XVI

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Un golpe.

Eso es todo lo que necesito para acabar con la vida de este chico. Un solo golpe en la garganta con mi daga. Pero hay algo que me detiene. Y odio tanto que esto se esté volviendo costumbre.

-Jungkook, suelta a Jimin... Te lo ruego...

Miro a Tae de reojo. Se ve asustado. ¿Me teme? ¿Tiene miedo de que mate a su novio? ¿Lo haré en serio? Y la pregunta del millón: ¿por qué estoy dudando? ¿Cuándo llegamos al punto en que me he detenido a pensar si debo asesinar o no? Algo que hago con frecuencia y que además me gusta. ¿Qué ha cambiado para que esté reflexionando? ¿Por qué de repente las lágrimas en los ojos de mi víctima me hacen separarme de él? Mierda, esto no es lo que haría el Jeon Jungkook de hace un jodido mes, ¿qué demonios? ¿Dónde quedaron los deseos de matar, la nula compasión? ¿Dónde he quedado?

-¿quién mierda eres? - le gruño, aunque sé la respuesta.

El chico trata de hablar; sin embargo, el terror es tan grande que sólo logra tartamudear. Sigue pegado a la pared, como si eso fuera lo único que lo mantuviera en la tierra de los vivos. Y no sé si es gracioso o irritante. ¿Estoy perdiendo el control?

-soy Park Jimin. Soy doctor... Tae me llamó el mes pasado... Y también hace tres semanas... Desde ahí vengo a revisarte y procurar que no mueras... Aunque lo hiciste varias veces...

-¿qué?

No logro evitar molestarme. ¿Por qué nadie me dijo que morí? ¿En qué momento? ¡¿Cómo que morí?!

-¿cuántas?

-Jungkook, no creo que...

-¡¿cuántas?!

Jimin aguanta la respiración cuando me acerco a él.

-siete veces...

Por un segundo me dan ganas de reír y gritar. Jeon Jungkook, el mejor asesino de la historia fue asesinado. ¿Ironía?, ¿karma? Qué importa. Pasó. ¿Por qué me revivieron? El mundo es una mierda, pero con mi muerte se hubiera librado de una gran pesadilla. Digo, sé que hay más como yo. No diré que peores, porque es imposible; pero al final de cuentas son sicarios. Somos demonios andantes en la Tierra y nos alimentamos de muerte. Eso sólo mencionando mi profesión.

-¿tú sabías? - le susurro a Kim

-no, cómo crees. No he estado cuidando de ti desde la explosión, no seas ridículo - dice irónico.

-¿por qué no me dijiste?

-con lo bien que nos llevamos, ¿qué habrías hecho?

-mejor preocúpate por lo que pueda hacer - gruño.

Vuelve a sonreír. Ah, si supiera que no bromeo...

Él camina hacia mí y yo, por alguna extraña y estúpida razón, retrocedo, chocando con la pared pocos segundos después y quedando sin salida cuando Kim coloca sus brazos a los costados de mi cabeza. Contengo el aire cuando acerca demasiado su rostro al mío.

-a mí no me amenaces, Jeon - susurra, bajando sus manos hasta mis caderas para luego tomar con gran fuerza mis manos.

Un jadeo de dolor sale de mis labios, dejándonos desconcertados a los tres, en especial a mí. Ajá, ¿y mi "insensibilidad"? Mierda, no. Si aguanté tanto mi trabajo fue porque no sentía los golpes y cuchilladas. Si pierdo esto, pierdo el juego. Y aborrezco no ser el ganador.

-suéltame - le ordeno a Kim.

-oh, no, lindo, veremos quién domina a quién - dice sonriendo -. Anda, te escucho. Pídelo como se debe.

Matar O MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora