LXXXI

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No pude.

No pude con su confesión, no pude con sus lágrimas, no pude con el dolor.

¿Por qué soy tan idiota? ¿Por qué amo hacerme ilusiones?... ¿Por qué me he lanzado a sus brazos sin dudar?

¿Por qué me permito llorar cuando me devuelve con fuerza el abrazo?

-te quiero. Te juro que te quiero, Nochu - susurra mil y un veces, como si fuera un secreto.

-eres un maldito idiota...

-pero soy tu idiota, ¿o no?

No. No debe serlo, no puede serlo. No quiero que sea nada mío de nuevo... Sin embargo, mi corazón grita, me impide alejarlo, y le dice que sí, que es mío, con toda la adoración posible.

Eres mío, mi ángel, mi vida, mi amor... Eres mi luz, mi salvación. El hijo de la Luna. Mi dulce príncipe, mi bello demonio... Eras mío... Y lo serás de nuevo.

¿Verdad?

-¡chicos, a comer!

Kim me sonríe tímidamente y me extiende una mano.

La mano que usó para empujarme al vacío, para romper mi corazón, para humillarme...

La mano que un día me hizo volar.

Y también la que me dejó caer.

¿Es correcto que vuelva a confiar en él? Es decir, pudo decirme que había cancelado la boda... Eso me hubiera ahorrado muchas lágrimas... En cambio, sólo se quedó callado e incluso tuvo el descaro de pedirme que fuera su padrino...

No, aún no puedo confiar en él...

-¡Minnie, dime que hiciste algo rico! - grito sonriente, entrando a la casa e ignorando su mano.

Jimin también trae una sonrisa de oreja a oreja. Hannie descansa en sus brazos, y YoonGi tiene la mano en su cintura.

No sé qué rayos ha pasado, ni por qué hace rato andaban peleados, pero se ven felices. Incluso Park tiene sus mejillas sonrojadas, y sus ojeras parecen desaparecer.

Llámenme Cupido.

-¿te gusta el pastel de calabaza? Ayer Tae y yo lo hicimos, y creo que hoy tomó un mejor sabor.

Mi sonrisa quiere caer.

No deseo nada de él.

No ahora.

No puedo.

Quiero estar lejos.

Quiero estar con Hannie.

Quiero derrumbarme en silencio y recuperarme al ver a mi dulce niña sonriendo y tratando de secar mis lágrimas. Eso es lo que quiero. Romperme para hacerme más fuerte e inquebrantable.

-no tengo hambre, Minnie. Creo que iré a dormir...

-oh... Claro, Kook.

Sonrío ante la mirada curiosa de YoonGi. Beso la frente de Hannie y me voy a mi habitación.

Mil recuerdos me atacan apenas cierro la puerta. Comienzo a odiar con cada pedazo de mi podrida alma que Kim se haya tomado el tiempo de buscar minuciosamente cada elemento en el cuarto de mi pasado. Todo es perfecto.

Todo es tan jodidamente perfecto que me dan ganas de gritar, de romper todo. Nada es real, ya no estoy en el maldito pasado. ¡Carajo, Jeon, despierta!

-Gyeom... Oblígame a amarte... Por favor... No quiero sentir esto de nuevo...

En mi teléfono aparece su número.

Matar O MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora