Trigésimo primer capítulo.

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Damon observó la cara de decepción que estuvo en el rostro de Allyson por unos breves minutos, pero decidió dejar pasar eso. Allyson ahogó un bostezo y volvió a comer del helado, y cuando Damon iba a quitárselo, ella lo alejó rápidamente.- Es que aun no se me mete en la cabeza el hecho de que estés escondiendo helado como niño mañoso que teme a que sus padres lo descubran. 

 Damon sonrió y le arrebató la cuchara de helado que la rubia se iba a llevar a la boca y lo comió- Quizá en el fondo siga siendo un niño.- declaró.

Allyson lo miró mal cuando la cuchara regresó vacía a sus manos ya pegajosas- Tienes razón, quizá seas aún un niño que necesita atención, eso explicaría tus eternas ganas de destacar entre todos y tus enojos irracionales en la oficina..- dijo, intentando fastidiarlo, algo que no logró puesto que Damon volvió a arrebatarle la cuchara llena de helado, ignorándola.

- No tengo ganas de destacar entre los demás, no es mi culpa ser llamativo y el centro de atención cuando llego a cualquier lugar, aún sin querer.- musitó egocéntrico.

- ¿Y los enojos irracionales?- cuestionó suspicaz.

- A veces los empleados se vuelven incompetentes. Soy alguien que es exigente y le gusta que hagan las cosas bien.- aclamó acercándose a Allyson y comiendo de la cuchara, esta vez muy, muy cerca de ella, ya que la rubia iba a llevar la cuchara a su boca y estaba a centímetros de tocar sus labios, por lo que estaban a una distancia casi escasa- Odio que no hagan las cosas como deseo, me enerva...- susurró, bajando lentamente la mirada por el cuerpo cubierto por la bata  y deteniéndose en la pierna desnuda que la bata no llegaba a cubrir por la forma en la que estaba sentada y en la pequeña apertura que dejaba en medio. Revelando los cacheteros rojos que la rubia llevaba. Anteriormente, cuando Allyson entre sueño se había quitado la ropa, Damon trató de mirarla lo menos posible, incluso fue así también cuando ella despertó. Pero tenerla ahí, comiendo de su helado favorito, con su bata, los labios rojos por el frío y levemente sucios de helado, la forma en la que lo comía y lo miraba, como si estuviese pidiendo a gritos que la besara... lo estaban volviendo loco. Deslizó su mano desde la pantorrilla hasta la pierna desnuda, haciendo que la piel de la rubia se erizara ante el toque y la expectación, pero lo que haría distaba mucho de lo que Allyson deseaba que hiciera en ese momento, y ella se dio cuenta de ello cuando el pelinegro tomo la tela y cubrió su piel expuesta.

- Tienes que aprender a ser menos gruñón...- dijo tratando de romper la tensión.

- Es algo demasiado difícil.

- Pero no imposible...- bajó de la encimera luego de alejarlo y metió el helado en el refrigerador. Se acercó al fregadero y mojó sus manos. Se quedaron el silencio por unos minutos- Debería irme, nadie sabe si unos de los empleados viene y me ve aquí.- expresó- Luego piensan cosas que no son.

- Es un poco tarde, ¿No lo crees?- preguntó Damon, haciendo que Allyson se detuviera en la entrada de la cocina que ni siquiera se había tomado el tiempo de detallar, para poder escuchar lo que tenía que decir- Vieron como bajamos juntos y de como condujiste mi auto. Hasta Kara nos vio.- dijo, pasando. Allyson lo pensó, admitiendo internamente el hecho de que Damon tenía razón. Pero en aquel momento en el que lo persiguió no pensó en lo que pensarían los demás. Solo estaba enfocada en ver si Damon se encontrar bien. Así que ya estaba hecho.

Observó como Damon se perdía por uno de los pasillos, pero no se movió. Pensó en que debería irse a casa y llenar la tina con agua tibia y algún aceite floral, pero sus planes se fueron por el caño cuando un fuerte trueno se escuchó de forma nítida, así que se acercó a la ventana más cercana y logró apreciar como el cielo se abría, dejando caer una lluvia descomunal y estruendosa. 

« La tentación de Damon» #2 COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora