Cuadragésima octava parte.

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- Cuando llegué a mi casa, tu voz y tu olor me perseguían, volviéndome loco- habló, recordando todo claramente- Esa noche no pude ni siquiera dormir- no le iba a decir que las voces le repetían que fuera a buscarla para hacerle todo lo que se le ocurriera. Ni loco le iba a decir- Así que llamé a un investigador privado para que me dijera quién diablos era aquella chica rubia y en cuestión de días supe tu identidad, dirección, quienes eran tus personas cercanas... sabía todo de ti- se encogió de hombros-Parece loco, pero soy un hombre rico que tiene acceso a todo y con urgencia tenía que saber quien eras, no pensé mucho y pagué lo que sea, no importaba. Eso hacen las personas como yo, lo saben todo en segundos porque no saben esperar.

La impresión en el rostro de la chica era más que notoria al escuchar todo eso. No sabía como sentirse al respecto, solo escuchaba y se desconcertaba cada vez más.

- Me obsesioné contigo, Allyson- susurró, mirándola fijamente, reconociendo lo evidente: Que estaba absolutamente obsesionado con ella- Nunca antes ninguna mujer me hizo sentir como tú con un simple toque, Allyson. He estado con muchas mujeres exóticas y hermosas, que cualquier hombre pagaría lo que sea por estar con ellas, y nunca me hicieron sentir lo que tú- suspiró- Al principio hice todo lo posible para olvidarte, pero tu recuerdo me perseguía y me asustaba el hecho de que si llegaba a algo más contigo las sensaciones serían más intensas. Y tenía razón, vaya que la tenía.

- No lo entiendo...- admitió en un susurro. Tratando de procesar todo lo que él le decía.

- Si pudiera entenderlo, te explicaría.  Pero, yo tampoco lo entiendo- negó.- No sé lo que piensas de mí, angelito. No sé si crees que estoy loco al admitir mi obsesión por ti. Pero soy un hombre que siempre ha tenido lo que quiere sin ningún esfuerzo y contigo me he esforzado demasiado pero no veo resultados- admitió- Y eso, es... un golpe fuerte a mi ego- la sinceridad de Damon le sorprendía, y le agradaba que él admitiera las cosas que un hombre nunca admitiría, pero le daba miedo no saber el grado de obsesión que tenía hacia ella.- Cuando tu padre estaba en mi casino, apostando a diestra y siniestra, sabía quien era, pero no le presté mucha atención, tenía cosas que hacer- admitió- Sin embargo mi gerente se acercó a mí informándome el desastre que tu padre había armado y que había apostado su compañía porque en los anteriores juegos había ganado, mas ese riesgo fue en vano porque lo perdió todo en la próxima apuesta que tuvo-hizo una pausa, pestañeando rápidamente y recordando lo sucedido- Fue mucho dinero, demasiado dinero, así que no podía hacer de la vista gorda, y a pesar de eso le di una oportunidad a tu padre, y tú sabes cual fue esa oportunidad- Ally asintió, sabiendo a qué se refería- No me aproveché de tu padre como él y tú piensan, porque sé que piensas eso- la rubia se quedó en silencio porque era cierto- Al contrario, lo ayudé, por ti, porque sabía que eras su hija y no iba a permitir que la pasaras mal económicamente por su culpa- interiormente Damon esperaba que la chica lo entendiera y no se ensañara contra él- Entré y me hice cargo de la compañía para estar cerca de ti y le exigí a tu padre que te pusiera como secretaria si él quería seguir aunque sea como director y no dueño y presidente.

- No... no sé que decir- negó, sintiéndose mal por pensar que él era una sanguijuela que se aprovechó de la vulnerabilidad de su padre y la compañía. Estaba consciente que su padre era inestable, lo sabía desde hace mucho, y a pesar de eso no creyó que la inestabilidad de su padre llegaría tan lejos- Pero, la pregunta que no sale de mi cabeza es por qué no te acercaste a mí como una persona normal.

Damon negó con frustración- Es que... es que no soy normal, Allyson. Soy lo contrario a eso- alzo levemente sus hombros- No podía simplemente acercarme a ti y coquetearte, porque algo me decía que eso no iba a funcionar- no le diría que ese algo eran las voces que también le susurraban que se la llevara y la encerrara para que pueda ser suya y que ningún hombre se le acercara y la hiciera sufrir como sucedió con aquel camarero de mala muerte que la hizo sufrir demasiado y que él no lo mató porque no se ensuciaría otras vez sus manos con escorias que no valían la pena- También... la situación de tu padre me sirvió como una oportunidad para estar cerca de ti aunque no me soportaras ni me quisieras ver la cara.

« La tentación de Damon» #2 COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora