Nonagésimo capítulo.

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No había tomado una decisión a pesar de lo que había sucedido. Existían muchos pros y contras con respecto a estar cerca de él. No sabía qué hacer, porque no tenía a quien preguntarle qué tal sería tener una relación con alguien con esquizofrenia, no tenía una referencia ni nadie que le diera consejos.

Respiró de alivio cuando se dio cuenta de que él no estaba en casa, así podría irse sin objeciones y hacer lo que tenía planeado.

Visitaría una experta en esquizofrenia y le haría todas las preguntas que fueran necesaria a la especialista y ahí decidiría si tendría una relación con Damon o no.

Lo que sucedió con su padre, todo aquel escándalo, no era nada. Lo que realmente le preocupaba era si se podía mantener una relación sana y estable con alguien con aquel trastorno. Le angustiaba saber si una relación con él tendría frutos y más momentos buenos que malos. Porque de lo contrario, se iría antes de que fuera tarde y el corazón doliera más.

Llegó al sitio treinta minutos después, con las manos temblorosas y el corazón doliendo en su pecho, los nervios la tenían sudorosa y más pensativa de lo normal. Esperó luchando contra su impaciencia y entró al consultorio cuando lo tuvo permitido. - Buenos días, señorita- saludó una mujer madura de tez morena y ojos adorables- Tome asiento y charlemos del por qué se encuentra aquí- le hizo un gesto para que se sentara frente a ella. No había una mesa o algún obstáculo que interrumpiera su vista, o algo que la distrajera. El consultorio olía a canela y coco, haciendo que sus nervios se calmaran. El lugar era cálido e inspiraba confianza y discreción.

- Gracias- contestó Allyson, tomando asiento. Un instante después, la secretaria ingresó con una taza de té tibio y lo colocó en las manos de la rubia que agradeció tal gesto. Dio un sorbo y aquello fue lo último que necesito para lograr callar las vocecillas que la atormentaban- Realmente no me presenté aquí para hablar de mí o de mis problemas y posibles traumas- fue sincera- Mas bien, quiero apaciguar las preguntas que rondan por mi cabeza por alguien que ha entrado a mi vida de una forma muy extraña- el rostro de Damon llegó a su mente como un ráfaga.

La mujer sonrió y asintió, sabiendo que lograría abrirse paso en la pared que Allyson había puesto. La chica se había presentado allí por algo en específico, pero necesitaba algo más que eso. Que Allyson admitiera aquello sería difícil y era algo que no estaba en su poder- ¿Qué preguntas tienes?- cuestionó, acomodándose y analizando el lenguaje corporal de la rubia.

Ally dio un sorbo de té y decidió hablar- Tengo una extraña relación con un hombre que me vuelve loca, como ninguno- admitió- Antes de que él llegara a mi vida creía que ya había pasado el momento en el cual había sentido lo máximo con un hombre, pero desde que comenzamos a frecuentarnos, descubrí que él sería el hombre que me haría sentir lo que realmente era el límite- la mujer escuchaba atentamente- Sin embargo, sentía que algo no me cuadraba. Su actitud, algunas frases que decía y su comportamiento en sí. Pero, no le di importancia, no hasta que su secreto fue revelado de una forma agresiva y sorpresiva. Descubrí que aquel hombre que me parecía extraño, tenía trastorno de esquizofrenia indiferenciada- aquello hizo que la psicóloga se interesara más- No me sorprendió tanto como se esperaba, mis sentimientos por él aplastaron la sorpresa que podía sentir en ese momento. Así que, lo eché a un lado y continué con él y más adelante siguieron explotando secretos que me dejaban sorprendida pero que no me apartaban de su lado- asintió, aceptando que estaba admitiendo en voz alta todo lo que pasaba, lo que realmente sentía- Cuando me di cuenta de la magnitud de mis sentimientos, sentí miedo, mucho- musitó- Porque ya había sufrido bastante con otros hombres en mi vida que me utilizaban, me lastimaban y luego se marchaban. Y el hecho de saber que lo que llegué a sentir por los demás era una nimiedad en comparación a lo que sentía por él me llenó de temor e incertidumbre. ¿Sería bueno tener una relación con alguien que no es precisamente normal? ¿Sufriría más por él que por los demás? ¿Valoraría él el tiempo y los sentimientos que le estaba dando?- llevó su mano libre a su frente y la acarició en busca de ordenar todas las preguntas- Necesito saberlo- imploró. No quería parecer egoísta, pero debía pensar en su salud mental primero. Si Damon le afectaba, pues lo sacaría de su vida.

- Allyson- la llamó- Una persona con ese trastorno puede llevar su vida amorosa con normalidad, hasta incluso puede ser mejor mantener una relación con alguien que sabe la importancia de la salud mental. Debido a que le da importancia a las cosas más mínima, tiene responsabilidad afectiva, algo que comúnmente la gente no tiene y pide consentimiento- habló- No al menos de que su esquizofrenia venga acompañada de apatía y falta de culpa- dejó en claro- A ver... ¿Él pide consentimiento para las cosas que hacen juntos?- preguntó.

Allyson no lo pensó mucho y asintió- Siempre.

La mujer sonrió ante la respuesta- ¿Ves? Una persona con esquizofrenia puede enamorarse, puede amar, puede sentir. Porque al fin y al cabo, es un ser humano- encogió sus hombros- Puedes amarlo y mantener una relación con él sin problemas si bebe sus medicamentos correctamente- aseguró- Si él vale la pena, independientemente de su personalidad, puedes tener una relación.

La rubia suspiró con alivio al escuchar todo lo que la mujer le decía.

Ya podía tomar una decisión.

Iría a su departamento, despejaría su mente hasta estar lo suficientemente relajada y luego hablaría debidamente con él. Dejaría en claro algunas cosas y en ese momento ambos decidirían que paso iban a dar en su relación extraña, si la formalizarían o continuaría así.

Le iba a contar todas sus inquietudes y le mostraría sus verdaderos sentimientos.

Ya después de aquello, quién tenía que decidir era Damon.

« La tentación de Damon» #2 COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora