XLVII

45 9 0
                                    

-¡Kim hijo del jodido infierno, maldito come mocos, insoportable Taehyung, ven acá! ¡Te voy a dejar calvo, lo juro! ¡Y también a tu perro! ¡Park! ¡¿Dónde estás cuando te necesito, enano?! ¡Tú también vas a conocerme, Jimin! ¡Ven aquí ahora mismo!

Escucho algo chocar con la puerta con fuerza, pero estoy tan molesto que ni siquiera me burlo del idiota rubio que se ha pegado. Su cara está pálida, y su cabello a medio pintar. Supongo que eso se debe a que lo he estado jodiendo con que él y Kim son gemelos. Como tienen el mismo color de pelo, hace unos días abracé a Park por la espalda y empecé a repartir besos en su cuello. Sobra decir que gritó y fingimos vomitar... Aunque la verdad no fue tan malo.

Ahora, ¿en qué íbamos?... ¡Ah! Sí, Kim... ¡Ese idiota me las pagará!

-¡¿qué sucedió?! - grita Jimin agitado.

-¡llama a ese pulgoso y odioso animal, y que traiga a su jodido perro! ¡Y traeme una maldita rasuradora porque de esta no se salva ninguno de los tres! ¡Cuidadito con no obedecerme, Park, porque también te rompo la ropa!

¿En qué mundo estamos que ahora esas son mis amenazas? Antes era obedecer o morir... Ahora el gran Jeon Jungkook amenaza con cortar el cabello y dejarlos sin ropa. Pura vergüenza doy.

-¿no crees que es exagerado, Jungkook? Digo, ¿qué te pudieron haber hecho para que estés así?

-¡dije que llames a ese mocoso insolente y a su mascota! ¡Yo iré por la santa rasuradora! Faltaba menos.

Incluso Yeontan comienza a temblar cuando entro con la rasuradora inalámbrica. No sé quién haya sido su creador, pero me dio el instrumento más poderoso del mundo. Los voy a dejar sin cejas, ya verán.

-¿quién fue el gracioso que le ordenó a Yeontan hiciera sus asquerosas necesidades en mi chaqueta Gucci?

Ninguno contesta, así que empiezo a jugar un poco con mi poderosa arma, acercándola a sus cabellos o cejas, aunque sin llegar a cortar nada. Pronto uno se vuelve más pálido y descubro al culpable de todo.

-Tan, vete de aquí antes de que te deje sin pelaje y vaya si tienes mucho - le gruño al can, quien se va rápido.

Ese perro no es tonto. Bien ha de recordar la vez que no me hizo caso y sí le cumplí mi promesa de raparlo. El único necio es Kim. Ama verme molesto porque no tiene consecuencias. Ya verá.

-Jimin, puedes irte también. Dile a YoonGi que Kim y yo saldremos un largo rato.

No se lo piensa dos veces. Park sale corriendo y deja atrás a su mejor amigo, quien adopta un enfermizo color amarillo cuando paso los dedos por su brillante y sedoso cabello rubio.

-en realidad la idea fue de Jimin, yo sólo le pedí a Tannie que hiciera esa maldad, pero no fue mi culpa, Kookie. Ya sabes que yo sería incapaz de hacerle eso a tu amadísima chaqueta negra, en serio. Es más, te voy a comprar dos igualitas, ¿qué tal? ¡Unicamente te pido que dejes vivir a mi cabello, me costó literalmente mucho teñirlo y casi me quedo calvo! ¡Ten piedad de mí, Kookie! - ruega de forma dramática, logrando sacarme una carcajada.

El hijo de su madre arruinó la rabia.

-está bien, Kim, te dejaré las cejas. Pero no creas que te has salvado. Tu idea o no, mandaste a Yeontan a cometer ese delito. Me vas a acompañar a un lugar sin ninguna queja. Cambiate y nos vamos en quince.

Kim sale corriendo de inmediato, gritando que ha ganado y está vivo. Pobre idiota. Lo llevaré al mismísimo e infame infierno: Paradise. Un burdel de primera, según muchos clientes. Para mí, un simple lugar donde explotan a las personas. Aunque suene cruel, así es la cosa. Y se ha vuelto tan normal que da lástima. Más relajo se hace por el asesinato de un hombre cruel que por las chicas que son abusadas en el mundo. Allí especialmente. La mayoría de las jóvenes no pasan siquiera de los dieciocho. Es asqueroso.

Matar O MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora