XCIII

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No hago ruido cuando me acerco a la habitación de Han, donde seguramente Kim y ella han de seguir jugando o algo.

Con un suspiro lleno de frustración abro lentamente la puerta con la mirada baja, deseando no encontrarme con los ojos curiosos del azabache.

Contrario a lo que pensé, en el cuarto reina un gran silencio.

No están aquí...

Trato de no entrar en pánico. Kim se la pudo haber llevado al parque, o a cualquier otro lugar... ¿Verdad?

Por si acaso voy revisando una a una las habitaciones de esta estúpidamente grande mansión. Cada cuarto que abro y encuentro solo me da un sentimiento de angustia.

Joder, Kim... Es mi bebé, mía.... ¡Deberías avisarme si te la vas a llevar, carajo!

Sólo sobran cuatro habitaciones. La mía, la de Park, la de YoonGi y la de Kim.

Jeon, estúpido Jeon... Debiste empezar por estas cuatro, pendejo....

Las de Jimin y Yoons están vacías, y a la mía no pudo entrar nadie porque está cerrada con llave.

Sólo me queda una.

-¿Hola?... - murmuro, abriendo la puerta del cuarto de Kim lentamente, asomando mi cabeza.

La escena que encuentro es... Joder... Adorable.

Taehyung duerme profundamente, al igual que Haneul. Él está con el torso desnudo, producto del horrible calor que hace. Sobre su pecho, hecha un ovillo, está Han, con ropita diferente a la que le vi hace una hora. Una linda playerita de manga corta color beige y con flores azules, y un short del mismo color que las flores le dan un adorable aspecto. Hunde su pequeña nariz en el cuello de Taehyung, y se ve cómoda desparramada sobre su pecho. En su boca descansa el pulgar de su mano derecha, y la izquierda toma el dedo de la mano que Kim tiene cerca.... Y la habitación alrededor de ellos brilla. Brilla con estrellas y planetas luminiscentes. Brilla con todo su esplendor, dejándonos bajo un universo hecho por nosotros.

Para nosotros.

Me quedo en silencio, totalmente embelesado por la imagen.

Mi amor, mi Han... Tan linda, tan pequeña...

Y Taehyung... Tan idiota pero adorable.

Pasan quince minutos... Tal vez dos horas. No puedo apartar mi mirada de la dulce escena entre Kim Taehyung y Haneul. Es un choque entre mis mundos. Él, mi pasado. Doloroso, hermoso, maravilloso, adorable. Ambos, mi presente. Loco, amoroso, único, de ensueño, y con heridas también. Ella, mi futuro.... Porque no creo que Kim forme parte de él...

Haneul. Mi cielo. Mi estrella más brillante.

Taehyung. Mi Luna... El que siempre me da la espalda cuando realmente le necesito.

Son mi mundo. Esos dos son mi mundo entero, mi universo. Mi familia...

Pero Taehyung también es un hoyo negro que absorbe y destruye todo.

Con un suspiro cierro los ojos, y me recargo en la pared más cercana, golpeando suavemente mi cabeza contra ella.

Al abrir los ojos, éstos chocan con una bola de cristal. Con delicadeza la tomo, y observo al oso polar dentro. Agito la bola de nieve, y contemplo cómo el blanco animal, a pesar de la tormenta, se mantiene ahí. Se mantiene firme ante la tempestad.

Es fuerte.

Incluso una figura inanimada es más fuerte que yo...

¿Hola? ¿Se te murió la única neurona que tenías? ¡Es una estúpida bola de nieve, Jeon! Ese estúpido oso no puede combatir la estúpida nieve de estúpida brillantina porque está pegado a la estúpida tapa que lo mantiene estúpidamente quieto. ¡Lo dijiste, no tiene vida, carajo! Eres un estúpido tú también.

Matar O MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora