Capítulo 6

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Cuando llegamos a mi portal.

Eva se bajo antes que yo de la moto, se acerco a mi alterada tocándome el rostro, parecía bastante preocupada.

—Tienes un moratón en la cara, lo siento Dalton.—

Negué dejándome hacer, la miraba de forma gentil y suspiré por el final de la noche.

—Esto no es nada, yo estoy bien.—

—Se te ve mal, quiero curarte.—

—Eva.—

Sus ojos empezaron a cerrarse poco a poco, se apartaba de mí dando uno pasos atras y parecía estar mareandose.

Me bajaba de la moto lentamente y me acercaba a ella para equilibrarla.

—Eh, Eva.—

Ella parecia desplomarse pero le agarraba el cuerpo y parecía inconsciente.

Se había mareado de tanto alcohol.

Mierda.

*******

La tuve que subir a mi casa en brazos hasta llegar.

Directamente fuimos a mi habitación, ella seguía estando mareada, y decidí querer quitarle el vestido para que  estuviera cómoda.

Le quitaba su vestido despacio hasta dejarla en ropa interior y sacaba una camiseta mía, larga.

Se la colocaba poco a poco hasta incorporarla en la cama y suspiré.

Pobre Eva.

Yo también empecé a desnudarme,
me deje solo los bóxer para dormir y me tumbe a su lado boca arriba.

Me quedé mirándola que tenía sus labios entre abiertos y me reí por ello.

La tapaba con la manta para que no pasara frío y me colocaba de lado, mirándola, para dormir.

Habia sido noche corta pero intensa, mañana sería otro día.

********
Me despertaba poco a poco y me asusté un poco al ver a Eva sentada, con un vaso de zumo de naranja mientras se me quedaba mirando sonriente.

Pasé mi mano por mi rostro, bostezando y luego volvía a mirarla.

—¿Que tal?—preguntó cómo si no hubiera pasado nada.—

—¿Que tal me preguntas?—dije, intentando incorporarme en la cama, pero la resaca me inundaba el cuerpo.— Eso tendría que preguntártelo yo que te quedaste inconsciente.—

—¿Me quedé insconciente?—

—Si.—

—No me acuerdo de eso, solo recuerdo que huimos de una pelea, llegamos aquí y yasta.—

—Ese fue el momento en que perdiste la consciencia.—

—Que mierda.. por eso no me acuerdo de como nos acostamos.—

Fruncía el ceño confuso por lo que dijo.

—Pero si no lo hemos hecho.—

—¿Ah, no?—

Alzo las cejas avergonzada, dio un sorbo al zumo y luego miraba hacia otra parte.

—Pensé que si, como estabas solo..—

Me miré a mi mismo, pues estaba en bóxer, y simplemente me reí.

—No, y si lo dices por qué siempre lo hacíamos cuando yo estaba borracho, pues no.—

Un Golpe Duro 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora