Sentí que se me cayó un piano encima de mi.
Un peso tan grande que no podía moverme pero a la vez mis manos temblaban, si, estaba nervioso.
Pero comencé a sentir un montón de emociones juntas.
Me quedé mirándola fijamente, dándome cuenta que no estaba loco.
Tenía el pelo tintado de color rubio platino y ondulado.
Era ella.
Había sido ella.
-Hola, Dalton.-dijo mientras hizo una revisión con su mirada de arriba abajo, y centró su mirada a mi.-
-¿Que haces aquí?-ella iba a responder pero la detenía haciendo una señal de stop con la mano y cerró su boca.- ¿Como sabes que estaba aquí?-
Kayla otorgo silencio mirándome a mis ojos de repente y suspiró.
-Volví aquí hace unos días y de casualidad te vi entrando a la cafetería.. supuse que volvistes a trabajar ahí, no quería presentarme ni en tu trabajo ni a tu casa.-
-¿Me has espiado?-
-Tómatelo como quieras.-
Suspiré profundamente por ello y negue.
-¿Que quieres Kayla?-pregunté de malas maneras hacia su persona, al igual que mi mirada.-
-Quería verte, quería hablar contigo.-respondió rápidamente, parecía estar nerviosa.-
Me puse serio con ella, cruzados de brazos y levantaba un poco mi barbilla.
-No hay nada de que hablar, me dejastes y te fuiste ¿Qué buscas ahora?-
-Dalton..-
-¿Dalton, qué?-
-No estuvo bien lo que hice, pero ya sabes por qué.-
Negué sacando mi labio de abajo y volví estar normal.
-Aún no entiendo por qué me dejastes si yo no te hice nada malo.-
-Es que no fue por ti, fue por mi, ya te lo dije.-
-Si, y tu ya sabías que te quería con todo lo que había detrás tuya, te fuiste por qué te dio la gana.-
-Me fui por qué quería mejorar para ti.-
Solté una simple risa irónica, pero me mostraba enfadado, totalmente indignado.
-¿Has mejorado en cinco meses, Kayla?-
-Si, rotundamente si.-
-Ya, pues por haber mejorado tu has empeorado a otra persona que soy yo.-
-No era mi intención ¿sabes?-
-Pues me jodistes pero bien.-
-Lo siento.-
-¿Lo siento me vas a decir? ¿Crees que con eso lo has arreglado?-
-No, Dalton, ¿me dejas hablar?-
-Es que no quiero yo no quiero hablar contigo, Kayla.-dije siendo totalmente sincero con ella, pero dolido a la vez mirándola a sus ojos azules grisáceo.- Te dije que si me dejabas era definitivo, que no me volvieras a buscar más y miras donde estás.-
-No te estoy pidiendo de volver.. pero si de hablar.-
-No.-volví a negar, rotundamente.- No hay nada de que hablar.-dije mirándola por última vez y entraba de nuevo hacia al gimnasio, ella dijo mi nombre pero la ignore por completo y entraba al gimnasio.-
