Octogésimo quinto capítulo.

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No pudo calmarse durante un largo rato. Soportar aquella humillación era demasiado para él, nunca nadie le había hecho algo así.

Si la empresa pasaba a ser la propiedad de Borsuk en serio la perdería, debido a que Borsuk siempre le había hecho competencia a su empresa, provocándole perdidas de clientes importantes e inclusos empleados prodigios, aquel hombre ucraniano era vil y malicioso.

Maldijo a Damon una y otra vez, deseándole incluso la muerte por haberle hecho eso, quitarle su empresa y sacarlo de allí como si fuese una rata de alcantarilla que se coló en el interior de la empresa. Casi podía sentir la burla de todos los de la compañía mirándolo mientras era arrastrado y tratado como basura por Damon y por los de seguridad. Pasó de ser el dueño y presidente de la empresa a ser una paria y burla de todos.

Gruñó, sacudiendo su cabello con furia, apretó su mandíbula hasta que esta dolió y sacó su celular. Una sonrisa desquiciada se adueñó de sus labios. Damon pagaría lo que le hizo.- Publica todo. Incluso la grabación de su confesión- ordenó.

Sabía que enseñarle a todo el mundo lo que había averiguado gracias al investigador no era suficiente, necesitaba más. Así que, en conjunto con un periodista con sed de poder, decidieron jugar sucio. El sobre manila que había llevado al departamento de la chica contenía un micrófono para escuchar lo que acontecía. Estaban conscientes de que ningunos de los dos se daría cuenta del micrófono en aquel momento de conmoción, por lo que sería fácil escuchar y grabar todo sin problemas, algo que hicieron con éxito.

La obsesión obvia de Damon lo llevó a confesarle todo a Allyson sin problemas y sin que este sopesara la posibilidad de que tal confesión saldría a la luz. Así que por desgracia para Damon, su confesión había sido grabada y entregada al canal de noticias más visitado por los ciudadanos. Por lo que en ese preciso instante, su confesión y todo su secreto estaba siendo publicado y visto por muchas personas al mismo tiempo. Personas que sentían curiosidad por ese hombre de treinta y pocos años que era exitoso, frío e intimidante.

Todo el país se enteró, en cuestión de casi una hora muchísima gente ya lo sabían e incluso seguían contándolo a más personas.

Todos lo sabían, menos Damon, que aún seguía encerrado en su oficina, trabajando sin descanso, en busca de distraer su mente. No se enteró después de horas, cuando ya había oscurecido y se levantó porque ya su cuerpo dolía por estar en la misma posición durante un largo rato. Salió de la oficina tranquilamente, cerrándola tras él y viendo como el puesto de su secretaria se hallaba vacío. Presionó el botón de ascensor para bajar, esperó varios segundos, dándose cuenta de que tardaba más de la cuenta y cuando este se abrió le sorprendió ver que su secretaria se encontraba en el interior de la caja metálica con una expresión de nerviosismo y agitación. Le extrañó verla allí y a esa hora, cuando estaba seguro de que pocos empleados se encontraban en la compañía.

- Señor Damon- lo saludó con agitación- Llevo llamando a la oficina por un largo rato, pero al parecer la línea colapsó por tantas llamadas al mismo tiempo- exclamó. El hombre no entendía nada- Así que no tuve otra opción que venir- habló- Los de seguridad apenas me dejaron entrar porque soy su secretaria- trató de superar el nerviosismo-¿Está bien?- preguntó estudiándolo y notando que este permanecía sereno. Las cosas al parecer no le afectaban o sabía como esconder su conmoción.

Él la miró con cara de póker- ¿Por qué me preguntas eso? ¿Y por qué me llamabas?- preguntó.

Kara pestañeó, con las manos en la puerta del ascensor para que este no cerrara- ¿No se ha dado cuenta, señor Damon?- preguntó desconcertada, viéndolo con un poco de temor al saber lo que él había hecho siendo un adolescente.

El hombre arrugó su entrecejo, pensando el por qué de la reacción corporal de ella. Como buen amo debía conocer el lenguaje corporal de las sumisas para poder saber de lo que las sumisas no podían hablar, así que sabía que le gustaba a su secretaria desde el primer día en el cual empezó a trabajar para él. Y en ese momento podía notar el nerviosismo en la chica- ¿Enterarme de qué?- ladeó su cabeza, observándola detenidamente.

- Todos lo saben- dijo, refiriéndose a su secreto revelado.

El corazón de Damon se paró por un breve instante- ¿Saber qué?- preguntó, pidiéndole silenciosamente que le especificara y con la leve esperanza de que no fuera lo que él estaba pensando.

- Que usted es el asesino de su padre y que es esquizofrénico- dijo en hilo de voz la chica.

El cuerpo de Damon se paralizó y entumeció al escuchar aquello. Un súbito calor extraño se hizo dueño de sus terminaciones y extremidades, su corazón dolió y sus oídos pitaron. Se sintió exactamente como el día en el cual se enteró de la muerte de su madre, lleno de enojo, frustración y tristeza.

El padre de Allyson era vil, era un malnacido al que no le importaba nada, salvo la compañía que ya no era suya. Se aseguraría de que nunca, jamás, volviera a recuperar la maldita compañía. Se la vendería a Borsuk y regalaría el dinero, le daría el golpe en donde más le doliera.

Respiró profundo y pestañeó, tratando de que su vista dejara de estar nublada, sacudió su cabeza para que sus oídos dejaran de pitar, arregló su cabello y entró al ascensor. No se doblegaría, no le demostraría a nadie cuan mal la estaba pasando- Ah, ya veo. Con que Harris cumplió con su amenaza- dobló su boca en una mueca de burla- Veremos que tanto dura su escándalo estúpido- musitó, presionando el botón del ascensor. Kara quitó sus manos de la puerta y se quedó mirando a Damon y de como este no perdía su compostura. Descendieron hasta el primer piso y el pelinegro observó como claramente un montón de periodistas hambrientos se encontraban en la entrada del edifico, esperando por él- Contacta a mis abogados, tengo una demanda qué hacer- sonrió y salió, siendo víctima de todos los flash provenientes de las cámaras digitales.

« La tentación de Damon» #2 COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora