Después del trabajo me fui al gimnasio.
Me encontraba solo, Philip me había dejado las llaves otra vez para quedarme entrenando.
Ya me quedaba solamente un mes para el combate frente a Khalil, aunque iremos una semana antes para encontrarme con él.
Le pegaba al saco una y otra vez con disciplina.
Alguien repentinamente entraba al gimnasio, mi miraba se desviaba a la puerta y di un paso atrás sintiéndome fuera de lugar.
-¿Kayla?-
Me quedé mirándola fijamente, al verla en el gimnasio.
Se había cumplido un mes desde que nos separamos.
Ella se quedó quieta, abrazándose a si misma como si tuviera frío y se me quedó mirando.
Me quedaba junto al saco de boxeo, mirándola fijamente.
-Hola.-dijo de repente, con frialdad y sin quitarme la mirada.-
-Hey.-dije actuando con indiferencia aunque interiormente el corazón me aceleraba rápido.- ¿Que haces aquí?-
Se encogía de hombros sin saber que decirme.
Me fije en su cabello.
Se lo habia vuelto a cortar a la altura de sus hombros, y se había cambiado de color.
Tenía su color natural, aquel castaño oscuro con tonalidades rubia y me quedaba mirándola.
Decidí dar pasos lentamente hacia a ella y ella andaba hacia a mi también.
-Pasaba a verte para ver como estabas.-
La miraba por segundos fijamente y asentí sin más.
-Estoy bien.-me quedé callado por unos segundos y aclaraba mi garganta.- ¿Tu estás bien?-
Asintió lentamente tocando su cabello y suspiró.
-Entonces me alegro, solo quería ver si estabas bien.-
-Si, lo estoy.-
Kayla asintió desviando su mirada hacia otro lado y suspiro entristecida.
-Vale, ya nos veremos por ahí.-se despedía sin ni si quiera mirarme a los ojos y se iba del gimnasio sin decirme nada más.-
Me quedaba mirando como ella se iba y fruncí el ceño sin entender que le había pasado.
¿Por qué aparece al gimnasio después de un mes?
¿Querría decirme algo importante?
Si lo hubiera querido decir lo dice sin más..
Creo que tenia ganas de verme al igual que yo a ella pero si se ha ido no iba a detenerla aunque empecé a pensar si ir tras de Kayla o no pero decidí quedarme dentro.
Le di una pequeña patada al saco para contener mi impulso de buscarla pero Kayla nuevamente entraba al gimnasio a los pocos minutos y me quedaba mirándola, más confuso que antes.
-En realidad no vine a ver como estabas, quería verte.-
Agaché la mirada conteniendo mi sonrisa pero no pude y sonreí de lado por aquellas palabras.
-¿Por qué?-
-No lo sé por qué aún siento rencor por lo que me hiciste pero no puedo mentirme a mi misma, yo te sigo queriendo.-
Subí mi mirada a ella ante su confesión, y parecía débil.
Notaba que quería llorar mientras se abrazaba a mi misma y le hice una señal para que vienese.
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