Su mirada es suplicante. Con un bufido, escondo mi pistola y me siento frente a él, como si eso fuera lo más normal del mundo. El peliazul cubre su herida con la mano y sonríe a la niña que entra a la habitación.
-¿qué sucede preciosa?
Siento la mirada de la niña sobre mí. Me escanea, busca algo que no ve a simple vista. Con frialdad en los ojos la miro. No se estremece. Tan sólo me sonríe y se deja caer cerca de nosotros. La mirada de mi objetivo se llena de pánico.
-¡me cansé de esperarte! Sé que soy la mejor escondiéndome, pero no es para tanto, oppa.
-lo siento, nena. Vamos, vete a esconder de nuevo. Iré a encontrarte - su voz se quiebra al decir lo último, mas lo encubre con una tos.
-Taehyung oppa es malo. ¡Ya no quiero jugar al escondite!
¿Taehyung? Mh... Taehyung, Taehyung, ¿dónde he escuchado ese nombre?
-oppa tiene cosas importantes por hacer, linda.
Ella hace un terrible puchero. La cabeza me sigue dando vueltas. ¿De dónde carajo conozco a este chico y por qué me importa tanto? ¡Quiero respuestas a la de ya! ¿Park Taehyung?... No me suena... ¿Seok Taehyung? No... ¿Jung? Tampoco...
-bien, me voy... Pero no tardes oppa, te hice una sorpresa...
¿Kang? ¿Ji? ¿Min? ¿Jeon, tal vez?... No, no, no y no. ¿Choi? No... ¿Park? Ah, ya lo dije... ¿Quién, quién, quién?
-tan sólo te he de pedir que pongas un maldito silenciador y no la dejes ver. Por favor... Como un último deseo... - dice y me saca de mis pensamientos, a los cuales regreso de inmediato mientras me levanto y vuelvo a cargar mi arma.
-¿crees que soy el maldito genio de la lámpara o qué? - me mira directo a los ojos - mh. Bien.
Un rato de silencio... ¿Jae? ¿Yoon? No...
-eres hijo único.
No es pregunta. Los datos que tengo sobre él jamás mienten. Nunca me dan el nombre, pero no mienten. Es hijo único, proveniente de grandes empresarios, veintiséis años, soltero y próximo a recibir el trabajo de su padre.
-lo soy. Eunsun sólo es mi prima. Mis padres y los de ella fueron a esa fiesta. Me la dejaron encargada - sus ojos, mierda esos ojos tan brillantes... ¡Me lleva el demonio! ¡No recuerdo nada!
-mh - listo. Sólo jalar el gatillo. Pero antes quiero saber.
¿Jeong? ¿Song? No, mierda, no. Diablos, ¿por qué siento que debo recordarlo? Bang, Seo, Seung, Lee... No, ¿quién eres, maldito peliazul?
-¿cómo has estado, Kook? ¿Tan pronto me olvidaste?
Kim Taehyung...
Debí saberlo... Maldita suerte hija de perra... No, no, no... Todo el puto mundo menos él... Por favor... Debo verme tan frustrado como me siento, porque se empieza a reír tranquilamente. Por primera vez en muchos años, algo en mí duele. No un dolor pequeño, ni una molestia. No. Un dolor que podría considerarse tortura dado a la magnitud de éste. Mi mano empieza a temblar y mis ojos quieren llenarse de lágrimas. No lo permito. Lo veo disfrutar de mi agonía. Le ordeno a mi dedo apretar el gatillo, terminar con su vida de una vez e irme a dormir para recibir mi buena paga al día siguiente.
Mi celular suena. No lo contesto. Estoy tan concentrado en no derrumbarme que a los pocos segundos me olvido del molesto sonido. Mi cuerpo no me obedece, la bala no sale disparada. Él sonríe y se acerca a mí hasta quedar de rodillas, muy, muy cerca. Me estremezco cuando pasa una mano por mi pierna hasta subir a mi abdomen, donde vuelve a bajar y mete la mano a mi bolsillo. No parpadeo cuando se pone de pie lentamente y le agrega algo a mi pistola.
-quedamos que con silenciador, ¿no?
Sus manos bailan sobre mi pecho por unos segundos, tentando a las mías a cerrarse y terminar todo. No lo hago, por alguna extraña - conocida - razón. Me alejo casi un milímetro cuando retira lo único que cubre mi rostro. Se está divirtiendo, como yo lo quise hacer hace rato. Sus labios impactan con los míos de manera salvaje y brusca. De un momento a otro, me encuentro devolviendo el gesto y soltando mi arma. Me reclamo mentalmente y me exijo separarme, pero es tarde. Me siento atrapado, pegado a él. Con desesperación en el rostro y urgencia, por fin logro quitar sus labios de encima de los míos. Ambos jadeamos, como si nos hubiéramos besado por horas sin respirar; y aunque sólo fueron unos minutos, verdaderamente el tiempo se me hace eterno cuando se vuelve a acercar a mí y deposita dulces mordiscos a mi cuello. Lo empujo con poca fuerza, mi cordura yéndose por el caño. ¿Por qué, por qué tuvo que volver, por qué a mí? Me va a volver loco si me sigue tocando así, ¡mierda!, debo calmarme, debo acabar esto... Tan sólo... Tomar esa maldita cosa y hacer que la bala lo mate. Es todo. Y si es todo... ¿Por qué mierda no puedo hacerlo?
En un abrir y cerrar de ojos, me encuentro corriendo lejos de él y sus infernales orbes. No tomo importancia a que dejé toda la evidencia, que no cumplí mi trabajo y que dejé signos de mi presencia en algunos lugares de la casa, aparte de que olvidé mi arma favorita. Taehyung es lo único que ocupa mi mente, nublando todo pensamiento coherente. Necesito descargar toda esta basura que tengo dentro de mí, reemplazar a la víctima de mi fallido trabajo... Pero sería un desperdicio. No me pagan por matar gente al azar, así que simplemente me voy a mi casa y empiezo a golpear un saco de boxeo hasta arrancarlo de su lugar. No es suficiente. La pared queda con notables marcas de mi rabia. El sonido de varios mensajes llega a mis oídos y me saca de mi ocupación. Con pereza veo la cantidad de dinero transferido a mi cuenta. Siento un pinchazo al ver que me han pagado todo, aún sin mi confirmación de la muerte de Taehyung. Por primera vez hubiera deseado que ese maldito me marcara y me preguntara si lo he matado, al menos así no me sentiría tan jodidamente extraño... Me planteo seriamente si hablarle y contarle lo sucedido. Perdería 25 mil millones de dólares... Y además, Taehyung terminaría muerto. Lo del dinero lo puedo soportar, he perdido más en apuestas... Pero Taehyung... No, ni loco. Avisaré. Ajá, eso haré... Y si eso quiero hacer, no sé por qué mi estúpido cuerpo no me obecece. Me doy por vencido al no lograr marcar después de una hora. Mañana lo arreglaré, si no es que ellos lo arreglan primero. Lo único que pido al maldito universo es que no me manden a acabar el trabajo. Ver en su rostro el temor ante lo que me volví me duele. No quiero sentir esto otra vez.
Con pesadumbre voy al baño y reviso la herida que Taehyung me hizo. Es profunda y sigue sangrando. Suspiro y empiezo a curarme. Las vendas se empapan de sangre rápidamente. Miro mi cicatrizado cuerpo en el espejo. Si no fuera por tantas heridas, creo que podría ser modelo... Ah, qué idiotez. ¿Yo, modelo? Pff. Soy el asesino modelo, pero de posar para fotos nada. Exhibir mi cuerpo no es algo que me guste mucho. Amo presumir mis músculos, por supuesto, para eso entreno a diario. Todo con ropa, sólo eso. Ni estar en camiseta aguanto. Quizá hubo un tiempo en el que exhibía mis debilidades a cierta persona, pero ya no. Esos dos jóvenes murieron hace mucho tiempo. No queda nada de ese idiota Kook en mí. Jeon Jungkook, ¿okay? Sólo hay Jeon Jungkook.
Me siento medio rara usando un lenguaje tan obsceno. Usualmente no pongo nada así en mis otras historias, pero considero importante dejar bien en claro la perspectiva de Kook. Así que si no soportas este tipo de expresiones, pues... Sólo diré que estarán en un uso constante.
Y nada, ya hice mi examen de prepa y los nervios están que me matan. Con todo y eso, me voy a aventar todos los libros de La Quinta Ola. Juro que me vuelvo loca si no leo algo en más de un mes.
¡Nos leemos pronto!
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Matar O Morir
RandomJeon Jungkook es un asesino a sueldo, a quien le han pagado mucho dinero por matar a un niño rico llamado Taehyung, sin embargo, al estar a nada de completar su tarea, dentro de su corazón de piedra algo se ve afectado y no puede jalar el gatillo. S...