Trigésimo séptimo capitulo.

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La tormenta había cesado, todo estaba tranquilo y lleno de silencio. Sin embargo, Ally no lograba conciliar el sueño; eran pasadas las dos de la madrugada y le frustraba el hecho de que el sueño no llegaba debido a todo el cúmulo de recuerdos y pensamientos. Miró el reloj digital que presentaba hasta los segundos que pasaban, cosa que la desesperó aun más. Gimió de frustración y decidió bajar de la cama para buscar su bolso.

Sin embargo, se dio cuenta que en ningún momento lo llevó a la habitación en donde ella se encontraba, tampoco recordaba si estaba en la habitación de Damon o en su despacho. Volcó sus ojos con fastidio, porque realmente necesitaba su celular, o de lo contrario no lograría despertarse temprano. Y estaba casi segura que no lograría levantarse a la hora adecuada por sí sola, ya que aun era de madrugada, debía estar durmiendo, y no parada en el medio de la habitación, con cara de fastidio y desorientación, sin saber qué hacer.

Se lo pensó por un rato, hasta que se convenció de buscar primero en el despacho y si no tenía éxito, iría a la habitación de Damon. Se acercó a la puerta, no sin antes acomodarse la ropa que le quedaba demasiado grande. Al abrirla, miró todo el pasillo, que solo estaba levemente iluminado.

Salió por el pasillo a pesar del temor que sentía, lo que era algo absurdo, ya que vivía prácticamente sola, debido a que a su amiga solo le faltaba que el novio le pidiera mudarse oficialmente, porque incluso tenía más ropa allá que en el departamento; no debía tener miedo de nada, hace tiempo que tuvo que haber perdido el miedo irracional a la oscuridad, lo que la llenaba de impotencia. A pesar de que había cruzado el pasillo anteriormente, esta vez le parecía más largo que nunca.

El silencio del lugar era tan apremiante y nítido que era casi molesto. Su corazón latía tres veces por segundo. Cruzó el pasillo lo más rápido que sus pies se lo permitieron, hasta que llegó al despacho, por lo qué entró y comenzó a buscar por los muebles en donde estuvo sentada hace horas. Sin embargo, a su mente llegó el recuerdo de que cuando Charlotte había llamado, ella y Damon se encontraban en la habitación y no en el despacho.

Gimió nuevamente de frustración y pensó en como rayos entraría a la habitación de Damon para buscar su preciado aparato. Se dirigió a la recamara con pasos tentativos hasta llegar a la puerta y pensárselo por varios minutos. Decidió girar el pomo de la puerta, para ver si se encontraba sin seguro y, para su suerte no lo tenía; rezó por que sus pasos fueran más que silenciosos para que Damon no pudiera percibirlos. Entró titubeante, esperando ser lo suficientemente silenciosa para no despertarlo, ya que sabía que algunos hombres tenían el sueño ligero y no estaba segura si Damon era de esos o no.

Fue caminando lentamente, tratando de no tropezar y caer. La lucha por tratar de ver era incluso más difícil que caminar de manera silenciosa. Sus ojos prontamente se acostumbraron a la oscuridad por lo que fue un poco más fácil, solo un poco. Trató de recordar en que parte lo había dejado, pero nada llegó a su mente, así que decidió ver si se encontraba su celular en la mesita de noche. Pero, la mesita de noche quedaba al lado de Damon, justamente a su cabeza, por lo que el ruido llegaría de forma directa. Se acercó incluso aguantando la respiración y tanteó la mesita, tratando de encontrar su teléfono, sin embargo, su mano fue agarrada fuertemente y su cuerpo fue levantado de forma abrupta hasta ser colocado en la cama, con un gran cuerpo aplastando el suyo.

« La tentación de Damon» #2 COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora