Octogésimo noveno capítulo.

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- Allyson- el llamado de Damon la hizo detenerse cuando ella se dirigía a su auto para irse- ¿Podemos hablar?- pidió. Ally se giró, observando como Damon la miraba de pie a unos pocos pasos de ella, con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón fino y una expresión seria. Ella no se sentía bien, quería irse a casa, su cuerpo pesaba al igual que su mente. Mas, solo asintió y se acercó a él- Lamento si en algún momento en la rueda de prensa te sentiste presionada- se disculpó- También siento mucho que hayas puesto en evidencia a tu padre solo por apoyarme- cortó la distancia y llevó su mano a su mejilla y abarcarla, deslizó su dedo en el pómulo sonrojado de Ally y le dio un beso- Sé que fue difícil para ti- Ally exhaló.

- Lo fue, pero era algo que tenía que hacer, así que, no te disculpes. - musitó, disfrutando el toque cálido de la palma de Damon. Lo miró detenidamente, dándose cuenta de sus ojeras y expresión cansada- Te ves agotado- susurró, sin apartar la mirada.

Él asintió admitiéndolo- No dormí, la angustia no me dejó- de verdad estaba agotado, no pudo ni siquiera dormir por más de una hora en todo el día- Pero de seguro, si te vienes conmigo, podré hacerlo- sonrió, esperando que ella aceptara.

El pecho de la chica se comprimió ante aquel pedido, correspondió la sonrisa de Damon, sin dejar de mirarlo y estando segura de que dormir con él nuevamente sería un gusto- Pues, iré- aceptó. Quería hacerlo, últimamente se sentía sola, no sabía el por qué, pero era así, sentía que algo le faltaba para sentirse bien, mas no sabía qué era. Damon tomó la mano libre de Ally y la llevó hasta el auto, abrió la puerta del piloto para ella y antes de cruzar al asiento copiloto, besó sus labios de nuevo y sonrió.

Ally era la única que tenía la potestad para hacerlo sentir bien y a gusto.

...

Extrañamente, se sentía bien. Las cosas, a pesar de que no estaban arregladas del todo, eran menos apremiantes que antes, debido a que ya no tenía a un grupo de periodistas detrás de él, acosándolo, ni sus líneas telefónicas colapsando por las llamadas de conocidos que se habían enterado de lo sucedido.

Sentía una gran paz al hallarse abrazado a la rubia, con poca ropa y mucha piel. Estaba extasiado, ni siquiera podía explicar lo bien que lo hacía sentir la rubia solo con su mera presencia. Lo volvía loco, lo embriagaba.

Ya había anochecido, tan pronto llegaron a la casa fueron directamente a la cama, realmente estaba cansado y desde que su cuerpo tocó las sábanas, sintió que estas lo succionaban, dejándolo sin salida, eso hacía ya tiempo atrás. Durmió varias horas que fueron suficiente y despertó, percatándose de que la rubia aún seguía hundida en un sueño profundo y acogedor, al parecer, muy plácido. Los dos necesitaban descansar el cuerpo y la mente.

La chica utilizaba el brazo de Damon como almohada y este la tenía pegada a su cuerpo, con la nariz hundida en su pelo mientras se dedicaba a pensar en absolutamente todo.

Antes de conocer a Allyson su vida se limitaba a unas cuantas cosas, cosas que no le daban esa chispa de emoción que realmente necesitaba. En su mente solo estaba hacerse más rico, ejercitarse e ir al club tratando de buscar una buena sumisa que no entretuviera por más de tres o cuatro meses, visitaba a una que otra amante ocasional y se hacía cargo del casino, nada más. Ninguna de aquella cosas que hacía antes lo emocionaban, ahora que la había conocido, era diferente. De una forma extraña y demasiado abrupta, todo había cambiado completamente, había adquirido colores más vibrantes, dejó de ser insípido y pasó a que cualquier detalle importara.

Por más cosas malas que pasaron, no se arrepentía, para nada, no cambiaría todo lo que había hecho y sentido con la chica.

La amaba, en serio, la amaba, y si tenía que luchar con miles de hombres a la vez, lo haría. Porque aunque ella no lo supiera, él se estaba salvando de sí mismo, solo para poder merecer una pizca de todo lo que sentía. Besó su pelo y suspiró, Ally lo volvía loco y estaba sacando el lado bueno que él no sabía que tenía, en serio no lo sabía. Desde la primera vez que la vio algo su lado malo le decía que aumentaría, pero fue todo lo contrario, por lo que no sabía como sentirse al respecto- Te amo, Ally- susurró, seguro de que esta no escucharía nada por estar sumergida en aquel sueño profundo.

« La tentación de Damon» #2 COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora