Capítulo 13

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Dalton

Me volví a Manhattan deprimido y enfadado conmigo mismo, más que enfadado, enfadado con el entrenador.

Apenas me había entrenado a fondo con Ricardo y perdí el combate.

Menos mal que era un combate como otro y no me jugaba el título si no me lo hubiera arrebatado..

Pero me sentía mal.

Cuando llegue a casa era por la tarde.

Me quedaba dándome una larga ducha con agua caliente para asi sentirme mejor pero no me sentía bien conmigo mismo.

Cuando termine de ducharme, me dirigía a la habitación secandome el cuerpo con la toalla y cogía unos bóxer de Calvin Klein de color blancos.

Me sentía como un fracasado y hacía mucho que no me sentía así.

Me dirigía al salón, observando mi móvil que tenía un par de llamadas perdidas.

Tracy.

Ella me dijo que me prepararía una cena por mi bienvenida pero me parece que no iré a verla.

Me daba igual dejarla tirada, que le den a Tracy.

Me tumbaba en el sofá enojado conmigo mismo y me cruzaba de brazos mirando al techo.

¿Como pude perder ante Ricardo?

Ese maldito enano, ni si quiera pegaba bien pero tenía buena técnica.

Lo bueno es que perdí por puntos y no por k.o pero de todas maneras me sentía un perdedor que es lo que soy.

Empezaba a echar de menos a Philip, se que el no volverá pero aún no me hacia la idea de que ya no fuera mi entrenador.

Creo que me buscaré otro entrenador nuevo, alguno parecido a él pero nadie es como él.

Pasaba mis manos por mi rostro agobiado por tanta tensión que tenía en mi interior y cerré los ojos para dormirme pero no podía conciliar el sueño.

Volvía abrir los ojos, sintiéndome aún más cabreado por qué solo quería dormir y olvidarme de la mierda que había ocurrido pero no podía.

Me sentaba de repente en el sofá desviando mi mirada al móvil con seriedad.

¿Y si voy a verla?

Puede que me distraiga de mis preocupaciones aunque comience con tonterías absurdas no me voy a callar ni una por qué no estoy para aguantar gilipolleces.

Aunque estos últimos días que hemos hablado por videollamada la veo más madura, más tranquila...

¿Será por lo del local?

No lo sé pero también haría bien en ir a verla para controlar lo que anda haciendo.

De todas formas ella me ha preparado la cena, y yo podría llevarle una sorpresa.

Tengo que impresionarla por todo lo grande.

Ella es muy caprichosa y materialista.

Ya se que llevarle.

<< ... >>

Toque el timbre de su casa con un ramo de doce rosas rojas.

Era un ramo muy grande y bonito, seguro que le gustará.

Que yo recuerde a ninguna le he comprado un ramo de flores.

Bueno, a Eva le regalé una rosa roja pero este ramo es increíble.

Un Golpe Duro 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora