Es ella.
Ahora puedo averiguar hacia donde se dirige.
Decidí girar el coche aunque no se podía porqué era dirección contraria pero lo hice en este mismo peatón.
Empecé a conducir despacio, observando por donde ella se dirigía.
Dalton, si alguien te viera parece otra cosa..
Incluso me estaba sintiendo sucio conmigo mismo pero no era esa mis intenciones.
Giré a la derecha a pocos segundos cuando ella también giro y me di cuenta de que entró a una escuela.
Me quedé mirando al nombre del instituto y me fijaba mejor en el edificio.
No se encontraba lejos de mí casa.
Con que aquí estudiaba la chica.
Mmm.
Lo que podría hacer es venir a la hora de la salida y hablar con ella.
Pero claro, es una adolescente y querrá dinero.
Podría sobornarla.
O comprarle mejor una falda nueva.
No, mejor dinero.
Será rica pero seguro que quién maneja el dinero son sus padres, como suelen hacerlo los niños ricos de Manhattan.
Ya se me ocurrirá algo, Dalton.
Ahora ve hacer tus recados.
******
Había hablado con Khalil para que me dejara su gimnasio para entrenar hasta que Philip volviera de Nueva Jersey.
Le había llamado todos los días pero no me cogía el teléfono y eso me hacía preocuparme.
Además, había estado buscando un gimnasio en Manhattan pero no había encontrado o aún no había buscado lo suficiente.
Mi única obsesión se había vuelto en el antiguo gimnasio.
Quería saber como sea sobre aquel lugar y aquella niña seguro que tenía tenía algo que ver.
A ver...
Me encontraba fuera de su instituto, apoyado a mi coche y puestas las gafas de sol.
Me di cuenta que ella salía del instituto junto a una chica rubia.
Llamé su atención diciendole morena y ella captó lo que le dije.
La chica abría sus ojos sorprendida al verme, se acerco rápidamente a mi junto a su amiga la rubia y me miraba sin esperarse mi presencia.
-¿Pero tu que haces aquí? ¿Me has seguido?-preguntó hablando en una velocidad rápida, y enfurecida.-
-No, acabo de verte.-respondí mintiendole mientras la miraba tras mis gafas de sol.-
-¿Y que haces aquí?-
-Pues que quería pedirte perdón por mancharte la ropa.-
-No te las voy aceptar, lárgate.-
Me quitaba las gafas de sol, rodando mis ojos y las colocaba en mi camiseta.
-Te daré dinero.-
La rubia alzó sus cejas asombrada a mi propuesta y agarró el brazo de su amiga.
-¿Me das dinero por comprarme una falda?-
-Te doy dinero a cambio de.. de que me des información.-