XXXV

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—no puedes huir. Vas a perder.

Me incorporo con urgencia, buscando oxígeno; sin embargo, lo que encuentro es algo que me deja estupefacto: ya no estoy en el pozo. En lugar de ese lugar tan apretado, frío y oscuro, estoy en mi recámara. Y con esto no me refiero al cuarto que Taehyung me prestó para pasar el tiempo mientras mis heridas se sanan, sino mi habitación, en mi casa... Más increíble se me hace que Kim esté a mi lado, durmiendo abrazado a mi costado. Ya no tiene el cabello azul, sino su común tinte rubio. ¿Acaso esto es un sueño? ¿O todo lo que viví, los asesinatos, los golpes, la caída a ese lugar tan horrendo, fue una pesadilla? ¿Por qué me encuentro de nuevo en mi hogar?

Me separo con delicadeza de Tae, quien de inmediato se remueve, buscando mi tacto, así que le doy una almohada. Como un koala, se aferra a ella con delicadeza y su semblante se llena de paz.

Todo como antes era.

Pero algo no cuadra.

Al levantarme, un dolor inmenso recorre cada rincón de mi cuerpo. Al intentar sofocar el dolor, accidentalmente miro mis manos, que están llenas de vendas. Es cuando caigo en cuenta que nada de lo que pasé fue una atroz mentira. Sí maté, sí mentí, sí traicioné al clan, sí me reencontré con Taehyung y, lo más importante, él sí me aventó al pozo.

-¡¿qué te sucede?! - me reclama cuando lo tiro con brusquedad al suelo.

-¡eres un idiota! ¡Pero esta vez te mato, vaya si te mato!

A pesar de las heridas y el tremendo dolor que me provocan, me coloco sobre Kim y posiciono mis manos en su cuello, a lo cual él me trata de alejar sin éxito alguno. Su rostro se pone rojo ante la falta de aire, pero eso ya no me importa. ¿Quería jugar con el infierno? Pues ya le salió el diablo, y no pararé hasta que me pague cada cosa que me ha hecho.

-¡Jimin! ¡YoonGi! - exclama en un segundo que me logra apartar.

Sólo uno.

Momentos después, ya viendo a mi víctima perder la conciencia, unos brazos me sujetan con fuerza y me arrastran lejos de Taehyung, a lo que pataleo gritando que me suelten para seguir castigando a ese estúpido rubio. Obviamente ni Jimin ni YoonGi hacen caso a mi petición. Al contrario, tienen el descaro de gritarme que me detenga y que no vale la pena. ¿Cómo ignorar que me dejó abandonado y además me lanzó a mi peor pesadilla? ¡Que lo superen ellos, yo no! ¡Yo lo mato!

-¡cálmate, Jungkook! ¡Tae fue quien te sacó del pozo! ¡La puerta se atascó, no pudimos llegar antes!

-¡atascada mi abuela, él le puso seguro!

Jimin cede un poco, aturdido por la información, cosa que yo aprovecho para zafarme e ir de nuevo al ataque; sin embargo, Kim anticipaba eso y me derriba con facilidad, esta vez siendo él quien se coloca sobre mí, aunque sin llegar a dañarme.

-¡suéltame, cobarde! ¡Deja que te mate, porque es lo menos que te mereces!

-¿cómo que le pusiste seguro? ¡Me dijiste que esa puerta estaba descompuesta y no la podías abrir! ¡Me mentiste! - reclama Park.

-¿y qué querías que te dijera, Jimin? ¿Que aventé a Jungkook al fondo de un pozo como venganza que haya tratado de matar a mi novio? ¿Que si no fueras mi amigo, tú también estarías allí?

-¿amigo? ¡Ja! ¡Ni siquiera conoces el significado de esa palabra! ¡Ocho años de amistad y terminas tirando a tu amigo a un pozo!

-¡cállate, Jungkook!

-¡no, tú guarda silencio, Kim! ¡Debí dejar que Jeon te matara!

-¡ya basta, los tres!

Todos dirigimos nuestra mirada atónita hacia YoonGi, a quien el rostro se le ha puesto de un color colorado. Jamás lo había visto molesto... Bueno, en realidad nunca vi en él una expresión fuera de la aburrida o fría.

Matar O MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora