XXIV

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Esta vez soy yo quien se queda en silencio. Mi ego está bastante herido, tanto que literalmente termino por aislarme. A pesar de mi poca fuerza, logro colocar tres muebles contra la puerta, impidiendo mi salida, pero también cualquier entrada. Jimin se pone a gritar como loco apenas descubre lo que hice y me amenaza con llamar a la policía si no le abro; sin embargo, eso ya no me importa mucho. Ya no estoy dispuesto a hincarme suplicando por algo. No puedo. No quiero.

-¡le voy a decir a Tae que venga si no me abres! - amenaza.

Taehyung. Kim Taehyung. Mi anterior osito. El primer amor de mi vida. El primero en hacerme llorar por un corazón roto. La única persona a la cual no puedo matar sin sentirme una mierda. Él. Mi TaeTae. Quien me obligó a rogar, de quien fui sólo un juguete. A quien le entregué todo y lo único que conseguí fue romperme. No, no es justo. Por muchas muertes que haya provocado, aún con el gran placer de asesinar, esto no se vale. A la mierda si suena estúpido, hipócrita. Yo no quiero sufrir así. No puedo. El orgullo es todo lo que soy, la frialdad es mi personalidad, la muerte es mi vida... Y Kim Taehyung me obligó a separarme de todo eso.

—te lo suplico...

Lanzo un puñetazo contra el espejo, rompiéndolo de inmediato. ¿Cómo pude ser tan débil? ¿Qué tan malo habría sido que NamJoon me encontrase?, ¿que me matara de una buena vez? ¿Por qué me doblegué con tanta facilidad? Era Kim Taehyung. Le pude patear como la primera vez y revertir los papeles. Él pudo haberme suplicado a mí... Pero no... Cedí. Perdí. Volví a morir.

¿Por qué el orgullo me es tan importante? ¿Por qué estoy haciendo un drama con todo esto? Simple. El orgullo fue lo único que me quedó luego de que Taehyung me abandonara y me rompiera el corazón. Lágrimas, cicatrices, alma y cuerpo; todo eso y más di. El orgullo fue lo único que conservé para mí. Y eso también me fue arrebatado por él. Siempre rompe todo lo mío y se cree dueño de lo que soy sólo porque algún día, hace demasiado tiempo, lo fue.

¿Cómo mandarlo a la mierda? ¿Cómo puedo dejar de quererlo y olvidar todo lo que pasó entre nosotros? ¿O cómo regresar en el tiempo para vivir de nuevo todo eso y disfrutarlo más? No, no. Una mejor pregunta: ¿por qué? ¿Por qué me hace el Oh, todo poderoso esto? ¿Por qué me fragmenté tanto como el espejo frente a mí? ¿Por qué con él? ¿Por qué Kim Taehyung y Jeon Jungkook?

-¿qué demonios sucede? Quiero dormir desde hace media hora y no puedo por tus jodidos gritos, Park. ¿Qué? ¿Por qué miras así la puerta? ¿En serio necesitas ayuda para abrirla? Dios, dame paciencia. ¿Qué tan difícil es girar el picaporte?... Oh... Ya, no me veas así. ¡Jeon, abre! - no le respondo - ¡abre o llamaré a NamJoon!

Mi furia incrementa. ¿De nada sirvió humillarme?, ¿quitarme lo único que tenía casi intacto? ¿Sería capaz de hacerlo aún cuando me prometió lo contrario, después de suplicarle, moviéndose sobre mí y besándome?.. Sí, es capaz. Lo sé... Pero lo que ignoro es... ¿Cuántas estrellas con promesas están rotas y apagadas? ¿Cuántas veces más tendré que hincarme frente a alguien más fuerte, cuando hace unos meses el mundo estaba a mis pies? ¿Esto se acabará si mato a Kim Taehyung?...

No lo sé. No quiero saber. No lo quiero matar.

-¡Jeon Jungkook, abre ahora mismo! ¡Sé un buen huésped!

—buen chico.

Gruño. Cada caricia, toda palabra que me dio ayer tenían la intención de humillar. Cuando me susurró esas palabras me hizo ver como un perro. ¿Buen chico? Se supone que soy el malo, el berrinchudo, el exagerado. ¿Un buen chico empieza a romper jarrones y tirar el armario? ¿O intenta abrir el cajón donde está su abrecartas para tratar de destruirlo? No. Yo no soy ningún buen chico. Soy un jodido asesino. Soy Jeon Jungkook, el hijo del demonio... Soy un niño de Busan hecho trizas.

-bien, bien. Si no quieres abrir está bien. Ya nos vamos. Park y yo nos retiraremos.

Escucho sus pasos alejarse. Volverán. O tratarán de entrar por otro lado. Estoy seguro. Taehyung siempre logra lo que quiere. Jamás se da por vencido ni da su brazo a torcer. Tal vez ese fue mi error. Creer que conmigo sería diferente.

Me recargo contra la puerta y abrazo mis piernas, mientras hundo la cabeza entre ellas. ¿Qué me sucede? ¿Por qué me siento tan vacío? ¿Por qué mis ojos se anegan en lágrimas? ¿Por qué soy tan débil? ¿Algún día dejé de serlo? Cuando trabajaba, ¿de verdad era fuerte o sólo fingía? ¿Mi vida entera es una mentira? ¿No son más que mascaras lo que hay a mi alrededor?

-mierda... ¿Sabes cuánto costaba cada uno de los floreros que rompiste? ¿O el espejo? Mi padre me va a matar...

-no si tú lo matas primero.

Me hago más pequeño cuando Kim logra zafarse de las cuerdas y entra en la habitación. ¿Cómo demonios no pensé en que podría subir por la ventana? Estúpido, estúpido Jungkook...

-no deseo convertirme en ti - se burla, pero lo ignoro y me pego más a la puerta, tratando de alejarme de él.

-ni yo. ¿Crees que de verdad me gusta quién soy? - no me responde, aunque bien sé cuál es su respuesta - Vaya, gracias - bufo con resignación.

Él piensa que amo la persona en que me convertí... Y está tan equivocado. Me quiero, sí. Me gustaba mi trabajo, sí... Pero no estoy orgulloso de lo que soy ni lo que tuve que pasar para convertirme en este monstruo.

-¿qué pasa? ¿Fue por lo de ayer? ¿En serio? Creí que los asesinos no tenían sentimientos.

Aprieto los puños para que éstos no den a parar en su rostro de perfecto niño rico. ¿Sin sentimientos? Ojalá así fuera. No estaría en esta situación si no tuviera corazón. Por desgracia, éste no es de piedra y se fragmenta con facilidad, haciendo que todo yo lo haga también.

-yo creí que también eras un insensible. Qué lástima que lo haya comprobado.

Aprieta los puños y frunce el ceño, mas ya no me dice nada. Tan sólo se acerca y se sienta a mi lado. Por mi parte, me alejo ligeramente, procurando que ni su ropa me roce. Él no lo pasa por alto, así que se acerca más y más, haciendo que me recorra hasta ya no poder, y me pasa un brazo por los hombros. Un escalofrío me recorre el cuerpo al sentir su calor.

-no me toques, idiota - le reclamo y lo empujo con fuerza.

-de idiota nada, amor. Me pusiste un apodo. Anda, dilo - me gruñe mientras aprieta mi mano dolorosamente.

-¿hijo de puta? Vaya, no creí que te gustara ese apodo, Kim - me burlo.

Suelto un jadeo de dolor cuando su agarre se vuelve más apretado. Me va a romper la mano, pero ya no le voy a cumplir sus jodidos deseos. Ya me agarró de genio mágico, que no se pase de estúpido.

-dilo.

-no.

Me acorrala, aprovechando que estoy en una esquina sin poder escapar. Me niego a darle la oportunidad para que me bese.

-eh, ¿qué sucede, primor? Creí que esto era por lo que llorabas hasta dormir; por un beso mío, por mis caricias. Te morías por que te tocara, ¿no? Me necesitas para ser feliz, Jeon.

Mis ojos se llenan de lágrimas de rabia. Yo no lo necesito. Ni a él ni a nadie. Soy perfectamente capaz de cuidar de mí mismo. No requiero de nadie para que mi vida sea menos miserable. Menos de Taehyung. Él me hace querer matarlo o matarme. Sólo me lastima.

-escucha bien, estúpido - escupo con rabia -, habrá muchas personas que si les pidieran narrar el momento más feliz de su vida, ellos dirían que fue cuando te conocieron, Kim. Yo no. Ese es el peor día de mi existencia. Y te juro por mis estrellas que si no me quitas tus asquerosas manos de encima, haré lo que debía llevar a cabo en un principio. Y que te quede claro, osito: Jeon Jungkook no necesita a nadie. Menos al hijo de perra que le rompió el corazón.

Matar O MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora