CXXIII

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Cuando la mañana llega, todo el reclusorio se sume en un caos. Los reos me gritan mientras camino hacia las duchas, y los guardias se quedan paralizados al verme fuera de mi celda tan temprano y lleno de sangre.

Ignoro a Lee, que está a nada de sufrir un paro cardíaco por el coraje. Ignoro a Seungmin, que incluso tiene que agarrarse de algo para no caer... Ignoro a todos y simplemente me meto a bañar.

Tres horas... Pasé tres malditas horas viendo en cadáver de Dennis, y por consiguiente la sangre en mi piel y ropa es difícil de quitar.

Pero al final... Vuelve a importarme una mierda. Salido de las duchas, me pongo mi uniforme manchado y voy con Lee. A su lado está Casco, con una mano en su arma, listo para usarla contra mí.

No le hago burla, no lo insulto. Simplemente rodeo la cintura de Lee con mis brazos.

Cuando tomo las esposas entre mis manos y me las pongo, todo el reclusorio se queda en silencio.

El arma apuntando directo a mi frente, con el dedo en el seguro, hace del ambiente un infierno.

La tensión, la duda... Podría atreverme a decir que incluso el miedo y la preocupación se sienten en el aire.

Mis manos vuelan al cañón de la pistola, el cual tomo con tanta fuerza que las esposas producen un tintineo. Casco mantiene esa maldita mirada en mí, sin parpadear ni mostrar sorpresa. Su dedo quita lentamente el seguro... Y mis manos acercan firmemente la boca del arma a mi frente, sin que haya siquiera un milímetro de separación.

Dedo en el gatillo.

Una sonrisa se pinta en mis labios.

-basta de bromas, teniente Kim. Lleve al reo a la celda de castigo.

A pesar de su voz firme y autoritaria, casi puedo percibir en Lee algo de... Profunda turbación...

Casco lo ignora.

-Kim, ¿acaso tengo que repetir la instrucción? ¡A la celda de castigo, ahora!

Casco cierra los ojos, resignado, y trata de alejar el arma de mi frente, pero se lo impido. Lo hago con tanta fuerza que mis manos y mi frente empiezan a doler por la presión.

Tanto fanfarroneabas con hacerlo, ¿no? ¡Mátame entonces, hijo de puta!

Él alza una ceja, confundido o sorprendido... O tal vez ninguna de las dos. No me importa... Sólo me interesa que jale el gatillo.

-1832, suelta el arma.

-¡Jungkook, suelta la maldita arma!

-¡Diablo! ¡Diablo, deja el arma!

Y en un segundo... Todo el reclusorio me grita por soltar el arma... Algunos lo hacen por burla, otros por seguir la corriente, y algunos por auténtica angustia de lo que podría pasar si muero... Entre estos últimos está Seungmin...

Sin embargo, todos están conscientes de algo: Casco no dispara, por mucho que alardeó hacerlo... Ya sea por "obediencia"… o por debilidad.

Y, cabiendo esa posibilidad... Está muy, muy jodido.

Él lo sabe.

Así que...

Click.

Con el gatillo bien apretado, y una mirada que incluso a lo lejos transmite su victoria, Casco vuelve a levantar una ceja, esta vez más como advertencia.

Brevemente cierro los ojos, reteniendo un profundo suspiro, y luego suelto el arma.

Bien jugado, Casco.

Matar O MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora