Escena extra.

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¿La hizo cambiar de opinión?

Para desgracia de la rubia, sí.

Tan pronto se oscureció aquel día, el pelinegro se las ingenió para hacerla cambiar de parecer y ese mismo día pautaron la fecha para la presentación que dejaría a todos alucinados.

Primero comenzaron con lo entrenamientos, los cuales no fueron muy difíciles, ya que Ally ya sabía los métodos de sometimiento, puesto que ya llevaba cierto tiempo siendo sumisa, solo debía ponerlos en práctica, perfeccionar la técnica y listo. Reconoció, para su pesar, que le estaba gustando ver a Damon solo con la ropa interior y amarrado, totalmente a su merced. Se sintió muy poderosa, literalmente sentía a todos bajo sus pies al verlo con el rostro rojo y los dientes apretados mientras era azotado por un látigo trenzado de ocho colas. No sabía que dominar a alguien de esa forma se sentiría tan delicioso. Ver su piel magullada y enrojecida era otro nivel, sus brazos cubiertos de una cuerda gruesa le daban un aspecto demasiado sensual.

Era una sádica, y hasta ahora se percataba de ello.

Ver a un hombre grande, alto y musculoso reducido y de rodillas era... demasiado para sus ojos.

Cuando llegó el día de la presentación, la rubia se encontraba ansiosa y deseosa de que ya fuera la hora. Casi quiso largar una carcajada cuando se dio cuenta de que al principio se negaba a hacer tal espectáculo y ahora estaba emocionada.- ¿Nerviosa?- escuchó a alguien preguntarle. Giró su rostro en ese dirección y apreció a una hermosa mujer de cabellera oscura y ojos grandes que la miraba de forma amigable mientras se recostaba levemente en la pared. Se veía segurísima de sí misma, inspiraba sensualidad y de su lenguaje corporal brotaba libido y lujuria. Llevaba un lindo vestido negro, con una gran apertura en su pierna derecha, y en su cintura un apretado corsé. Era tan atractiva y oscura que parecía una viuda negra acabada de comerse a su antiguo macho.

La rubia negó y sonrió levemente- No... más bien, emocionada- reconoció.

La mujer alzó sus cejas con sorpresa ante la respuesta de Allyson- Oh, vaya- sonrió- Eso es tener valor- la halagó- En mi primera presentación los nervios me hicieron ser un poco más ruda con mi antiguo sumiso- hizo un gesto de tristeza- Él no se quejó y aceptó todo con gratitud, pero no pude evitar sentirme culpable.

- ¿Eres una ama?- preguntó con sorpresa. La mujer asintió- ¿Cuánto tiempo llevas siéndolo?

- Dos años- respondió- Llevo dos años siendo dominante cuando en mi vida pasada tal cosa no cabía en mi cabeza. Y en este precioso club, descubrí que nací para doblegar a los hombres y reducirlos a mi manera- sonrió con satisfacción- Así que a tu amo que tenga cuidado al otorgarte el placer de dominarlo, no sabe que te hizo entrar a un mundo en el cual es difícil salir- lanzó una risita maliciosa- Una vez que le tomas el gusto a esto, no hay vuelta atrás...- volvió a reír, observando como la rubia la miraba con atención.

- ¿Estás asustando a mi sumisa, Jeannette?- se escuchó la voz divertida del pelinegro.

La mujer giró para ver como Damon había entrado al salón de espera en donde conversaban Ally y la mujer pelinegra- No, al contrario. Le doy palabras de aliento. ¿Cierto, gatita?- preguntó la mujer. Allyson no pudo evitar sonreír y asintió, dándole la razón- ¿Ves?- preguntó con una sonrisa- Espero que la presentación sea exitosa- les deseó, caminando y colocando su mano en el hombro de Damon- Será un grandísimo gusto ver como te dominan, Damon. Eso no se ve todos los días- reconoció- Quizá tu colega Frank cambie de parecer y decida ser dominado por mí- hizo un puchero, para luego sonreír- Nos vemos, gatita- se despidió de la rubia y salió de la sala, dejando a Ally cautivada por su actitud y sensualidad.

- Es impresionante- exclamó.

Damon sonrió, dándole la razón. Y recordando la primera vez que la vio, llena de nervios y poca confianza en sí misma. Y ahora siendo una completa dominante llena de amor propio y ego.- Tú también lo eres, principalmente hoy- exclamó, deslizando sus ojos por el traje de látex rojo que la cubría, se veía demasiada atractiva portando su color favorito. Llevaba su pelo amarrado en una coleta bastante larga y unos tacones de muerte que la hacían ser del mismo tamaño que Damon. Llevaba un labial rojo vino y sus ojos estaban maquillados de un tono café, con un delineado grande y gatuno. Se veía magnífica, Damon lo reconocía, y podía decir que le gustaba más verla con aquél estilo tan extravagante y fabuloso.

La rubia sonrió ante las palabras del pelinegro y se acercó a él para darle un beso- Estoy ansiosa- reconoció- Quiero quitarte ese traje que llevas y disfrutar de ti frente a todos- exclamó, deslizando sus manos por los hombros de Damon.

- Vaya, parece que ese traje de dominatrix que llevas te hace ser más descarada de lo normal- musitó divertido.

Ally ladeó su cabeza y sonrió abiertamente- Quizá...- le dio un poco de razón- Le estoy tomando el gusto a esto y ni siquiera hemos hecho la presentación- reconoció- Me encantó tenerte a mi merced, hermoso Damon- exclamó, viendo la diversión y la lujuria en el rostro del hombre que le pertenecía en cuerpo y alma.- Y disfrutaré mucho esa presentación- asintió, dándolo por hecho.

- Mierda. ¿Qué he hecho?- preguntó divertido, fingiendo temor- Es cierto lo que me dijo Jeannette hace un rato... Que lo peor que pude hacer fue darte el poder de dominarme, porque no será la última vez que lo harás- exclamó, rodeando su cintura- Pero, no me molesta, es totalmente justo que me domines de vez en cuando, me está gustando ver tu expresión de poder y placer cuando me provocas dolor, angelito... Creé un ángel sádico- rio con lo último que dijo. Ally sonrió, dándole la razón silenciosamente y pegó sus labios a los de él, para besarlo con todas sus fuerzas y toda la emoción que almacenaba en su interior debido a la expectación del show que harían. Le estaba encantando todas las facetas, situaciones y escenas que estaban sucediendo en su vida ahora que era pareja del pelinegro que la volvía loca de amor, placer y satisfacción, que no podía evitar agradecer por ello.

« La tentación de Damon» #2 COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora