Tracy
Me había quedado todo el día con Rosie, intentaba en no pensar en Dalton pero no podía, le quería demasiado.
La noche estaba llegando y decidí ir a la cafetería.
Cuando llegaba, ya no había casi nadie y Joe estaba limpiando.
Abría la puerta de la cafetería sosteniéndola hasta que se dio cuenta entró alguien y se giraba.
Paraba de limpiar al verme y se le dibujo una sonrisa amplia al verme.
-Hola, Tracy.-dijo alegre mientras se me quedaba mirando fijamente y sostenía la escoba.- Hoy era tu día de descanso.-
-Mi día de descanso y el último, renuncio al trabajo.-
-Es largo de contar pero ya he arreglado mis problemas.-
Joe se me quedaba mirando pensativo y me señalaba.
-Estas guapísima, ¿Por qué no me lo cuentas con un café?-
-¿Ahora?-
-Te lo preparo, aunque acabo de limpiar la máquina pero no me importa.-
-Ay, Joe.. no quiero molestar.-
-Si a mi no me molestas, siéntate.-
Asentí lentamente acercándome a una de las mesas y decidí esperarle.
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Ambos nos estábamos tomándonos un café a solas mientras le conté resumidamente lo que me había ocurrido.
Joe parecía ser comprensivo, me escucho en todo momento y eso me gustó.
Él parecía alegrarle que mis problemas se hubieran arreglado pero por otra parecía triste por qué no volvería a trabajar.
-Me había acostumbrado a tus torpezas, cuando dejabas la cocina de pena..-
Me reía tapando mi boca siendo tímida con Joe y luego suspiraba.
-Eso no volverá a ocurrir, tranquilo.-
-No importa, el trabajo será aburrido sin ti.-
-Pronto vendrá otro compañero o compañera.-
Joe se quedó callado por segundos fijando su mirada al café.
-No será como tú.-dijo de repente con la voz entre cortada pero sonreía.- En estos dos meses, te he cogido aprecio, ya lo sabes.-
Respiraba hondo por lo que me decía y colocaba una mano sobre mí.
-Joe.. ya lo hemos hablado.. solo te puedo ver como un amigo.-
-Lo sé, es una pena, pero lo acepto.-
-No es una pena.. Dalton es bueno conmigo.-
-Si tu lo dices, no quiero volver a discutir lo mismo.-
Suspiraba porque me molestaba que se metiera con Dalton pero me respeto.
-Lo que si te agradezco es que hayas venido a despedirte de mí.-
-No tiene por qué ser una despedida.-
Joe alzó su mirada a mi, confuso.
-Podemos seguir siendo amigos, y seguir viéndonos.-
-¿Quieres ser amigo de un chico pobre?-
Sonreí levemente por su pregunta y asentí.
-Eres buena persona, pobre pero buena persona.-
