XVII

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La relación entre Kim y yo los días siguientes es complicada. A veces incluso llego a sorprenderme que en algún momento nos llevamos más que bien y tuvimos algo más allá de una amistad. No podemos estar solos ni cinco segundos porque discutimos. Él trata de someterme, yo termino por ganar, se enoja, me enojo, gritamos y se va azotando la puerta, maldiciendo el momento en que me salvó. Tan mal nos llevamos que la rutina ha dado un giro de 360 grados. Ya no es él quien se asegura que coma, ahora un chico bajito de cabello negro me atiende. Nunca dice nada fuera del saludo. ¿YoonGi se llamaba? La verdad no lo sé. Susurró su nombre fugazmente y tan bajito que no lo escuché. En situaciones normales me habría molestado; sin embargo, el muchacho me cae bien. Es de esas personas que aún si no las conoces te agradan. Algo tiene que me causa curiosidad.

-¿YoonGi?

Detiene su lectura (sí, eso hace todo el rato que se queda conmigo), y me mira a los ojos tímidamente. Un simple sonido es su respuesta de que me escucha.

-¿te importa si te sientas a mi lado y leo contigo?

Él asiente y se acerca hasta la cama, donde le hago espacio. Lo difícil no es acomodarnos, más bien buscar una posición que no me lastime. Gracias al numerito de hace dos días, mi estado empeoró. O eso dice Jimin, aunque la verdad yo creo que nunca mejoré. Ah, cuánto extraño no sentir nada...

-¿qué libro es?

-Hansel y Grettel...

Mi reacción natural sería burlarme. ¿Quién lee hoy en día cuentos de niños pequeños? No es común y es algo... Absurdo; sin embargo, muerdo mi lengua y le pido que lea un poco en voz alta. Tengo un presentimiento.

YoonGi va narrando la historia de los hermanos. Desde la deliciosa casa de dulce hasta el terrible destino de la bruja. En todo momento su voz es suave, y de vez en cuando dulcifica la voz para hacer de Grettel o Hansel. Yo le hago de bruja (cómo no), y así vamos formando las escenas. Cuando lanzo un chillido, simulando el sufrimiento de la malvada hechicera, él suelta una carcajada. No logro evitarlo y me río con él. De asesino a sueldo pasé a ser cuenta cuentos, ¡genial!

-se hace tarde. Deberías dormir.

Con calma y elegancia se levanta de la cama y da media vuelta para irse.

-¿por qué Hansel y Grettel?

Se queda callado. Uno, dos minutos y sigue sin responder. Se aferra al libro como si de ello dependiera su vida.

-hay migajas de pan que los pájaros ya se comieron, Jungkook; creí perder el camino; pero el olor a sangre me guió de regreso. No quiero olvidar la tinta que fue derramada.

jamás olvides la tinta derramada.

Mi ser se llena de algo parecido al pánico. Sólo hay un lugar donde te graban con fuego en la memoria esa frase: la Organización.

-¿y tú eres...?

-Min YoonGi, hijo de Kang Eunsun y Min Sungnae.

Caray, ¿pues con qué tipo de gente se relaciona Taehyung? Vaya si recuerdo a sus padres. Ese día por poco pierdo la cabeza literalmente. El negocio tuvo un gran y fatal descuido. Murieron dos amigos míos gracias a que erraron en la cantidad de guardias. Y ese día cometí el primer y único fallo en mi carrera: maté a las personas equivocadas. Min Sungnae y Kang Eunsun; nombres que algunas veces atormentan mis sueños y el único delito del que me arrepiento...

-¿lograron salvarlo?

Nunca me atreví a investigar sobre ese tercer individuo. No quería saber si le había hecho daño, si lo maté. Hoseok dice que logró vivir, pero no confío en su palabra. Mentir es nuestra vida, ¿por qué creerle?

Matar O MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora