Capítulo 1O

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Habían pasado tres días.

Dylan me pidió que le acompañase al aeropuerto para recoger a Jeannette.

Me dijo que estaba avergonzado por el rostro qué tenía, que a lo mejor la cagaba con la chica y quería que le ayudase.

Al menos con mi presencia estaría tranquilo y lo hice.

Estábamos los dos en el aeropuerto esperando a su chica.

Dylan llevaba unas gafas de sol para disimular el moratón de su ojo.

Ella finalmente desembarcó, llevaba una maleta verde oscura mientras andaba hacia Dylan con una sonrisa de oreja a oreja.

Dylan también estaba sonriendo pero no con la ilusión que podía tener.

Tenia sus brazos cruzados, con una compostura decaída, mientras que yo me quedaba mirando a Dylan.

Jeannette venía tocando su cabello rubio platino y abría mas sus ojos verdes al ver a Dylan.

Al estar ambos juntos, se besaron y desvíe mi mirada hacia otro lado.

Pero tenia que volver a mirarlos por si acaso.

Jeannette le sonreía ampliamente de felicidad al ver a Dylan y Dylan parecía estar más relajado, ahora si que sonreía de verdad.

Ella le intentó quitat las gafas pero Dylan se negó sin saber que explicación darle e intervine.

-Está cansado.-dije de repente señalando mis ojeras para que entendiese y me reía sin más.- Ha estado toda la noche sin dormir por ti.-

-Que bien, ¿no?-dijo Jeannette.-

-No, que mal, no ha dormido.-

-Aún no maneja del todo nuestro idioma..-dijo Dylan.-

-Si, si entiendo, Dylan.-dijo Jeannette con el ceño fruncido y se reía levemente mirándole.-

Dylan le sonreía de forma cariñoso, colocó su cabello rubio hacia atrás y parecía decirle algo pero no logré escuchar.

Estuvieron unos momentos, dándose mimos hasta que decidimos irnos del aeropuerto, e irnos al barrio.

<< .... >>

Había descubierto que en el edificio de Eva había una azotea y quería hacerle una sorpresa antes de irme a Brooklyn a ver a mi madre.

Le preparé una cena sorpresa, no pude prepararle alguna receta sotisficada por falta de tiempo.

Pero preparé hamburguesas y patatas fritas caseras, también había preparado una pequeña lasaña de carne para complementar la cena.

Me parecía bastante sosa la sorpresa pero quería hacer algo para sorprender a Eva.

Eso si, la típica vela no faltaba en la mesa.

Estaba esperando a que Eva subiera, la llamé diciéndole que estaba en la azotea y le pareció extraño.

Escuché que ella empezo abrir la puerta de la azotea extrañada por verme aquí.

Entró en la azotea y andaba hasta ver con claridad tras de mí.

Comenzó a reirse emocionada mientras señalaba la mesa y luego me miró a mi sorprendida.

-¿Esto es para mi?-

Asentí con naturalidad mientras sonreía por ella y Eva se me acercaba a mi aunque no quitaba la mirada a la cena.

-No se que decir, si te soy sincera.-

-No tienes nada que decir.-

Eva se reía nerviosa ante la sorpresa y agarró mi mano levemente, colocó un mechón de su pelo tras la oreja mientras seguía riéndose.

Un Golpe Duro 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora