Cuadragésima séptima parte.

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- Llevo mucho tiempo sabiendo de ti, sabiendo tu identidad, tu personalidad- musitó, sabiendo que la rubia le prestaba atención mientras ambos miraban el ambiente desde la gran ventana de la sala que solo tenía una mesa y dos muebles como adorno- La primera vez que te vi, fue hace largos meses, quizá hasta un año- sabía que era hace más de un año, pero no le diría para no escandalizarla más de lo que la rubia estaba- Te vi mientras caminabas hacia la universidad, hablando con un chico a tu lado. Pasaba por ahí de casualidad, y en ese momento, en el cual te vi, sentí que todo se detuvo y el mundo se silenció de forma abrupta- reconoció- Yo, no soy alguien bueno, Allyson. Soy todo lo contrario, soy oscuro y manipulador, egoísta y enfermo, mi vida siempre ha estado rodeada de oscuridad y la única que vio todo lo contrario fue mi madre, nadie más- la mención de su madre le dio una sensación de ahogo- Ella veía luz en mí a pesar de los actos atroces que hice de adolescente, eso hacen las madres- musitó, esperando a que a la rubia nunca se le ocurriera preguntar cuales eran aquellos actos de los que él hablaba- Tenía mucho tiempo donde todo era igual para mí, pero cuando te vi, y más adelante te encontré por mera casualidad todo lo que para mí era algo insignificante, se volvió importante, adquirió color. Sin embargo, aquello me molestó tanto que decidí ignorar todas esas sensaciones que desconocía- le echó una ojeada a su angelito rubio para ver su semblante y lo que vio no le gustó mucho, ya que percibía en su semblante un poco de miedo y extrañez- Talvez no recuerdes, es más, estoy seguro de que no recuerdas el día que te acercaste a mí para hablarme- las cejas de Allyson se enarcaron con una curiosidad latente al no recordar ese hecho.- Estabas ebria y muy risueña y no te importó meterte en medio de mi colega y yo que habíamos salido ese día a tomar unas copas para relajarnos- al recordar aquello, su voz se tiñó con un poco de diversión- Al principio no te reconocí, pero solo bastó con mirarte para que esas sensaciones molestas me embargaran- suspiró- Mi colega decidió apartarse cuando te vio embelesada y dispuesta a hablarme, le agradecí con un gesto y miré con curiosidad a aquella niña ebria que me dijo que yo le daba miedo e intimidación sin siquiera mirarla. Eso me hizo fruncir el ceño y mirarte como si estuvieras loca y más cuando te acercaste demasiado hasta que tu aliento a alcohol me inundara el rostro, haciéndose molesto y divertido al mismo tiempo- el cerebro de la chica se volvió un nudo cuando esta intentó recordar ese día, sin éxito- En un par de minutos, en los cuales repetiste que yo te provocaba miedo, tropezaste y caíste encima de mí, riéndote... Inmediatamente tu olor algo picante y dulce a la vez, me inundó completamente. Y las sensaciones que llegaron de forma tan abrupta me hicieron flaquear, así que te aparté de mí, pagué la cuenta y le di varios billetes al barman para que buscara a alguien que te conociera y te llevara a casa. Porque yo no lo iba a hacer, no sabía quien demonios eras, y no iba a preguntar. No así, tan abrumado y prácticamente colérico.

- No recuerdo nada de eso- evidenció Ally.

Damon negó- Obvio no lo recuerdas, estabas demasiado ebria- dijo, mirándola con reproche- Un descuido muy grande por tu parte- regañó.

La rubia evitó responder, pero no pudo aguantar y decidió preguntar: - ¿Qué pasó después?

« La tentación de Damon» #2 COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora