando Zhongli y Venti intentaron decirnos que nuestra madre había fallecido.
Ni Kairi ni yo les creímos, pero no les sorprendió nuestra incredulidad. Simplemente, aceptaron nuestra reacción y nos bañaron en todo tipo de atenciones durante la noche. Incluso, nada más despertarnos, nos trajeron juguetes nuevos del mercado del pueblo de abajo.
Pero nosotros, al igual que nuestros respectivos padres, también queríamos hacer algo para dar con mamá.
-Nathaniel: ¿era un sitio oscuro y con seres que se te lanzan encima? –repetí, aterrado.
-Kairi: sí... ¡y también había un dragón, como tú, pero mucho más grande! –siguió contando, mientras arrancaba buena parte de la hierba del jardín. Era su forma de liberar estrés-. Él fue quien...
-Nathaniel: ¿detuvo a mamá? –terminé la frase, al ver que ella no iba a ser capaz.
Ella asintió con la cabeza.
-Kairi: papá la salvará –añadió, rápidamente, en cuanto sintió sobrevenirla la tristeza.
"No, mi papá lo hará antes", sabía bien. Por muy fuerte que fuese el tío Xiao, incluso a mi corta edad conocía que la inteligencia era más valiosa en aquel mundo... y a mi padre le sobraba.
-Nathaniel: ¿has podido hablar siquiera con tu padre desde que regresasteis? –pregunté, preocupado.
-Kairi: no... -quedó cabizbaja.
Y yo me acerqué a ella para abrazarla. Aún vestía aquella ropa verde y de camuflaje que ella creía que iba a ayudarle en sus aventuras. Al final, no sirvió de nada, pero agradecía que estuviese bien.
-Nathaniel: yo tampoco... -susurré.
***
De la mano, decidimos ir a hablar con nuestros padres. Quizá, durante la noche, ya habían hecho algún avance. No obstante, en cuanto atisbé a lo lejos al tío Xiao, supe que no había sido buena idea.
Sin importarle el ruido o el destrozo, estaba rompiendo paredes y suelos a su paso. Levantaba una humareda considerable, pero era fácil guiarse hasta el foco del caos. Sólo había que seguir sus estruendos.
-Kairi: pa... -ante aquella visión exaltada de su padre, sufrió de cobardía- papá... -pero consiguió llamar su atención finalmente.
Él se detuvo por un momento.
-Xiao: aléjate, Kairi –pidió, inexpresivo, en un intento de no mostrar su afligido estado ante su hija. No obstante, aquella impavidez lo hizo más siniestro-. Puede saltarte algo a los ojos.
"A los ojos y a algo más...", pensé, mientras observaba los distintos y grandes trozos de las correderas de madera y tela. Estaban desperdigadas por su derredor. "¿Quizá intentaba encontrar algún pasadizo secreto?", me preguntaba, desconcertado ante aquel deseo destructor.
El templo no tenía la culpa de haberse tragado a mamá, pero... no podía juzgarlo. Se veía, absolutamente, desesperado.
Iba a acabar llegando a ella excavando sobre la tierra.
***
En la biblioteca, mi padre se veía mucho más tranquilo. No obstante, incluso al darle unos pequeños tirones de su casaca, no apartó la mirada del libro. Ni siquiera se percató de mi existencia. Estaba... y no estaba... al mismo tiempo.
-Kairi: ¡¿tío Al?! –gritó, más valiente ante él.
Papá se sobresaltó al instante.
-Albedo: oh... -se sorprendió al vernos a su lado-, ¿qué hacéis aquí? –supe que quiso sonreír, pero le fue imposible.
-Nathaniel: ¿puedo ayudarte, papá? –ofrecí sin dudarlo.
Se apartó un poco de la mesa para poder acariciar nuestras cabezas.
-Albedo: ¿por qué no vais a jugar con Venti? –no era una pregunta, más bien, una orden camuflada. Él siempre era amable y correcto, pero... ahora su calidez se había congelado, haciéndolo tan siniestro como el tío Xiao pese a que no estuviese destrozando nada a su derredor.
-Nathaniel: sé leer... -le recordé, preocupado.
Volvió a ensimismarse en la lectura de aquel catálogo, desapareciendo toda posible atención hacia nosotros.
"Papá...", pensé, afligido.
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El Pecado del Alquimista 4 [+18] (Genshin Impact)
FanfictionCuarta parte de El Pecado del Alquimista. Tras el duelo a muerte, el alma de Xiao será sometida ante las tinieblas del deshonor. El más perverso temor lo hará caer en desgracia, mientras Albedo se alzará sobre sus cenizas y se dispondrá a abrir la c...