Capítulo 29

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Dalton

Le regalé las entradas a Tracy por sentí que se me lo merecía aunque quería alejarla de mí por qué ya bastante daño estoy causando, pero por otro motivo no quiero que se vaya.

El local está en mis manos, se que tarde o temprano me lo dará y a precio ganga.

Tracy no parece tan tonta por lo que parece, quiere venderlo a noventa mil dólares que es un precio razonable, pero claro..

El local ya estaba casi apunto de tenerlo pero ahora no pensaba mucho en él aunque eso podría solucionar un poco mi vida.

Quedarme como entrenador, podría ser otra solución.

De todas maneras me seguía haciendo cargo de mi madre, ella cada vez estaba mejorando y se había animado a tomar en brazos a Ian Alexander.

Todo era un proceso.

A veces me había cruzado con Jéssica por la casa pero no nos mirábamos a la cara por lo ocurrido.

Philip me había llamado un par de veces pero yo no quería saber nada de él.

Y Kayla, ella también me llamaba pero tampoco se lo cogía.

No quería verla, no quería que estuviera más en mi vida.

Era hora de que cada uno hiciera su vida, la he jodido también con ella y no era justo.

No soy bueno para nadie.

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Me encontraba en casa de mi madre con ella e Ian.

Estaba dándole el biberón mientras que mi madre estaba almorzando al mismo tiempo que el bebé.

Luego le daba palmadas a Ian en la espalda hasta que eructo y lo mecía entre mis brazos.

-¿Te gusta lo que te he preparado mamá?-pregunté mirando a mi madre mientras ella comía y asintió.-

-Está muy bueno el puré de verduras, a tu hermana no le sale muy bien.-

-Bueno pero Robert te cocinará también ¿no?-

-A veces, pero el pobre tiene mucho trabajo.-

-Bueno, yo estoy aquí para cocinarte.-

-Dalton.. puedo cocinarme sola, tu tienes cosas que hacer.-

-Si, cuidaros a los dos, mamá.-

Mi madre se ponía a negar mientras tomaba otra cucharada y luego me miraba.

-¿Y tu novia, Dalton? ¿No tenías pareja? Recuerdo que estabas con una chica rubia..-

Se refería a Kayla.

-Ahora no estoy con nadie, mamá.-

-Vaya, pues era muy guapa.-

-Si.. pero las cosas no funcionaron.-

-Seguro que volveréis.-

-No, no lo creo, no tiene solución lo nuestro.-

Mi madre sonrió un poco por mi respuesta.

-A una madre no se le miente, Dalton, te brilla los ojos al hablar de ella.-

-Del cansancio, mamá.-

-Ya, claro.-

Ian estaba haciendo ruiditos con la boca y baje la mirada a verle, sonreí por qué él estaba riéndose y decidí darle un beso en su nariz.

-Ian Alexander es tan bello, como tú.-

Volví a mirar a mi madre, sonriente por las palabras que dijo.

Un Golpe Duro 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora