Octogésimo segundo capítulo.

121 10 0
                                    




Abrió sus ojos, luego de varias horas durmiendo. Sentía su cuerpo pesado, como si miles de personas le hubiesen pasado por encima durante un lugar rato. No se movió, se quedó mirando fijamente el techo, sin saber qué hacer.

¿Sería bueno él para ella? ¿Valdría la pena echar a un lado todo e involucrarse con él? Admitía el hecho de que nadie, absolutamente nadie, la había hecho sentir como él lo había hecho. Cada vez que la tocaba su piel ardía y se ponía de gallina, cada vez que la miraba se sentía hermosa y diminuta al mismo tiempo y qué decir cuando la besaba... se sentía adorada, con sus pies tocando las nubes. Dudaba poder encontrar a alguien que sacara a Damon de su piel, se había adentrado en ella hacía tiempo e iba a ser difícil poder sacarlo de allí.

Necesitaba hablar sobre lo que le ocurría, pero no podía porque sabía el grado de magnitud del problema como para contarlo así por así y no quería comprometer a Damon. Por lo que se quedaría con las ganas y la frustración de tener que decidir.

¿Por qué mierda su padre había jugado de esa forma tan repugnante y sucia? Si él no hubiese rebelado aquello probablemente Damon seguiría en su departamento, haciendo algún chiste malo, reprendiéndola como si fuese un anciano o coqueteándole a más no poder.

Gimió con frustración y trató de no pensar en el olor de Damon que se había adherido a su cama y habitación, volviéndola loca cada vez que respiraba. Literalmente aquél olor la tenía absolutamente embriaga, casi podría decir que hasta pensar se le dificultaba un poco. Quería volver a dormir, pero su cuerpo no estaba dispuesto a hacerlo, así que no le quedaba de otra que estar despierta y a pesar de estarlo, sus extremidades se hallaban petrificadas, sin disposición de moverse. No supo en qué momento se volvió a dormir, pero aún seguía tan cansada mentalmente que era lógico que sucediera.

El timbre de su teléfono la hizo despertarse abruptamente. La habitación se hallaba en penumbras, al parecer había oscurecido un rato antes de ella despertar, hacía frío. Se estiró y tomó el celular que no dejaba de timbrar y al ver quien era todo el mal humor que antes tenía, regresó. Descolgó la llamada y en un gruñido contestó- Hola, papá.

- Hija- saludó efusivo- ¿Qué tal todo?- preguntó.

¿Era en serio? ¿Se atrevía a preguntar aquello?

- Es una pregunta demasiado estúpida, papá- contestó anonadada por su actitud- Acabas de lastimar a tu hija y al hombre que a ella le gusta. ¿Y preguntas qué tal todo? Tu cinismo me sorprende.- reprochó enfureciéndose cada segundo.

- No estés molesta, hija. Hice eso por tu bien. No quiero que estés cerca de un psicópata como él- trató de salvarse al decir aquello.

- Si intentas arreglar las cosas al decir eso, déjame decirte que lo estás empeorando todo- musitó, sentándose en la cama y mirando por la ventana en busca de calmarse un poco- Acabas de recordarle su terrible pasado, acabas de lastimarlo y de manipularlo al decirle que te entregue la empresa y se aleje de mí para no enseñarle a todo el mundo lo que pasó con sus padres y con él- respiró fuerte sintiéndose agitada- Es demasiado vil, incluso para ti.

- Solo quiero mi empresa de vuelta- trató de excusarse.

- Maldición, papá- gruñó- ¿No estás viendo la magnitud de la situación?- cuestionó estupefacta- Lo mejor que puedes hacer es retractarte y arreglar las cosas. Porque sino lo haces, me perderás y no estoy bromeando al decirte eso- dejó en claro- Me alejaré de ti, porque no puedo estar cerca de una persona que es capaz de hacer lo que sea por su maldita ambición- gimió frustrada- Lo quiero, papá, ¿vale? Quiero muchísimo a Damon y me duele ver que mi padre haga algo tan repugnante para tratar de hundirlo- admitió, sorprendiendo a su padre y a ella misma al admitir eso en voz alta- ¿Te gustaría que todo el mundo se entere que la maldita de tu ex-esposa huyó con un jovencito más rico que tú sin pensarlo, dejándote con una niña? Por supuesto que no te gustaría- negó- Imagina como debe de sentirse Damon al ver que el padre de la mujer que le gusta está manipulándolo- realmente la actitud reticente de su padre la sobreponía- El secreto de él es cien veces más grande que el tuyo, el tuyo es una mierda comparado con su pasado, ponte en sus zapatos y agradece el hecho de que él tiene la empresa y no otra persona.

- Cierra la boca, Allyson- gruñó su padre.

- No lo haré, maldita sea. No dejaré de recordarte lo maldito que estás siendo, no eras así, papá. No sé que demonios está sucediendo contigo, pero ya estoy harta de intentar salvarte siempre, hazlo tu solo- demandó- Porque no toleraré más tu comportamiento.

- ¿Estás dándole la espalda a tu padre por un hombre que ni siquiera amas?- preguntó molesto y anonadado.

- No, papá. Nadie nunca me había hecho sentir así, como lo hace él. Pero no te doy la espalda por eso, te doy la espalda porque te estás hundiendo, y yo no lo haré contigo- le dijo clara- Muchas veces casi me hundo contigo y ni así decidiste cambiar, por lo que no me arriesgaré contigo- musitó- Adiós, papá- colgó, sin más ganas de seguir discutiendo con un viejo con complejo de adolescente caprichoso. Era necesario decirle todo aquello, era necesario reprocharle lo malo que estaba siendo.

« La tentación de Damon» #2 COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora