Capítulo 15

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Por las mañanas iba al gimnasio.

Por las tardes trabajaba.

Y por las noches las pasaba con Eva.

Menos los lunes, que era mi día de descanso.

Asique después del gimnasio, decidimos pasar el día a fuera los dos y luego habíamos quedado con Dylan y su novia.

Dentro del centro comercial, había un sala de juegos y nos fuimos a la bolera.

Luego llegaron Dylan y Jeanette.

Dylan parecía tan pero tan feliz.

Eva y Jeannette era la primera vez que se conocían.

Se cayeron bien, empezaron a entablar conversación y desde ahi no pararon.

A la hora de jugar fuimos en pareja, y en la primera ronda ganamos nosotros.

En la segunda ganaron Dylan y Jeanette.

En la tercera ambas se fueron a comprarse unos batidos y nos quedamos los dos sentados, esperándola.

—¿No estamos ya viejos para jugar a esto?—pregunté mirando a la bolera, veía a la mayoría adolescentes y volví a mirar a Dylan.—

—Ya vas a empezar con la edad... que solo tienes veinticuatro años, cuando llegues a los cuarenta no me quiero imaginar.—se cruzaba de brazos, mirándome concentrado a mi cara.—
¿No estarás acomplejado por la edad?—

—¿Que voy a estar acomplejado? Imbecil.—dije mientras me puse a negar y luego le miraba.— ¿Que tal con Jeannette?—

—Súper bien, estoy, estoy..—intentaba buscar una palabra para definir su situación y me señaló con el dedo.— Estoy como en una nube, estoy enamorado.—

—Enamorado y encoñado.—

—¿Encoñado?—

—Que estás enchochado tio, que estarás todo el día pegado a ella.—

—Por supuesto, no me imagino ni un segundo sin ella.—

—Oh..—me burlaba de él dándole un golpe a su hombro y parecía molestarle.— Dylan, el cursi.—

—Mira que eres gilipolla, madura Dalton.—

—¿Me lo dices tu a mi?—

—Yo ya he madurado.—

—A ver cuánto te dura..—

—Que no, que no, Jeannette es la definitiva tío, ella es increíble.—

—La verdad es que es muy guapa, y muy simpática también, y se lleva bien con Eva, lo que pasa a mi las rubias..—

—Mira tio, las rubias son las mejores.—

—Eso es por qué no has estado con una morena, esas son diosas.—

—Que diosa, ni que niño muerto, Dalton, las rubias son superiores.—

Le di con la palma de mi mano a su frente mientras me reía de él y Dylan me dio en la mano después, parecía mosquearse.

—¡Para!—dijo.—

—Me gusta meterme contigo.—

De repente venía las chicas con el batido que se había comprado y nos miraba a los dos.

—Lo que yo te decía Eva, que las chicas maduramos mas antes que los chicos.—

—Es cierto.—

Un Golpe Duro 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora