El Pecado del Alquimista 4 [+18] (Genshin Impact)

Capítulo 85

Nathaniel

30 de Enero – 22:13 PM

Mondstadt – Piso de Albedo

Echaba mucho de menos a mamá, y la información que nos daban de ella era a cuentagotas. Al principio, nos dijeron que se había perdido en un lugar horrible. Después, que estaba muerta. Y ahora, que estaba viva, pero que tardaría en regresar a casa. ¡No entendía nada, pero quería ir con mi mamá!

Kaeya se aseguraba de tenernos entretenidos durante el día. Solía ser Venti quien más jugaba en aquel templo conmigo, pero, desde que volvimos a nuestra casa, estaba siempre preocupado y con el ánimo por los suelos. Zhongli trataba de animarlo, sin embargo, lo apartaba pese a lo tanto que le solía gustar su compañía. Algo había pasado entre ellos, y me imaginaba que se debía a mamá.

De hecho, el ambiente de la casa y de todos se había oscurecido por el mismo motivo. Su ausencia dolía demasiado. Incluso el tío Xiao estaba peor que nunca. No pronunciaba palabra ni mostraba emoción alguna. Sólo venía, de vez en cuando, a ver si Kairi estaba bien y luego se marchaba a patrullar. No obstante, tampoco se quedaba junto a ella mucho tiempo... y ella acababa llorando por las noches.

Igual que yo.

Y papá... estaba encerrado en su habitación. Ni siquiera me dejaban entrar a verlo.

Ya no aguantaba más. Odiaba ser yo quien diera el primer paso de una locura, pero el día a día, en aquel momento, nos estaba enloqueciendo de por sí a todos nosotros.

-Nathaniel: Kairi... -removí su brazo.

Estaba tumbada al lado mío, en aquella gran cama de adulto.

-Kairi: ¿qué? –sabía que estaba despierta.

Ahora no solíamos conseguir dormir hasta muy tarde.

-Nathaniel: ¿podrías crear una distracción para Zhongli y Venti? –pedí de pronto.

Se volvió hacia mí con el rostro estupefacto.

-Kairi: ¡¿qué estás tramando?! –inquirió, más asombrada que preocupada. No solía ser yo el inductor de malas ideas-. ¿Acaso piensas escapar para ir a buscar a mamá?

"No, eso sería demasiado peligroso", tenía claro, tras la aventura de mi hermana.

-Nathaniel: quiero ir a ver a mi papá –de verdad lo necesitaba.

-Kairi: oh... eso es aquí al lado.

-Nathaniel: ¡exacto! –insistí-. Pero seguro que ellos dos me paran antes de abrir la puerta.

Sonrió, de forma diabólica.

-Kairi: cuenta con mi inestimable apoyo, Nath.

***

Mi hermana sabía bien cómo hacer sonar todas las alarmas. En unos minutos, ya tenía a Zhongli y a Venti detrás de ella, tras fingir querer escaparse por el balcón. Yo, en pleno revuelo, me fui acercando a la habitación de papá... y me colé en ella.

Cerré la puerta a mis espaldas. No obstante, cuando eché la vista a la cama, quedé boquiabierto.

-Nathaniel: ¿por qué está... encadenado? –la imagen era terrorífica. Estaba atado de pies y manos, y no se movía.

Salté a la cama y corrí hasta mi padre.

-Nathaniel: ¡¿papá?! –removí su torso, pero no abría los ojos por mucho que usara toda mi fuerza-. ¡Papá!

Raudo, posé la oreja sobre su pecho, en la zona donde creía que estaba el corazón. Me alivió escuchar sus latidos. Eran lentos y bajos, pero eran latidos.

"¿Sólo está dormido?", era la única explicación. No obstante, para aquellas cadenas, no había aclaración alguna.

Llevé mis pequeñas manos a las cadenas, pero me provocaron un chispazo.

-Nathaniel: ¡ay! –me quejé, y me aparté de ellas.

Y, al sentirme absolutamente inútil, hice lo que todo niño haría ante la impotencia: llorar.

-Nathaniel: papá... papá, por favor... -sollocé, con notable ansiedad-. ¡Despierta, por favor!

No hubo más respuesta que el silencio.

-Nathaniel: papá... -agarré su camisa azul, aquella sobre la que solía antes dormir-. Tienes que despertar, papá... -intenté secarme las lágrimas, pero no paraban de salir otras-. Ahora que mamá ha regresado de ese feo lugar, ¿quién la va a traer a casa?

Y abrió los ojos.