LXV

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No sé en qué momento me quedé dormido. Tampoco me di cuenta cuándo Gyeom se acostó frente a mí y entre los dos formamos un pequeño escudo para Han. Él me acaricia la mejilla, y luego baja hasta mi cadera. Con cuidado de no aplastar a la niña, me acerca un poco a él. Su nariz roza la mía.

-¿qué te pasó, bebé? ¿Por qué llora mi dulce novio?

No le respondo, solamente busco más su tacto contra mis mejillas. Se siente cálido y a la vez helado. Es como si tocase a un muerto que desea transmitir cariño. Todo tan frío como eso.

-sólo tuve una pesadilla. Se están volviendo algo frecuente y no me agrada.

-Kook, sabes que odio cuando me mientes... Pero está bien, no te preguntaré más si así lo quieres.

Nos quedamos en silencio. Yug incluso se queda dormido, abrazando el diminuto cuerpo de Haneul. Con cuidado de no despertarlo, me levanto de la cama, voy por mi celular y...

No, corrección, el celular que Kim me regaló en mi cumpleaños y que no he usado para nada porque quiero dejarle en claro que no deseo nada suyo, y le tomo una foto a la adorable escena.

Pero mi burbuja de felicidad explota al escuchar gritos.

Como reflejo, me acuesto detrás de Gyeom y le cubro los oídos, acto que él curiosa e inconscientemente repite con Hannie. Es una escena igual de linda que la anterior, y de la que nuevamente no podré disfrutar por los santos gritos que Jimin pega. ¿No se supone que las paredes son insonorizadas? Mierda. Sólo quiero pasar tiempo con mi novio y mi niña, ¿es mucho pedir? Paz, joder. Eso deseo.

Como cereza del pastel de estrés, mi puerta es abierta sin permiso y con brusquedad, haciendo que Gyeom despierte de un salto y atraiga a la bebé hacia su pecho.

-¡dile, maldición! ¡Dile la jodida verdad, Kim!

Un fuerte llanto lleno de miedo brota de los labios de la bebé. A pesar de esto, Jimin y Taehyung siguen gritando como si la vida se les fuera en ello, y Yugyeom también se ha levantado, dejado a Han abandonada, y unido a la discusión. Es tan estresante, tan malditamente innecesario, ¡tan estúpido! ¡Me volverán loco!

-¡a callar! ¡Cállense de una vez, animales del infierno! ¡Ustedes dos, par de idiotas, largo de mi habitación! ¡Y tú, pedazo irremediable y adorable de cabeza hueca, haz algo para que Han deje de llorar! ¡Este era un día perfecto y lo han arruinado con innecesarios gritos! ¡Fuera de aquí, Kim y Park! ¡Si van a matarse háganlo afuera! ¡Y más les vale que esto sea importante!

El primero en reaccionar es Yug. Toma en brazos a Haneul y la arrulla. Le sigue Park, que le gruñe al pelinegro a su lado y lo empuja hacia la puerta. Yo los sigo, echando humo por las orejas.

¿Qué demonios les sucede?

-antes de que digan algo - interrumpo sus tartamudeos -, quiero que se le piensen dos jodidas veces antes de hablar. Tomen en cuenta que han interrumpido uno de los momentos más importantes de mi maldita vida. Mi novio y yo queremos intimidad.

-dile - gruñe Jimin -. Anda, cobarde. Dile de una maldita vez la verdad.

-no lo hará - digo, después de dos irritantes minutos de silencio -. Hazlo tú. Y más vale que sea importante.

-la boda de Taehyung...

Lo corto con la mano, moviéndola lentamente hasta mi oído, tapándolo como si de una molestia se tratase.

-no. No quiero escuchar. Ya dije que iba a colaborar con la estúpida boda.

-pero...

-¡he dicho que no, Park!... No escucharé nada más que tengan que decirme, a menos que Kim empiece por su cuenta, y como sé que eso no sucederá, voy a volver a mi cuarto. Si vuelven a irrumpir así y destrozan mi calma, los voy a golpear hasta que a YoonGi le sea imposible de reconocerlos.

Matar O MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora