Habían pasado dos semanas desde el combate contra Jacob.
Malcom había despertado del coma un día después de que yo combatiese con ese cerdo.
Le dejé el cinturón a Oliver para que se lo diese a Malcolm.
Lo gané por él, por su madre, y por mi nuevo comienzo de vida.
Ahora estábamos en mi habitación, tumbados en la cama desnudos.
Kayla estaba dormida dandome la espalda mientras yo estaba abrazandola por la espaldas.
Era agradable sentir la temperatura de su cuerpo, era caliente, y era una sensación agradable.
La alarma de su móvil empezó a sonar.
Decidí tomar su móvil para quitar la alarma y lo volvía a dejar en la mesita de noche.
Kayla aprobó sus exámenes, y pasó de curso.
Él año que viene ya estaría licenciada y seria profesora.
Pero volvió a trabajar para sus padres en la cocina.
Ya Tamara no le hacía falta porque la madre de la niña tendría vacaciones de verano.
Kayla quería trabajar para tener dinero, creo que es lo más normal del mundo aunque, si ella necesita mi ayuda claro que se la daré.
Desperté a Kayla de forma delicada para que se despertará de buen humor.
Ella poco a poco abría sus ojos hasta mirarme, luego se levantaba despacio y se sentaba en la cama dandome la espalda, ella comenzaba a vestirse.
—Buenos días, eh.—dije molesto por su ignorancia pero no me importaba, me quedaba mirándola.— ¿Te preparo café?—
Negó, poniéndose su ropa interior y luego se ponía en pie.
—Un poco de café te despertará.—
—No, gracias.—dijo seriamente, se agachó para tomar sus vaqueros y se los colocaba poco a poco.—
Hice una mueca por su forma de actuar contra a mi y me levantaba también de la cama.
Me colocaba los bóxer tapando mi miembro y la miraba fijamente.
—Pues te llevo al trabajo.—
—Prefiero tomarme un taxi.—dijo siendo fría conmigo, poniéndose su camiseta sin mirarme y alzaba una ceja confuso por su actitud.—
—¿Te pasa algo conmigo? Desde que volvimos de Las Vegas, estás distante conmigo.—
Ella se callaba colocando su cabello hacia atrás, y se digno a mirarme.
—No me pasa nada, Dalton, solo estoy preocupada por la demanda que te han enviado.—
Rodaba mis ojos con pesadez por ese tema, decidí vestirme también mientras andaba por la habitación.
—Me da igual la demanda que me han puesto, no le tengo miedo ni a Jacob, ni a su manager.—
—Pero me preocupa, ese..—hizo una pausa, conteniendo las palabras y me miraba a mis ojos.— Jacob podria ganar el juicio, tiene mucho dinero.—
—Pues que gané, total, no me sacará nada de dinero.—
—Hasta ahí quería llegar yo, si no pagas la indemnización que te pedirán, iras a la cárcel.—
—Pues ire a la cárcel, joder, Kayla.—dije en un grito por replicarme tantas veces y salía de la habitación sintiéndome atacado.—
Si, tenía un demanda por qué dejé en coma a Jacob pero el hijo de puta tuvo tanta suerte que sólo duro tres días en coma, luego despertó y su entrenador me demandó por abuso.