La noche de celebración fue corta pero intensa.
Todos se quedaron en aquella sala vip.
Kayla y yo nos volvimos al hotel, eran las cuatro y media de mañana.
Realmente, apenas habíamos bebido, me sentía bástate emotivo para beber, solo nos tomamos una copa y fue suficiente para ambos.
El resto.. mejor no comentar.
Dejaba el cinturón dorado sobre la cama mientras me estiraba.
-¡Kayla!-grité su nombre de felicidad mientras estiraba mis brazos y luego los bajaba.- ¿Dónde vas?-
Kayla salía del baño, viendo que se quedó descalza y se señaló los pies sonriente aunque un gesto dolorida.
-Me duelen muchísimo los pies, voy a meter los pies en agua caliente.-
-No, no, no..-empecé a negar rotundamente mientras iba hacia a ella y tomaba su mano, nos dirigíamos hacia la cama y señalé la cama.- Tumbate, venga.-
Kayla se reía levemente mirándome a mis ojos pero me hizo caso, se tumbó en la cama y yo me senté, empecé a masajearle los pies, mirándonos a los ojos.
-Ay, necesitaba esto..-dijo ella expulsando un respiro de alivio al notar el masaje por mis manos y me sonreía con dulzura, aunque estaba cansada.- Gracias.-susurró.-
-De nada.-dije con naturalidad, tocando sus pies y suspiré levemente por todo lo vivido.-
-Me sabe mal porque nos recogimos antes de la discoteca por mí.. podría haberme venido sola.-
-No, yo también quería venirme, estoy cansado.-
-Pero es tu día, has ganado, no quería ser aguafiestas..-
-No lo has sido, cariño.-
Kayla asintió, colocando su cabello tras la oreja mirándome fijamente.
-Estoy contenta por verte feliz, has ganado, otra vez.-
Asentí dándole la razón, bajaba la mirada a su pie que le estaba masajeando y sonreí de lado sintiéndome orgulloso de mi mismo.
-Esta vez me pagarán.-
-¿Te dijeron cuánto?-
-Un millón, Kayla, un millón.-dije emocionado sin aún creérmelo, la miraba a sus ojos, sin borrar mi sonrisa con alegría.- Un millón dólares para empezar nuestro futuro.-
-Eso es mucho dinero.. y cuando trabajé, podremos mantener un hogar juntos.-
-Kayla, con todo mi dinero podría mantenerte a ti sola.-
-Yo no quiero eso.-
-Pero ya sabes a lo que me refiero.-
No tuvo otra que darme la razón y asintió rodando sus ojos.
Ella apartaba su pie de mi, y lentamente gateaba por la cama hasta llegar a mi, se sentó a mi lado, pasando su mano por mi rostro.
-Tengo muchas ganas de vivir juntos.-
-A mi también, muchísimas ganas.-dije mientras me quedaba mirándole a su rostro.- Cuando volvamos mañana, podríamos mirar casas en Manhattan.-
-Yo quería esperar a terminar la carrera por la universidad.-
-Pues esperamos, no me importa.-
Ella asintió con una media sonrisa y de repente me besaba lentamente con ternura.
Le seguía el beso lentamente colocando una mano tras su cabeza.
Ambos sonreíamos en mitad del beso, ella poco a poco se colocaba encima de mí y nos seguíamos besándonos lentamente.
