CXXI

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La justicia vela por quienes la merecen. Es el último recurso para condenar o salvar, aunque muchos dicen que es el principal... Pero, seamos sinceros, todo es mentira. La justicia no es para los llamados "buenos", o las "víctimas". Es la defensa de los monstruos y los agresores. Por eso es tan tardada. Por eso es tan injusta.

Hay quienes tratan de hacer un mundo mejor con ella... Pero son más los que se aprovechan. Un poco de dinero, y ¡voilá! Todo arreglado.

El dinero es poder. El poder gobierna el mundo. El mundo mata a los débiles. Los débiles son las víctimas.

Una suave risa brota de mis labios.

El abogado al lado mío me da un codazo por haber interrumpido un discurso, y yo tengo que mantenerme a raya para no quebrarle el brazo.

-¿Le parece gracioso algo, señor Jeon?

El juez me mira con repugnancia desde ese lugar tan alto que es el estrado.

Maldito hipócrita.

-en absoluto. Continúe, Señoría - le digo con una sonrisa divertida.

-mh. Continúe, Fiscalía.

-Señoría, han pasado ya cuatro meses desde que este juicio tuvo su primera sesión, y no vemos ningún avance. El acusado ya admitió haber cometido homicidio en primer grado, ¿qué más necesita para dar su veredicto?

-este jurado ha de respetar las reglas. Este juicio llegará a su final cumplido el quinto mes, fecha cada vez más cercana, y hasta entonces mantendré mi imparcialidad. El veredicto se dará en la fecha acordada. Aún faltan pruebas, testigos y declaraciones de ambas partes.

Una sonrisa brota de mis labios, pero tengo que ocultarla.

Monstruos. El mundo está gobernado por monstruos... Y únicamente se puede matar a un monstruo con un demonio.

¿Imparcialidad? Idioteces. Miedo. Esa es la razón tras de todo. Miedo de perder. Miedo de ser descubierto.

Todos tenemos las manos manchadas de sangre. Sea directa o indirectamente.

La diferencia entre monstruos y demonios es simple. Los monstruos pagan. Los demonios ejecutan. Así de simple... Y ese alabado juez, es un monstruo que conozco desde hace mucho tiempo y del que fui su demonio varias decenas de veces.

Sabe que no hablaré, pero eso no evita que tenga miedo... Al final, un demonio encerrado es más peligroso que uno suelto.

Me matará. Lo sé. Pero mientras no se haga el hipócrita conmigo, no lo hundiré.

Es así como mi abogado se la pasa demandando demencia, y apelando cuanto puede.

Yo solamente me quedo en silencio, sintiendo clavada en mi espalda una intensa mirada.

-se levanta la sesión. Nos vemos en dieciocho días para la última sesión de este caso y los alegatos finales.

Instintivamente cierro los ojos.

Última sesión: mi defensa fracasó rotundamente.

Quisiera reclamarle al abogado que está a mi lado, pero está tan asustado y tembloroso que es cómico... Además, realmente no me interesa el resultado. Si termino encerrado de por vida está bien, y si termino condenado a la inyección letal, mejor... Así que simplemente suelto una risa bajita cuando me da el paso.

-señor Jeon....

Miro por encima del hombro al abogado. Su cuerpo se tensa inmediatamente y la mano derecha le empieza a temblar.

Matar O MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora