Octogésimo sexto capítulo.

117 8 0
                                    

Su boca se abrió por la sorpresa al ver lo que pasaba por casi todos los noticieros en ese momento, al parecer todo había salido a la luz hacía horas, todo la tenía impresionada, quedó paralizada por unos minutos viendo como pasaban todas las fotografías y toda la información, pero lo que más la desconcertó fue la grabación de la confesión de Damon, la confesión que había hecho en su departamento, si nadie más de ahí. ¿Cómo mierda había salido eso allí? ¿Acaso su padre había grabado todo sin que ella se diera cuenta? ¿Cómo podría alguien ser tan mierda como lo estaba siendo su padre? Jamás le dirigiría la palabra, no iba a relacionarse con alguien al que no le importaba hundir el dedo en las heridas de los demás.

No podía imaginar como Damon se estaba sintiendo en ese momento, de seguro cientos de reporteros encima de él, aturdiéndolo. Debía ir a apoyarlo, no le importaba si lo que pensaran los demás, no importaba el hecho de que no había tomado una decisión, iría y lo sostendría si era necesario. Se vistió rápidamente con unos jeans moms y un suéter oversize negro y buscó sus llaves mientras se colocaba las primeras sandalias que había visto en su clóset. Ni siquiera arregló el moño que se había hecho, simplemente salió cerrando su casa y bajando hasta el estacionamiento. Encendió el auto y arrancó a casa de Damon, sentía un dolor en el pecho, sentía la necesidad de cuidarlo y apoyarlo.

No supo cuanto tiempo duró conduciendo, solo supo que llegó rápidamente. Intentó llamarlo varias veces, pero su celular se hallaba apagado, lo cual entendía. Salió de su coche y aporreó la puerta y tocó el timbre con insistencia hasta que el mayordomo fue quién la abrió con una expresión neutral- Señorita, pase- saludó y se apartó de la entrada, dejándola pasar- El señor está en su despacho- informó- Imagino que ya sabrá donde se encuentra.

Allyson asintió, sintiéndose nerviosa- Gracias- se adentró metiendo las llaves en su bolsillo y caminando hasta el despacho. Al entrar en el despacho observó al pelinegro sentado en un sillón de la esquina, bebiendo de un vaso de vidrio con su mano ensangrentada. Lo último la hizo ponerse nerviosa, observó detenidamente la habitación y sus ojos se detuvieron en una de las paredes que se hallaban manchadas de sangre, al parecer había descargado la furia contra la pared, destruyendo la piel de sus nudillos. Tenía la camisa desabotonada, la corbata floja y los pantalones desabrochados, el pelo revuelto y los ojos rojos. No la miraba, pero estaba consciente de su presencia, porque ella se percató claramente de la tensión que se hizo dueña de él cuando ella entró, lo cual la desconcertó.

- Damon- lo llamó y caminó hasta halar un sillón y sentarse frente a él. Este no la miró, pero continuó bebiendo. Al parecer llevaba un rato ahí, en la misma posición y tomando alcohol, olía muchísimo a él- ¿Estás bien?- preguntó, extendiendo su mano derecha para colocarla en su rodilla en busca de consolarlo, permaneció allí por solo unos breves segundos, debido a que el ojiazul la quitó bruscamente, repeliendo su toque. La rubia se quedó sin palabras por su comportamiento- ¿Qu-é pasa?- tartamudeó por la sorpresa, mirándolo a pesar de que este evitaba mirarla. De repente él la miró, con sus orbes llenas de resentimiento, lo cual la hizo retroceder un poco. ¿Por qué la miraba de esa forma?

- ¿Viniste a regodearte en mi miseria?- cuestionó, haciendo que la rubia boqueara sorprendida- No puedo creer como confié en ti de esa forma tan ciega- la fulminó, bebiendo de su trago y limpiándose el mentón con su antebrazo- Mi obsesión por ti me tenía cegado, pero ahora sé que eres igual que tu padre- escupió.

Ally no entendía absolutamente nada- No entiendo a qué te refieres, no entiendo- dijo frustrada en un hilo de voz.

- ¿Ahora te haces la tonta?- cuestionó, apartando la vista para no mirarla. Estaba enojado, dolido y frustrado, pero nada de eso quitaba lo que sentía por ella. Así que le dolía el hecho de que hubiese pasado todo aquello y él aún continuara loco por ella- Grabaste mi confesión, Allyson. Eso podría hundirme- gruñó- Confié en ti y fui sincero, porque sé que la sinceridad lo es todo. Y tú simplemente sacaste provecho de ello- musitó, acusándola.

- No, Damon- negó, aquella acusación no la hizo sentirse mal, puesto que realmente lo entendía. Cuando se pasaba por un momento así las defensas subían y se desconfiaba de todo mundo, incluyendo de los más cercanos. También estaba consciente que en el departamento solo estaban ellos, por lo que era comprensible que él la estuviese culpando a pesar de que ella no tenía absolutamente nada que ver con aquello- No lo hice, ni siquiera hablé con nadie sobre lo que me contaste, con nadie- negó- Pero entiendo que pienses que tengo que ver con lo que está sucediendo, pero no es así.

- ¿Cómo explicas que mi confesión salió en el canal de noticias?- cuestionó sin creerle una sola palabra.

- No lo sé, Damon- se encogió de hombros- Realmente no lo sé, pero si necesitas mandar un equipo completo a revisar mi departamento, no me opondré- aseguró, sin dejar de mirarlo.

Él se quedó en silencio por unos minutos y solo se limitó a terminar su trago- No sé qué creer, Allyson- negó.

- Solo vine aquí a apoyarte, Damon, solo eso. Porque debe de sentirse horrible que miles de personas sepan el secreto que tanto intentaste guardar. Vine porque mi propio padre fue quien reveló ese secreto y la culpa me está carcomiendo por ello- susurró- Si tan solo nos hubiésemos alejado cuando él lo pidió, nada de esto estaría ocurriendo.

- No soy alguien que se rinde fácilmente y le da lo que quiera a una persona que me está intimidando, si hubiese sido así, probablemente lo perdería todo- musitó- Pero no ha pasado un día y ya estoy harto de tanta gente encima de mí. Muchísimas llamadas, colegas escandalizados y periodistas haciendo preguntas una, una y otra vez- dejó el vaso en una mesilla de vidrio a su lado y tomó su pelo entre sus dedos para desordenarlo e incluso halarlo debido al estrés y la frustración- Si tu padre no hubiese empezado a retarme ya tendría la compañía en sus manos, ahora la perdió para siempre, me desafió y a mí nadie me desafía- habló- Y lo siento, Allyson, es tu padre, pero aunque lo sea no lo dejaré dañarme.

Ella no habló, realmente era difícil darle la espalda a su padre de esa forma, pero se lo merecía, en serio se lo merecía.

« La tentación de Damon» #2 COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora