Cuadragésima cuarta parte.

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Ally paseó la vista por toda la sala, viendo que la mayor parte de rostros le eran conocidos y que hasta su padre se encontraba allí. Asintió en modo de saludo e inmediatamente se acercó hasta pararse al lado de Kara que se hallaba al lado de la pantalla donde usualmente presentaban las diapositivas de los proyectos.

- ¿Quién mierda crees que eres?- el tono enojado de la otra asistente llegó con nitidez a sus oídos. Allyson giró levemente su rostro hasta que pudo fijar sus ojos azules en los negros de Kara. Enarcó una ceja, permaneciendo en silencio porque no pretendía causar algún tipo de escandalo en el lugar- Me vale un kilo de mierda el hecho de que eres hija del antiguo presidente de la compañía, así que también me vale mierda como te tomes lo que te voy a decir a continuación- habló airosa, todo lo contrario a lo que manifestaba su rostro apacible y simpático- Soy la asistente principal de Damon, no la tuya, por lo que es la primera y última vez que tomo las llamadas que van dirigidas a ti y me encargo de atender a los invitados que te corresponden a ti- recalcó, enfadada.

Allyson reprimió la sonrisa de enfado que quería adueñarse de sus labios que desgraciadamente no se hallaban pintados el día de hoy- Mi única función es la agenda de Damon, no las reuniones- habló tranquilamente, cuando en su interior una llama de enojo se manifestó porque le jodía el hecho de que no tenía la autoridad suficiente para alzar su voz y decirle a la atrevida de Kara que recogiera sus cosas y se largara.

- Sí, esa es tu única función, sí. Pero te fuiste ayer, dejando la agenda y todo-contestó- Apuesto a que ni siquiera sabías que habría una reunión con los accionistas de la compañía...- detuvo su hablar cuando los ojos de Damon la enfocaron, fijándose de que ambas tenían una discusión.

- Hacía algo más importante que eso- dijo, dejando el tema zanjado. Pero, al parecer Kara tenía algo más que decir.

- Claro, sí- concordó con ironía- Calentarle las sábanas al jefe era más importante, lo entiendo- canturreó llena de ironía.

- Será mejor que ambas hagan silencio y presten atención a su trabajo.- alzó la voz Damon, callando a ambas de tajo, debido a que lo último que dijo Kara fue dicho con claridad, haciendo que los presentes escucharan y enfocaran la vista en Allyson, quien se sintió más que incómoda en ese momento. Su rostro se calentó tanto por la vergüenza como por el coraje, odiaba no quedarse con la última palabra y ser ofendida y avergonzada en gran manera.

Kara no era nadie para hablarle así y algo tenía que hacer al respecto.

No se ensañaba con ninguna mujer porque su lema era que todas las mujeres debían ser hermanas y amarse entre ellas, pero Kara no lo hacía, así que ella tampoco lo haría.

« La tentación de Damon» #2 COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora