Matar O Morir

XIV

-Jungkook, despierta.

Mis ojos se niegan a obedecerme y permanecen cerrados. ¿Qué ha pasado? Mierda, ¿ya me morí? Hace un maldito calor insoportable. ¿Así se sienten las llamas del infierno? ¿Por qué siento que la cabeza me va a explotar? Y la pregunta más importante, si estoy en el averno, ¿eso significa que no hay ni celulares ni Internet aquí? Mierda, y con las ganas que tenía de acabar ese anime...

-Jungkook, tienes que despertar.

Esa voz... Ah, mierda. ¿De quién es esa voz? ¿Quién mierda es Jungkook? Joder, qué nombre tan ridículo. Jungkook, Jungkook, Jungkook... Un momento... Algo anda mal... ¿Dejé prendido el microondas? ¿Me quedé dormido?

A ver, no. ¿Qué demonios? ¿Qué idiota dijo que el nombre Jungkook era estúpido? Digo, para reírme un rato... Aunque dudo que me pueda reír por un tiempo. Por todas las mierdas, ¡sigo vivo! Oh, santo infierno, ¿de verdad estoy respirando? ¡Juro que sentí mi pulmón y toda mi persona ser atravesada por plomo! Carajo, estuvo intensa esa noche...

—Nochu...

Mis ojos se abren de golpe y mi cuerpo reacciona de la misma manera. Un chico alto, moreno y apuesto me mira de cerca, con curiosidad. Tardo un segundo en reconocerlo, pero cuando por fin conecto su rostro con el debido nombre, me levanto de un salto y me alejo de él, apuntándolo con mi inseparable abrecartas.

-mh. Sí, claro, buenos días. Baja eso, no quiero que te piques un ojo.

No me muevo ni lo obedezco. Siento que mi corazón está latiendo demasiado rápido y temo que él logre ver el jodido desastre que ha provocado en mí; como en los dibujos animados, donde se puede ver que el corazón de algún personaje está a punto de salir corriendo.

-¿quieres comer? Llevas tres semanas dormido. Creí que no despertarías.

-un alivio para ti, ¿no?

Se ríe.

-seré sincero: sí. ¿Sabes lo que tuve que hacer para esconderte en mi casa y que sólo una persona se enterara de tu estado y existencia? Te querían entregar a la policía.

Un gran mareo me invade. Siento todo mi estómago revuelto. Mierda. ¿Tres semanas?

-¿vas a comer o no?

-¿quién me asegura que no me vas a envenenar?

Una carcajada sarcástica resuena por todo el lugar. Mierda, de verdad odio con el alma que se ría de mí... Y al mismo tiempo, extrañaba tanto que lo hiciera...

-te pude haber dejado morir en esa explosión, también hacerte sufrir mientras estabas inconsciente. No seas estúpido y come, que oportunidades para matarte no me faltaron.

Bufo y bajo el abrecartas. Muy a mi pesar, tiene razón; a menos que quiera ver qué cara pongo cuando me mate. No es que lo crea capaz (su religión ni siquiera se lo permite), pero a la vez, tampoco me sorprendería si lo hiciera. Kim mi bello Taehyung es impredecible. Y, por mucho que lo niegue, es un fiel rebelde a su catolicismo. Jamás olvidaré la broma que le hicimos al párroco. Tuvimos que escapar de la policía un largo rato.

-hice butteok, y si no quieres que se enfríe, empieza ya - gruñe.

De mala gana tomo asiento y empiezo a comer. Mis ojos se abren en grande. ¿Pero qué demonios? Rayos, ¡es el mejor butteok que he comido en toda mi inservible vida! Joder, los platillos de Tae jamás me permiten fingir desinterés, y él es tan consciente de ello, que se burla de mí con su sonrisita de suficiencia.

-me sorprende que estés en pie, Jimin dijo que ni siquiera podrías moverte cuando despertaras.

Mis puños se cierran con fuerza. ¿Jimin? ¿Quién demonios es Jimin? Mierda, relájate Jeon, tranquilo. ¿Qué importa de cualquier forma? No es como si me siguiera gustando el idiota peliazul frente a mí, no, qué estupidez. Crecí, creció, lo superé... Yo tuve mi novia y es justo que él también. Digo, no me duró ni una mierda mi relación con Lisa, y Yugyeom está bien jodidas muerto, pero quise a alguien. Lo quise mucho.