Septuagésimo séptimo capítulo.

152 8 0
                                    

Su interior ardió por de dolor y placer a mismo tiempo, estaba muy dilatada y no podía moverse mucho, porque si lo hacía, el miembro de Damon se incrustaría en lugares que hasta ella desconocía. Respiró profundo y no dejó de mirarlo a los ojos a pesar de que estos casi se cerraron cuando recibió la próxima estocada, jadeó y enterró sus uñas en la espalda desnuda de él.

Las sensaciones que se adueñaban de su cuerpo eran magnificas, nunca nadie se lo había hecho de esa forma tan lenta y placentera, ¿Seguiría así? ¿Se sentiría de esa forma cada vez que se acostara con Damon? Porque si era así, lo haría mil veces más.

- Me enloqueces, angelito- respiró entrecortado en el oído de la chica. Subió su mano luego de soltar la pierna que sostenía y la entrelazó con la de ella mientras no dejaba de embestir. El interior de la chica se volvía más húmedo por los fluidos de ambos, cada vez más acogedor y resbaladizo, al punto de que él tenía que esforzarse para no correrse tan rápido. Apretó sus manos sin soltar las de ella y procedió a dar estocadas más rápidas y profundas, Ally gimió y apretó su interior, sentir a Damon piel a piel, con el sudor de ambos mezclándose, con su cabello desparramado, su rostro sonrojado, los labios de él en sus oídos que lanzaba gemidos y gruñidos excitantes, que la volvían loca, todo la volvía loca.

- Damon...- lo llamó en un gemido, pidiendo sin palabras lo que quería. Damon entendió, pero no quería dárselo, no quería que ella se corriera. Merecía un castigo por lo que había hecho la noche anterior, no podía permitir que se viniera. Susurró un ''no'' entre dientes y bajó la velocidad de sus arremetidas- Damon- gimió con reclamo, le dolían los ovarios de tanto que estos le exigían un orgasmo- Dámelo, por favor- rogó, apretando las piernas alrededor de él.

- No te lo mereces- gruñó- ¿Te digo lo que mereces? Que sientas como me corro y lleno tu interior con mi leche caliente, como ella se sale de ti y cae en las sábanas, con el placer de recibirme a mí, pero con la angustia de que no te hayas podido correr- exhaló y sintió un corrientazo de placer ante sus propias palabras.

- No, no- jadeó ella comenzando a frustrarse y excitarse más al escuchar aquello- Dámelo, Damon, por favor- rogó sin importarle que aquello la avergonzaría más adelante- Solo, dámelo.

Él jadeó antes los gemidos lastimeros de la chica. No se merecía un orgasmo, no después de su rebeldía, pero al escucharla gemirle así y suplicarle, se lo estaba pensando, y la muy traviesa Ally se dio cuenta de ello, pegándose de su cuello y succionándolo sin dejar de gemir. Inconscientemente, Damon aumentó la velocidad, movió más su cadera con fuerza y hasta con un poco de descoordinación y sus bolas empezaron a doler y a anunciarle de que pronto se descargarían.- Eso, eso- lo alentó la chica, percibiendo como el miembro del pelinegro comenzaba a sacudirse levemente y como este apretaba sus dientes y su rostro se sonrojaba más- Si- gimió la rubia, con su interior contrayéndose cada vez más.

- Me vas a pagar de una u otra forma- gruñó, refiriéndose a su castigo y después soltando un largo gemido, se corrió siendo víctima de sacudidas en su miembro, llenando el interior de la rubia que también se corrió y gritó como animal herido. El orgasmo de ambos fue largo y tendido, y luego de su culminación, cayeron agitados.

« La tentación de Damon» #2 COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora