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Hay límites que no se deben ni siquiera tocar.

Y uno de ellos es el que me tienta Kim a pasar.

Sus besos, torpes, cariñosos, y salvajes como siempre, envuelven mis labios de manera tan mágica que me es imposible alejarme de él.

Sus besos, amo sus besos, los odio, los aborrezco, los adoro y necesito más... Pero los odio...

Ajá. Los  o d i o... amorosamente.

El calor de sus manos parece quemarme. Tocan mi piel con delicadeza y a la vez desesperación.

Kim jala mi ropa con un poco de fuerza, tratando de quitármela.

Me siento como en un limbo.

-espera - murmuro cuando logra quitarme la camisa -. Espera, Taehyung...

Kim suelta un suspiro de frustración, pero termina alejándose de mí con una suave sonrisa.

-lo siento - murmura, besando mis labios suavemente -. Es sólo que eres tan perfecto, tan guapo, tan... Tú, que quiero volver a recorrer mis manos por todo tu cuerpo, hacerte delirar, que toques las estrellas, mostrarte que no soy sólo un pobre diablo...

Su voz se va apagando poco a poco, hasta que el silencio gobierna.

-¿Tienes hambre? - le pregunto con una sonrisa, volviéndome a poner la prenda faltante.

Él me sonríe, mostrando un hermoso brillo en sus ojos.

-muero de hambre.

-entonces bajemos a cenar. Hemos plantado dos veces a Jimin y YoonGi.

Él se ríe ligeramente, imaginando el pleito que armarán esos dos por haberlos dejado con la cena calentándose.

-nos van a obligar a servir todo, ¿verdad? - río.

-no lo dudo.

Dicho y hecho. YoonGi y Jimin, molestos porque los abandonamos cinco minutos antes de cenar, nos obligaron a servir todo. Desde los platos hasta el pavo.

Tae sirve el vino con un suspiro de alivio, pues era lo único que faltaba para empezar a comer.

Sin embargo, cuando se sentó a la mesa, y quiso tomar una pieza del pavo, Jimin golpeó su mano suavemente, y le dedicó una cara entre molesta y divertida.

-hoy es una ocasión especial, Tae. Deja que Kook corte el pavo primero.

Mis sentidos de alarma se activan de inmediato, a pesar de no ser una situación de peligro extremo.

-no, no. Está bien. Que empiece a comer - murmuro con nerviosismo.

Nunca he estado en una cena navideña...

La más cercano a eso fue compartir sobras del pavo que la familia de Kim comía con el unigénito. Hasta ahí. Nunca he cortado la cena, nunca he pasado la noche comiendo hasta hartarme, no... No tuve nada de eso... Y... Vaya, está bien. Eso hace que aprecie más las veces que Taehyung se escabullía a mi casa o yo a la suya para platicar, reír, y comer un poco.

Muy poco.

Joder, ni siquiera teniendo mis millones pude disfrutar de un pavo con Hobi y Gyeom. Estábamos demasiado ocupados matando y cobrando nuestros servicios.

-¡Anda, mocoso, tengo hambre! Corta el pavo, eres nuestro consentido el día de hoy.

-pero...

-Nochu, corta el pavo. Disfruta este momento. Compártelo con nosotros - me dice Kim con una dulce sonrisa, enlazando nuestros dedos bajo la mesa.

-es que... No sé hacerlo... - murmuro.

Matar O MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora