Septuagésimo sexto capítulo.

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Se agarró de las sábanas que se hallaban debajo de su cuerpo desnudo y ligeramente lánguido mientras el pelinegro la besaba ferozmente.

Explicar todo lo que él podía hacerle sentir solo con su presencia sería imposible, era tan magnífico que ni los mejores pintores podrían plasmarlo en algún cuadro, ni el mejor compositor en una canción. Así que, para alguien poder saber exactamente como se sentía, tenía que meterse bajo la piel de la rubia en ese preciso momento, y así poder percibir la magnificencia de tales emociones de diferentes matices.

No recordaba hace cuanto ambos se habían metido a la cama, solo sabía que la humedad en su centro había aparecido desde hacía mucho y que sus dedos picaban de tanto sostener su cabello húmedo por el sudor. El olor que él emanaba era una mezcla entre almizcle, canela y sudor. Diría que aquel fluido corporal olía mal pero, estaría mintiendo descaradamente. Su fragancia era magnífica y atrayente, olía a la mejor ambrosía hecha por algún dios que amaba el erotismo.

Ally exhaló en busca de oxigeno y luego empujó a Damon y se subió encima de él, buscando llevar el control de la situación, porque sabía que si le cedía el absoluto control al pelinegro, este se descombraría su pequeño acto de rebeldía de la noche anterior pero, él siendo Damon, no la dejó por más de dos minutos y terminó encima de ella, controlando. La miró con burla- ¿Qué? ¿Tienes miedo?- cuestionó, divertido por su intento fallido.

La chica negó, a pesar de que era cierto, porque no le daría el gusto de admitir que temía de solo pensar en que forma se vengaría.- Ni en tus mejores sueños- contestó con una pequeña risa, ayudándolo a quitarse la camiseta, sin despegar sus ojos de él.

- Veremos- sonrió con el reto pintado en sus retinas. Bajó sus bermudas y quitó sus zapatos deportivos y medias, se iba a quitar la liguita, pero Ally lo detuvo.

- No- negó, quitando la mano del pelinegro de su cabello- Me gusta como te queda- admitió. Me gusta ver al Damon informal- dijo con un leve rubor tintando sus mejillas. Aquella liga le reafirmaban las facciones marcadas de su rostro, así que Ally quería embriagarse con cada parte de él. Él asintió y se dejó la liga.

Observó los ojos vidriosos de la chica que lo obsesionaba, y sin apartar su mirada, bajó su bóxer, abrió las piernas de su angelito y la penetró lentamente, sintiendo como cada parte de su interior lo apretaban, dejándolo atrapado y excitado. Allyson se encogió e hizo el amago de cerrar sus lindos ojos, pero él gruñó con negación- No, no dejes de mirarme- ordenó, apretando su mandíbula- Quiero ver como te cambian de color y como se humedecen por el placer que te voy a dar- dejó en claro, dando la primera embestida. La rubia abrió sus labios y jadeó con excitación al sentir aquello. Damon jadeó de la misma forma y volvió a embestir, muy lentamente, sintiendo cada centímetro. Tomó los brazos débiles de la rubia y los llevó hacia arriba para sostenerlos y dejarla sin escapatoria, con su otro brazo se apoyó en la cama, no sin antes tomar su pierna izquierda y subirla, buscando más espacio y que su angelito lo sintiera entero. Quería hacerla lloriquear de placer y dolor, y eso estaba logrando.

« La tentación de Damon» #2 COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora