XLV

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Quito el seguro a la glock y entro por el conducto de ventilación. No sé cómo no se me ocurrió.

Antes de asaltar al condenado Hye, me cuestiono seriamente si debería matarlo a tiros. Es algo demasiado... Yo. Y debo ser cuidadoso. Namjoon no debe afirmar sus sospechas sobre mí. Mucho menos la Organización. Seré el primer sospechoso para ambos si mato a KungWa a balazos. Por suerte para Kim, tengo mi plan de emergencia.

El departamento es precioso, he de reconocerlo. Tiene un estilo barroco impresionante y majestuoso. Por ello es que la caja gris de metal es tan fácil de encontrar y sabotear. Oficialmente empiezo este pedido. Hye KungWa, cuarenta y cinco años, gran empresario, padre de uno. Divorciado. ¿Comprador? Jeon Jungkook. ¿Causa? Kim Taehyung. ¿Precio? Quizá un beso.

Encontrar una jeringa no es difícil. Mi víctima está enfermo y su doctor es él mismo. Estúpido, pienso yo. O envidia, me diría Kim. Ese tonto rubio siempre ha insistido en que lo que me molesta de alguien es quizá porque yo no me permito hacerlo, o nunca tuve la oportunidad de vivirlo. Y tal vez tenga razón. Cuando yo me enfermaba, me tenía que curar por mí mismo sin medicamentos, inyecciones o remedios caseros. ¿Tenía fiebre? Me acostaba en el suelo para agarrar frío. ¿Gripe? Tomaba mucha agua y rogaba para aliviarme. ¿Varicela? Un mes en cuarentena haciendo tareas domésticas sin descanso... Y no, no estoy aceptando que estoy celoso de los malditos recursos que tiene Hye, los cuales le brindan todo tipo de atenciones y buenos tratos, todo lo contrario a lo que yo pasé por toda mi infancia.

-superalo, Jeon - susurro para mí mismo. No es momento para distracciones.

Empiezo a revisar habitación por habitación, atento de cualquier ruido o luz. Sonrío poquito al escuchar unos ronquidos provenientes de la habitación al fondo de la derecha y me dirijo a ella.

Me siento como un gato. Estoy ansioso por hacer esto. Sólo espero no descontrolarme. Matar puede llegar a ser adictivo.

—¿verdad o reto, Jungkook?

Abro lentamente la puerta. Hye da unas cuantas vueltas en la cama. Tal vez tenga una pesadilla... Yo se la haré realidad.

—reto, la verdad es para cobardes.

Río un poco y me introduzco en la habitación. Tiene una tele, así que decido jugar un poco con él. Apagar, encender, apagar, encender... ¿Por qué no despierta? Bien, subamos el volumen. ¡Ja! El idiota se cayó. De nuevo. Apagar, encender, apagar...

—te reto a romperle el corazón a Kim Taehyung.

No, Jungkook. Yo, el gran e imparable Hijo del Diablo, te reto a ti, sicario Jeon, a salvar el trasero de Kim Taehyung.

-¿quién está ahí? - pregunta con un hilo de voz.

No respondo, sólo pongo el canal 23 y subo todo el volumen. Incluso yo tengo que taparme un poco los oídos, está demasiado alto. Así es menos probable que alguien escuche el disparo. Y no habrá quejas por el ruido. Aquí son tan amigos que se pasan toda situación. Son estúpidos.

Escucho una maldición entre dientes cuando por fin pasan la imagen que quería: Kim Taehyung bajando del auto como un modelo o un ídolo. Elegante, vanidoso, perfecto. Su rostro se llena de una sonrisa arrogante y a la vez seductora. Ni muy visible ni imperceptible. Exacta. Provocadora.

-matar al hijo de tu mejor amigo. Qué bajo caíste - hablo fuerte y claro, asustando al hombre.

¿En qué momento me acosté en su cama? No lo sé, pero es gracioso ver cómo comienza a palidecer. Me causa aún más diversión que trate de huir. Una bala en la pierna se lo impide, para desgracia suya. Tengo que colocar la almohada sobre el cañón para evitar ser demasiado escandaloso, aunque los alaridos de Hye deben de escucharse hasta el infierno.

-si te callas, te mataré rápidamente. Ahora toma el jodido teléfono y cancela. Te ahorrarás un disparo en la otra pierna.

No coopera. Sigue maldiciendo y jurando venganza. No, contra mí no. Contra Taehyung. Si se pone en contacto con la Organización, estoy casi seguro de que gritará que terminen con el trato y que agreguen a los señores Kim a su jodida ecuación. Debo actuar. Es importante que el comprador cancele, si no lo hace, matarán de cualquier modo al objetivo fallido. No. Debo convencerlo de abortar la idea de matar al menor de los Kim.

Desgraciado hijo de puta. Niños no. Sin rehenes. Fueron tus únicas reglas, Jeon. ¡Busca otra salida!

No, no me puedo dar el lujo de seguir las reglas o ceder a la incertidumbre. Dudar significa morir. Y no seré yo el del féretro. Al fin y al cabo, ni siquiera existo. Ese rubio corre peligro y estoy dispuesto a hacer todo. Se lo debo. Romperé mis normas y que las estrellas me odien de ser necesario. Incluso estoy dispuesto a regresar a esos cinco días de lágrimas y abusos si con eso lo salvo.

-mataré a su hijo y a su mujer. Están divorciados, pero creo que si se trata de su hijo, se unirían de nuevo, ¿no?

Por fin se calla, mirádome con horror y los ojos inundados. Aún sin palabras, sé qué quiere decir: basta, hijo de puta. Ya basta.

-te pagaré lo triple que Kim si lo matas. Te daré mi casa, el carro, todo. Sólo debes matar a Kim Taehyung.

Me río. Lo hago porque mi cerebro ha dudado un segundo y considerado el trato; me río porque el rostro de Taehyung lleno de miedo, tristeza y desesperación aparece en mi cabeza. Oh, y suelto una mayor carcajada ya que siento algo atravesar mi costado. Y si digo atravesar, es porque en serio eso pasa. El filo de la espada sale de mi cuerpo, mientras que el mango de ésta se ve bien afirmada a mi abdomen. Hye se ve victorioso mientras comienzo mi actuación.

-Kim Taehyung no es lo que parece. Es el demonio. Utiliza a las personas y luego los desecha. Trama algo. Lo sé.

Se queda callado cuando empiezo bailar un poco... Y seré sincero, ni yo sé qué pendejada estoy haciendo. Me han entrado ganas de mover las caderas, por muy mal que suene. La imaginación es impresionante. ¡Alabada sea esa imagen mental con Kim!

-¿crees que me importa si él me usa? Cariño, salí vivo de la primera vez. Mataré a quien le haga daño a Kim.

Seguido de eso, saco de mi cuerpo ese molesto pedazo de metal lujoso. Tener malas ideas es mi pasión.

-cancela el pedido, o llamaré a quienes están en tu casa para que procedan - declaro, mostrando un botón. ¿De dónde salió? De la televisión del cuarto de Taehyung. No creo que lo note.

-¡no! ¡Tú ganas, tú ganas! ¡Deja a mi familia en paz, carajo!

Con el cañón de la pistola le señalo el celular. Sus dedos tiemblan al posarlos en el lector de huella digital, y su cuerpo lo hace también al acceder a la página luego de comprobar también sus pupilas. Sólo debe dar en "abortar"... Pero por otro lado, si al maldito no le importa tanto su familia, dará clic a  "compensación de error". Será mi perdición si eso pasa. Estoy dejando todas mis esperanzas en que de verdad ame a su descendiente.

-si me mientes, lo pagarás caro. Te buscaré y mataré, lo juro - declara, por fin dando al botón que yo deseaba. La pantalla de torna roja y, aunque no alcanzo a leer, de seguro ha aparecido una leyenda que diga "se abortó la misión exitosamente. Buen día, señor Hye".

-¿cómo un muerto mata a alguien que no existe?

Ni siquiera logra abrir la boca, le entierro la jeringa en el cuello y dejo que el aire haga su mortal trabajo. Si tengo suerte, pensarán que ha sido muerte natural, y que el desastre ha sido por la sensación de ahogarse... Aunque el balazo no quedará con la teoría, por una mierda... Y mi sangre se está escapando demasiado rápido, debo irme ya. Los dolores insoportables ya aparecieron y creo que es probable que en serio dé mi vida por Kim Taehyung... Da igual... Me lo tomaré como vacaciones. Es un descanso eterno en el infierno.

No, idiota. Vive. Sé un puto hombre (más puto que nada, pero bueno), y vive.

Y me comienzo a arrastrar, quizá desangrándome. Es un maldito tormento... Pero una sola cosa me hace salir de ese lugar, restablecer la energía y dirigirme a un lugar seguro.

Mi lugar seguro.

Matar O MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora