Ally salió rápidamente del club, se sentía acosada, ultrajada.
Todavía percibía la sensación de miles de ojos acariciar su piel, y en especial unos la tenían abrumada.
Eran fuertes, profundos y pesados.
Trató de ubicar esa mirada tan potente, pero fue en vano, el sol radiante la privaba de poder mirar correctamente.
El cual daba directamente a la piscina, cubriéndola de su manto y tornándolo todo de un amarillo anaranjado.
El atardecer era bello, y estaba en su cúspide, en su final, todo empezaba a oscurecerse, dándole la bienvenida a la noche, a la oscuridad, que escondía monstruos, escondía la maldad.
Damon la miraba pensativo.
¿Sería impulsivo si hacía lo que planeaba?
¿Qué pasaría si se acercaba a ella y tocaba simultáneamente sus labios?
Él moría por tocar esa piel cremosa acariciada por el sol.
Sentía que iba a desfallecer, su plan ahora es que estaba tomando forma, no podía anticipar las cosas, no podía ir y estrujarla en sus brazos como quería.
Era tan frustrante, tan molesto.
Se puso de pie decidiendo en seguirla, para tan solo mirarla, o tocar sutilmente cualquier parte de ella sin que se diera cuenta.
Las voces en su cabeza lo presionaban a llevársela y tenerla para él sólo, pero las ignoró, haciendo todo el acoplo de sus fuerzas.
A una distancia prudente vió como Ally caminaba dirigiéndose rápidamente al estacionamiento, y él comenzó a caminar en pasos lentos, acechandóla, como a una presa, porque era su presa.
Allyson comenzó a sentirse nerviosa y temblorosa, su piel comenzó a tornarse de gallina, sentía que el peligro la acechaba. Entró a su auto Subaru BRZ, desesperada por salir de ahí. Incrustó la llave giró, pero no cedió, el motor no encendió, solo sonó ahogado.
Con el paso de los segundos empezaba a fustrarse, ¿Por qué no encendía si antes había estado normal? Sacudió la llave tan fuerte que pudo haberse roto.
Se enderezó, ordenándose calmarse, respirando profundo para que su cuerpo se serenára, no comprendía por qué los nervios seguían, si ya se había ido de ese lugar. Pero lo que no sabía era, que su cuerpo sabía más que ella, su cuerpo sabía que alguien un poco peligroso estaba acechandóla, recostado de una pared, con su pose elegante, y manos en los bolsillos, pero con la mente dañada.
Su cuerpo y su subconsciente lo sabían, sabían el peligro que ella corría.
Damon sonrío en la penumbra, con su espalda apoyada en la oscura pared, la luz casi no daba en el estacionamiento, solo regalaba unos cuantos rayos, pero nada más. Las paredes gordas y sus ventilaciones altas no lo permitía. El estacionamiento era frío, tétrico y espeluznante como Damon.
Allyson volvió a girar, pero siguió igual.
Un toque sorpresivo en su ventana hizo que volviera su cabeza rápidamente, ahí estaban sus ojos pesados, azules y llenos de una oscuridad atrayente.
Su rostro quedaba medio escondido en la oscuridad, solo se veía su mitad, como si le estuviese mostrando a Allyson que esa sola mitad era la que tenía un poco de luz, y nada más.
La hermosa rubia observó con detalle a ese peculiar pelinegro ojiazul, sintió curiosidad, pero al mismo tiempo miedo.
Con el paso de los segundos el estacionamiento comenzaba a tornarse más oscuro, ya el sol no daba sus rayos calientes.
El moreno sonrío y le hizo una seña para que bajara el vidrio, y Ally inconscientemente lo bajó.
Su voz llegó a sus oídos como un cántico tenebroso y atrayente.
— Buenas noches, hermosa ¿Qué sucede con el auto, la puedo ayudar en algo?— susurró con su voz grave.
Allyson parpadeó para reaccionar, la belleza del moreno ojiazul la abrumó por un segundo, no lo conocía, y generalmente lo desconocido era peligroso, él era peligroso.
Simplemente negó con la cabeza, y con su vocecita susurró: — No, gracias, yo resolveré esto.— volvió a girar la llave, pero el motor seguí a ahogándose. El hombre del otro lado de la puerta sonrío divertido, vio que la chica era cabezota.
— ¿En serio no quiere que la ayude, señorita? Quizás sé el motivo por el cual su hermoso Subaru no quiere encender.— exclamó soltando una risita ronca al final.
La rubia suspiró otro poco, y con su voz aún ahogada le otorgó el permiso para ayudarla. Damon asintió y con sus manos en los bolsillos se dirigió a la parte delantera del auto. Le hizo una seña a Ally para que abriera el capó, y ella así lo hizo.
Él levantó el capó, sabía con exactitud porqué el auto no quería encender, miró a las bujías, eran las causantes del ahogamiento, las tomó una por una y luego las sacó para reacomodarlas.
Cerró el capó, se acercó a la puerta de la chica.— Intente de nuevo y acelere al instante.— sugirió. La chica así lo hizo, y el auto encendió, haciendo que Ally sonriera agradecida.
Apoyó la cabeza en el volante y suspiró. Sacó la cabeza, mirando hacia donde el hombre misterioso vestido de traje negro, como su alma.— Muchas gracias.— le agradeció.
— Es un placer, preciosa.— le respondió limpiando sus manos con el pañuelo que acompañaba al traje. Dio la vuelta y se perdió en la penumbra.
Allyson se quedó mirando como iba alejándose, y por un momento deseó volver a verlo. Sin saber que él pronto sería la causa de su desgracia, de su perdición.
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« La tentación de Damon» #2 COMPLETA
RomanceSus ojos muestran lo vacío que está, su belleza es tan grande como la de un víl demonio, está perdido no tiene salvación, o al menos eso creía hasta que ella llegó. Ella es lo único que puede llenarlo, de pasión genuina. Y hará todo lo posible para...