Justamente el mismo día en que Dylan iba a realizar su cena, Jéssica me comentó que Robert inauguraría un restaurante en uno de los hoteles de Manhattan más prestigioso.
Tendríamos que ir y se lo explique a Dylan.
Él me entiendo.
El problema es que Tracy no podía venir por qué estaba trabajando así que iría solo, bueno, con Jéssica y Robert.
Mi madre aún no quería levantarse de la cama por qué estaba en depresión.
Dentro de poco iré para verla.
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Entrábamos al hotel Zafiro donde el hotel eligió al marido de mi madre para construir su restaurante por su maravillosa cocina.
Yo ni si quiera había probado ningún plato de Robert pero si este hotel le a elegido a él.. es por qué tiene talento.
Nos dirigíamos hacia la sala enorme que era el salón principal del hotel y había muchisíma gente importante.
Gente rica, claro estaba.
Eso me hizo recordar a Tracy.
Pero había empresarios, modelos, modistas, peluqueras..
Incluso había algún político que otro, es decir, el alcalde de la ciudad y el presidente de Nueva York.
Por lo que se ve aquí se hospeda incluso famosos, y por lo visto Robert había recibido en su restaurante a gente importante.
Había música clásica, y camareros aunque yo más bien les llamaría sirvientes.
Me sentía raro por qué yo no iba vestido de traje de chaqueta.
Iba vestido urbano, de calle más bien, y la gente me miraba raro pero aún más confusos cuando sabían que Robert era familiar mío, metafóricamente.
Los camareros repartían champagne y canapés.
También había varias mesas con algunos platos estrellas de Robert.
Sobre todo había más alcohol que era lo que ahora en este momento me interesaba.
Estuvimos un largo rato hablando con uno con otros.
Bueno, yo estaba callado pero Jéssica y Robert se integraron muy bien en el ambiente.
El dueño del hotel se subió al altar para mencionar a Robert e hizo que viniera para que dijera unas palabras.
Todos aplaudimos ante aquel momento y Robert se dirigía al dueño.
Él empezó hablar sobre la constancia, esfuerzo y valor de su restaurante.
Vaya, estaba dando un discurso.
Jéssica de repente me tocaba el brazo y desvíe mi mirada a ella.
-Coge el niño un momento que voy al baño.-
Asentí extendiendo mis brazos y cogía a mi hermano mientras que Jéssica se iba.
Ian se estaba riendo al igual que yo pero le chisteaba para que no hiciera ruido.
Jugaba con él metiéndole el dedo en la boca y luego hacia como si le comiera su mano de broma.
Ian no paraba de reírse y la gente nos miraba fijamente.
Me daba igual en realidad por qué no le estaba tomando atención al discurso.
Cuando terminó el discurso todos aplaudieron y yo sacudía a Ian en signo de alegría por ello.