Cuadragésima sexta parte.

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- Espero que cuando su cabeza se enfríe y su coraje se esfume, me pida disculpas- musitó comenzando a caminar por donde se fue la rubia- Y, puede que acepte una disculpa, puede- recalcó lo ultimo- Solo por Allyson, nada más- culminó saliendo de la sala. Totalmente dispuesto a hablar con Allyson y tratar de arreglar las palabras que había dicho hace minutos por culpa del enojo que le hizo sentir el hombre con sus injurias.

Pudo ver a tiempo como el cabello de su angelito se perdía por un pasillo que ascendía a algún lugar de la empresa, pero que él no conocía. Subió, inspeccionando el raro pasillo que tenía una tenue iluminación, hasta que se topó con una puerta, la abrió entrando a lo que parecía una mini sala de descanso que se hallaba muy retirada como para que alguien decidiera entrar. Inmediatamente entró la voz de la chica llegó a sus oídos- Puedes girar tu trasero e irte, Damon- gruñó. Al parecer gruñir se estaba poniendo de moda de forma discreta, todo el mundo lo estaba haciendo. La rubia se encontraba de pie, mirando desde el ventanal el tránsito de Londres y las personas que iban caminando tranquilamente, ajenos a los problemas de los demás. Reprimió un siseo de furia al pensar en lo que le hizo su padre y en toda la maldita situación.

- Eso eso es algo que no voy a hacer- demandó- Tú y yo tenemos algo pendiente- le recordó, acercándose hasta llegar a donde ella estaba. La rubia negó, sabiendo de que él hablaba.

- No, no tenemos nada pendiente- exclamó- No después de lo que pasó.

- No puedes echar para atrás, no si no me dejas explicarte.

- ¿Qué tienes que explicar, Damon?- preguntó con un nudo en la garganta- Dejaste muchas cosas claras el día que entraste aquí, el día que me humillaste, en el que me tocaste sin mi permiso- enumeró, hecha una furia- Pero ahora todas las cosas están claras... Soy un maldito capricho para ti, lo sé- asintió, sin poder siquiera mirarlo, porque, la provocaba... tanto. Y aquello le jodía debido a que estaba segura de que nadie, nunca, la había hecho sentir lo que sentía por él- Siento que el día que nos encontramos en el estacionamiento y luego en el club sabías quién yo era, sabías todo de mí. Pero hay una parte que está a oscuras y que me dice que hay algo más- habló, girando levemente su rostro para mirar a Damon- Así, que si de verdad hay algo, te pido que me lo cuentes, que seas sincero.

El corazón de Damon bombeó con temor al verse atrapado entre la verdad y los ojos curiosos y angustiados de su angelito. La voz en su cabeza le gritó que hiciera silencio, pero la ignoró porque en el fondo algo le aseguraba que era la mejor opción contarle todo. Bueno, no todo, pero si la mayoría. Debido a que aquello no era para nada oscuro como lo era su pasado, pot lo que... decidió abrir su boca y comenzar a hablar.

« La tentación de Damon» #2 COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora