Había estado entrenando con el entrenador de Khalil en el gimnasio que me dejó él.
Su entrenador era un tipo seco, cortante y estricto.
No me llevaba mal con él pero no teníamos lo que Philips y yo teníamos, no sé, era una situación extraña.
Me dijo que de todas formas para dentro de tres semanas tendría un combate por México, no me pareció mal.
Me centraría en el entrenamiento para seguir combatiendo.
Es lo que más me importa ahora mismo.
En cuánto el tema de Tracy, me estaba sintiendo como una soga al cuello.
Tener que volver a actuar como si fuera un adolescente para enamorarla me hacia sentir realmente agotador.
Estaba adoptando una personalidad que no era mía.
Bueno, es decir, en algunos momentos soy yo como la conversación que tuvimos en el coche pero en otros como la escena del instituto en ir a recogerla...
Por favor, Dalton.
No eres Brad Pitt.
Eso no es típico de mi, no voy por ahí recogiendo a chicas que conozco de tres días en sus trabajos o institutos.
O actuar como un malote que se le caen todas las bragas por mi.
Cuando tenía dieciocho años si que lo hacía, y aún sigo siendo joven pero esa etapa ya la cerré cuando comencé el gimnasio.
Tener que volver a mis orígenes es cansino.
Y todo por la puta peluquería.
Voy a tener que adelantar más el proceso de enamoramiento.
Porque Tracy es la típica que intenta hacerse la estrecha pero de estrecha no tiene nada.
Seguro que quedamos una vez más y ya querrá acostarse conmigo.
Lo tengo clarísimo.
Veremos a ver qué puedo hacer.
Tracy
Me encontraba en mi habitación arreglandome para esta noche.
La feria del libro era interesante.
Había puestos con diferentes géneros de libros, terror, ciencia ficción, romántico...
Lo divertido es a la noche, ponen una especie de escenario y al fondo hay atracciones para quién se monte quién quiera.
Lo mejor es la comida, y la bebida, claramente.
Pero yo solo iría para ver a Olivia Rodrigo.
Me encantaba ella.
Sus canciones, su estilo, su belleza.
Me encantaría ser ella.
Me quedaba mirándome en el espejo.
Me puse una falda corta de color negra junto un corpiño de lencería negra y unos tacones blancos de puntiagudo.
No se si iba muy atrevida para la feria pero luego he visto a chicas vestidas más atrevidas que yo.
Me hice unos tirabuzones en el pelo, dejando mi cabello ondulado por completo y me coloca a unos pequeños aros en las orejas de diamantes de la marca Channel.
Mis uñas postizas eran de color rojas con rayas negras y el dedo corazón evidentemente me hice un corazón por ello.
Me sentía fenomenal, muy guapa, y segura de sí misma.